Gerardo Barrios nació en 1813 en El Salvador. Fue un líder militar y político que gobernó El Salvador en varias ocasiones. Promovió la educación, la unión de Centroamérica y el desarrollo del país. Derrotó al ejército de Guatemala en la batalla de Coatepeque en 1863. Fue fusilado en 1865 por sus enemigos políticos a pesar de su dedicación a fortalecer El Salvador.
2. Memoria
de un patriota
Cap. Gral. Gerardo Barrios
El Capitán General Gerardo Barrios Nace el 24 de Septiembre de 1813, en el
lugar denominado “Poza de la Juana, Valle el Izcanal, Jurisdicción del
pueblo de San Juan Lempa, hoy Nuevo Edén de San Juan, San Miguel ”.
Era hijo de don José María Barrios, quien a su vez descendía de don Pedro
Joaquín Barrios nacido en Francia de padres españoles y de doña Margarita
Cisneros Ávila, nacida en San Miguel y de origen también español. La madre del
Capitán General Barrios era doña Petrona Espinoza de Barrios, originaria de San
Miguel.
3. “Por la unión de Centro América,
romperé en 100 pedazos el bastón de
mando de El Salvador, y la seguiré a
costa de mis intereses y de mi vida, si
preciso fuere. Quiero morir envuelto
en el hermoso pabellón que nos
legaron nuestros antepasados y no en
el triste pañal que cubre la miseria de
las cinco secciones
centroamericanas”.
Comprende que para consolidar la
República se debía acompañar de
medidas de carácter político y, por
lo tanto, inicia gestiones para dotar
al país de un poder ejecutivo
fuerte, que gobernase El Salvador
con un sentido de orden y que
tuviera como metas el desarrollo y
el progreso.
Batalla de “Gualcho”, 1828
SITIO DE SAN SALVADOR, 1863
Memoria de un patriota Cap. Gral. Gerardo Barrios
4. “Si yo no estuviera entre vosotros para ir a defender nuestra Patria, me
consideraría el hombre más desventurado de la tierra. Habéis tomado las armas
para defender los sacrosantos derechos de El Salvador, al que debemos nuestras
vidas y toda nuestra sangre. Sois los defensores de la civilización, contra los ataques
del salvajismo; sois el baluarte de las libertades públicas y las instituciones que nos
legaron nuestros padres. Vais a defender la honra de las familias y de las
propiedades de nuestros compatriotas. ¡Compañeros!: Juremos a nuestra Patria, por
las cenizas de nuestros padres, que nuestra preciosa República no será presa del
vandalismo: que preferimos 100 veces la muerte, que someternos a la ignominia de
ver talar nuestros campos e incendiar nuestras poblaciones y quedar, a merced de
los bandidos, el honor de las familias. El triunfo será nuestro, porque el Ejército
Salvadoreño lleva en su Bandera, inscritos los eternos derechos de la justicia que
Dios, hace reinar en el cielo como en la tierra. En esta lucha estaré siempre a
vuestro lado, inspirándoos el amor y la gloria a una Bandera tan gloriosa como es la
nuestra”.
Memoria de un patriota Cap.
Gral. Gerardo Barrios
13 de febrero de 1863, palabras con motivo de la Batalla de
Coatepeque.
5. Batalla
de Coatepeque
¡Coatepeque, fue la más famosa
de las batallas de nuestro Capitán
General, en donde doblegó la
vanidad y el orgullo del General
Rafael Carrera, al derrotarlo
totalmente, motivo por el cual
nunca perdonó a Barrios,
semejante humillación!.
6. Goberné como Senador Designado desde el 24 junio al 18
septiembre de 1858 y del 12 marzo de 1859 al 1 de febrero de
1860.
Posteriormente como Presidente del 1 de febrero al 16 diciembre
de 1860 y del 7 febrero de 1861 al 26 octubre de 1863.
Durante la administración concibió, planificó y estableció un
nuevo orden en el Ramo Judicial, decretando el 23 de agosto de
1859, el Código Civil, que sentó las bases de la legislación actual.
Además ordenó realizar la compilación de los Códigos Penal y de
Procedimientos, creando Tribunales de Justicia en todas las
poblaciones de la república. Era necesario consolidar las reformas
con espíritu de sacrificio, unión y respaldo ante el desafío común.
7. Establece como fundamental la existencia de un ejército capaz de
garantizar la soberanía nacional y la preservación del territorio de la
república, lo que coadyuvaría a procurar la integración de los habitantes
y su acatamiento a la ley nacional. transformándolo de un ejército
empírico a un ejercito profesional.
Restauró la Universidad Nacional y el Colegio Nacional, después del
terremoto de 1854; hizo venir una delegación francesa para atender las
clases universitarias, y, asimismo, pidió al extranjero muchos libros de
instrucción general.
Fomentó la construcción de edificios escolares en el interior del país. Fue
el creador de los primeras centros para la preparación de maestros en el
año de 1858, para lo cual contrató magníficos maestros extranjeros,
habiendo fundado las Escuelas Normales de San Miguel, San Salvador y
Santa Ana, así como la de San Vicente, en 1860.
Su apego a la ley y al orden, infundados desde la juventud, le impulsaron
a disponer la formación del primer proyecto de código civil, reforma de
los códigos penal y de procedimientos, al igual que la compilación,
ordenamiento y catalogación del sistema jurídico del Estado.
Cap. Gral. Gerardo Barrios junto a su esposa Adelaida de Barrios
8. “Declaro que soy inocente, pero me han conducido a este
fin fatal, por un torrente de pasiones y odios políticos sin
ejemplo… perdono a mis enemigos políticos que me han
conducido a la muerte”.
“Declaro que, cuando vine al servicio de la Presidencia de
la República, tenía un capital considerable, adquirido con
mi propio trabajo, que lo he perdido cuasi enteramente
por haberle prestado mi crédito particular al Gobierno…”
Parte de su testamento, escrito pocas
horas antes de ser fusilado.
Cap. Gral. Gerardo Barrios es fusilado el 29 de Agosto de 1865
Sus últimas palabras fueron: “He sido vanidoso, pero mi
vanidad ha servido para el engrandecimiento de
El Salvador. He sido ambicioso, lo soy y lo seré hasta en
la otra vida. Uds. no van a matar a un hombre común,
a un cualquiera. ¡No!, Matarán a un hombre de Estado,
que ha dedicado la mayor parte de su existencia a la
grandeza de su Patria. Mi sombra os perseguirá y el
pueblo salvadoreño me vengará algún día...”.
9. El Capitán General Gerardo Barrios nos deja una lección de
grandeza que perdura a través del tiempo. Sus actos nos
brindan enseñanzas que no debemos olvidar. Los países
requieren de esfuerzos individuales que se vayan sumando al
esfuerzo colectivo. Así lo comprendió este hombre
excepcional, que como ciudadano y como soldado actuó
siempre con perseverancia, espíritu de sacrificio, sentido
patrio y gran amor por el salvador. en esa perspectiva, su
ejemplo debe servirnos para ser mejores ciudadanos,
entregando al país y a nuestros semejantes todas nuestras
capacidades para fortalecer los valores patrios y avanzar hacia
un venturoso porvenir.