La población mundial ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos siglos, pasando de unos 500 millones de personas en el siglo XVI a más de 7.000 millones en la actualidad. Este aumento se ha debido principalmente a mejoras en la medicina y la agricultura que han permitido una mayor longevidad y una mayor producción de alimentos. Sin embargo, en algunos países desarrollados se observa un estancamiento o incluso una disminución de la población debido a tasas de natalidad más bajas.