El modelo atómico de Bohr propuso que: 1) los electrones orbitan en órbitas definidas alrededor del núcleo a radios fijos; 2) la energía de las órbitas es estacionaria; y 3) para que un electrón cambie de órbita, debe absorber o emitir energía en un cuántico igual a la diferencia de energía entre las dos órbitas.