El melodrama surgió a finales del siglo XVIII en Francia después de la Revolución Francesa. Se caracteriza por plantear situaciones dramáticas exageradas de manera musical, donde usualmente el bien triunfa sobre el mal. Tuvo un gran auge en el público y se convirtió rápidamente en el primer género teatral a nivel internacional, con fundadores en varios países europeos y Estados Unidos. Sus características incluyen héroes y villanos, pruebas para el héroe para vencer al mal, emociones de inocencia y