El documento describe la contribución de Andrés Tejeda, un molinero mulato de Mendoza, a la campaña de San Martín para liberar Sudamérica. Tejeda abatanó las telas y uniformes del ejército para impermeabilizarlos y permitir que cruzaran la cordillera, usando para ello maquinaria creada a partir de una campana de iglesia. También ayudó a alimentar a las tropas moliendo granos de maíz. Su ingenio mecánico fue elogiado por San Martín.
La llegada del ferrocarril, si bien no concluyó con los arreos, acortó las
distancias; bastaba con arrear hasta la estación más próxima y allí cargar la
hacienda en los vagones jaula del tren que estaban estacionados en el brete.
A mediados del siglo pasado aparecieron los camiones de transportar
hacienda, que van directamente y a cualquier día y hora a la puerta del
establecimiento donde se encuentra la hacienda que se desea transportar. Esto
concluyó con los arreos, con las tropas y con los troperos.
Ya no se ven pasar más por los caminos rurales las tropas en viaje, ni se oye
el grito de los troperos animando el arreo, ni el tañido de los cencerros de las
madrinas tropilleras que iban a la cabecera.
Hasta no hace muchas décadas, quienes
La Rebelion Del Caudillo Andino - Eleodoro Benel ZuloetaMario Burga
Este libro nos transporta a la segunda década de 1900 y tiene como escenarios a las provincias norteñas de Chota, Cutervo y Santa Cruz. Aquí se narra el levantamiento en armas del hacendado y revolucionario Eleodoro Benel en contra del gobierno tirano de Augusto B. Leguía, junto al Dr. Arturo Osores y el coronel Samuel del Alcázarar.
Armado con su ejército de ronderos y campesinos, se convirtió en un duro hueso de roer para el gobierno el cual busco a toda costa eliminarlo iniciando una feroz persecución llena de abusos y asesinatos de inocentes. En cada combate y enfrentamiento con las fuerzas de gobierno y bandoleros, salió victorioso ganándose la fama de ser un hombre temido por los militares y bandoleros, pero muy respetado por los campesinos. También gano muchos enemigos entre políticos y bandoleros, Benel con fusil en mano luchó hasta el último minuto de su vida por desterrar la tiranía y buscar un gobierno que sirva a todos los peruanos.
No hay duda de que O. Henry es uno de los cuentistas más destacados del siglo XIX, por ello sus cuentos han sido traducidos a una gran parte de los idiomas de todo el mundo.
"La venganza de Cisco Kid", no es una de sus historias más conocidas, sin embargo no por eso habría que considerarlo un texto menor.
Cisco Kid es un hombre astuto que vive al margen de la ley en las inmediaciones de la frontera de California con México cuando las líneas no estaban todavía muy bien delimitadas.
La trama se centra en un plan para atraparlo urdido por los oficiales de las tropas que andan tras sus pasos. La idea involucra a la novia india de Cisco Kid a la que tratarán de engatusar para que les confiese el día y la hora en que Cisco Kid irá a visitarla, y de esa manera poder echarle el guante.
Todo va saliendo como se planeó, pero algo sucede que trastoca los planes.
La llegada del ferrocarril, si bien no concluyó con los arreos, acortó las
distancias; bastaba con arrear hasta la estación más próxima y allí cargar la
hacienda en los vagones jaula del tren que estaban estacionados en el brete.
A mediados del siglo pasado aparecieron los camiones de transportar
hacienda, que van directamente y a cualquier día y hora a la puerta del
establecimiento donde se encuentra la hacienda que se desea transportar. Esto
concluyó con los arreos, con las tropas y con los troperos.
Ya no se ven pasar más por los caminos rurales las tropas en viaje, ni se oye
el grito de los troperos animando el arreo, ni el tañido de los cencerros de las
madrinas tropilleras que iban a la cabecera.
Hasta no hace muchas décadas, quienes
La Rebelion Del Caudillo Andino - Eleodoro Benel ZuloetaMario Burga
Este libro nos transporta a la segunda década de 1900 y tiene como escenarios a las provincias norteñas de Chota, Cutervo y Santa Cruz. Aquí se narra el levantamiento en armas del hacendado y revolucionario Eleodoro Benel en contra del gobierno tirano de Augusto B. Leguía, junto al Dr. Arturo Osores y el coronel Samuel del Alcázarar.
Armado con su ejército de ronderos y campesinos, se convirtió en un duro hueso de roer para el gobierno el cual busco a toda costa eliminarlo iniciando una feroz persecución llena de abusos y asesinatos de inocentes. En cada combate y enfrentamiento con las fuerzas de gobierno y bandoleros, salió victorioso ganándose la fama de ser un hombre temido por los militares y bandoleros, pero muy respetado por los campesinos. También gano muchos enemigos entre políticos y bandoleros, Benel con fusil en mano luchó hasta el último minuto de su vida por desterrar la tiranía y buscar un gobierno que sirva a todos los peruanos.
No hay duda de que O. Henry es uno de los cuentistas más destacados del siglo XIX, por ello sus cuentos han sido traducidos a una gran parte de los idiomas de todo el mundo.
"La venganza de Cisco Kid", no es una de sus historias más conocidas, sin embargo no por eso habría que considerarlo un texto menor.
Cisco Kid es un hombre astuto que vive al margen de la ley en las inmediaciones de la frontera de California con México cuando las líneas no estaban todavía muy bien delimitadas.
La trama se centra en un plan para atraparlo urdido por los oficiales de las tropas que andan tras sus pasos. La idea involucra a la novia india de Cisco Kid a la que tratarán de engatusar para que les confiese el día y la hora en que Cisco Kid irá a visitarla, y de esa manera poder echarle el guante.
Todo va saliendo como se planeó, pero algo sucede que trastoca los planes.
Presentación de la conferencia sobre la basílica de San Pedro en el Vaticano realizada en el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda el jueves 2 de mayo de 2024.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
IMÁGENES SUBLIMINALES EN LAS PUBLICACIONES DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁClaude LaCombe
Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de las imágenes subliminales de los Testigos de Jehová. Fue en los primeros años del foro de religión “Yahoo respuestas” (que, por cierto, desapareció definitivamente el 30 de junio de 2021). El tema del debate era el “arte religioso”. Todos compartíamos nuestros puntos de vista sobre cuadros como “La Mona Lisa” o el arte apocalíptico de los adventistas, cuando repentinamente uno de los participantes dijo que en las publicaciones de los Testigos de Jehová se ocultaban imágenes subliminales demoniacas.
Lo que pasó después se halla plasmado en la presente obra.
Ponencia en I SEMINARIO SOBRE LA APLICABILIDAD DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA. 3 de junio de 2024. Facultad de Estudios Sociales y Trabajo, Universidad de Málaga.
2. Los Hombres de San Martín
batanar es darle a un tejido, a través de golpes, mayor
grosor y resistencia, hacer más pequeños los espacios que
hay entre los hilos, para evitar, por ejemplo, que pase la
humedad o el frío, es decir impermeabilizarlo. Era indis-
pensable para un ejército que se disponía a cruzar una de
las cordilleras más altas del planeta que sus ropas estuviesen
abatanadas. San Martín conocía las virtudes del mulato Andrés
Tejeda. Era intuitivo, creador, osado para su época, dócil a las
aventuras y además, molinero. El molino del estado estaba ubi-
cado en la actual Coronel Díaz al 104 donde existe un recorda-
torio. En ese lugar el agua del canal Tajamar que corría de sur a
norte cambiaba de dirección hacia el este y producía un salto
de agua considerable para aportar la fuerza que necesitaba un
molino para funcionar. Hasta entonces Andrés Tejeda sólo ha-
bía molido granos. Iba a tener que experimentar con las telas
de las bayetas. La bayetas eran piezas de tela confeccionada
con diversos tejidos. Llegaban a Mendoza principalmente de
San Luis. Ante el encargo de San Martín Tejeda planificó y cons-
truyó junto a Fray Luis Beltrán las piezas metálicas que fueron
hecha destrozando una vieja campana de la Iglesia de la Trini-
dad. Un emigrado chileno, Dámaso Herrera, muy entendido en
mecánica los ayudó a poner en marcha el invento. San Martín
no ahorró elogios a la tarea del molinero quien consideraba “un
hombre cuyo talento mecánico era pasmoso sobre toda consi-
deración”. Lo proclamó “ciudadano” por bando, honor que por
entonces tenían muy pocos y menos siendo mulato.
No hubiera sido posible. Sin la ayuda de la gente de Mendoza no
hubiera sido posible. Desde que llegó el querido Pepe Pancho a la
gobernación, toda la provincia se preparó para la guerra. Muchas
mujeres y hombres que ayudaron de distinta forma han quedado
para siempre en el olvido. Pero sabemos de algunos, de lo que hi-
cieron,desumaneradecontribuirconlacausadetodos:lalibertad.
La tarea de San Martín fue ciclópea pero no menos importante fue
la colaboración que los mendocinos le brindaron. En nuestra pri-
mera entrega recordamos a Alvarez Condarco, hoy lo hacemos con
el Molinero Tejeda, vendrán Pedro Vargas, Tropero Sosa, Fray Inali-
cán, Ñacuñán y otros, y otras. Lo dice el Canto a Mendoza, esta es la
provinciaqueacunólalibertad.Mendozaesúnicaeirrepetible.
Batán
Los que hicieron posible lo imposible
Molinero Tejeda
2 ESPECIAL DIARIO JORNADA VIERNES 8 DE FEBRERO 2013
A
Jorge Sosa / Idea y redacción
3. Los Hombres de San Martín
batanar es darle a un tejido, a través de golpes, mayor
grosor y resistencia, hacer más pequeños los espacios que
hay entre los hilos, para evitar, por ejemplo, que pase la
humedad o el frío, es decir impermeabilizarlo. Era indis-
pensable para un ejército que se disponía a cruzar una de
las cordilleras más altas del planeta que sus ropas estuviesen
abatanadas. San Martín conocía las virtudes del mulato Andrés
Tejeda. Era intuitivo, creador, osado para su época, dócil a las
aventuras y además, molinero. El molino del estado estaba ubi-
cado en la actual Coronel Díaz al 104 donde existe un recorda-
torio. En ese lugar el agua del canal Tajamar que corría de sur a
norte cambiaba de dirección hacia el este y producía un salto
de agua considerable para aportar la fuerza que necesitaba un
molino para funcionar. Hasta entonces Andrés Tejeda sólo ha-
bía molido granos. Iba a tener que experimentar con las telas
de las bayetas. La bayetas eran piezas de tela confeccionada
con diversos tejidos. Llegaban a Mendoza principalmente de
San Luis. Ante el encargo de San Martín Tejeda planificó y cons-
truyó junto a Fray Luis Beltrán las piezas metálicas que fueron
hecha destrozando una vieja campana de la Iglesia de la Trini-
dad. Un emigrado chileno, Dámaso Herrera, muy entendido en
mecánica los ayudó a poner en marcha el invento. San Martín
no ahorró elogios a la tarea del molinero quien consideraba “un
hombre cuyo talento mecánico era pasmoso sobre toda consi-
deración”. Lo proclamó “ciudadano” por bando, honor que por
entonces tenían muy pocos y menos siendo mulato.
No hubiera sido posible. Sin la ayuda de la gente de Mendoza no
hubiera sido posible. Desde que llegó el querido Pepe Pancho a la
gobernación, toda la provincia se preparó para la guerra. Muchas
mujeres y hombres que ayudaron de distinta forma han quedado
para siempre en el olvido. Pero sabemos de algunos, de lo que hi-
cieron,desumaneradecontribuirconlacausadetodos:lalibertad.
La tarea de San Martín fue ciclópea pero no menos importante fue
la colaboración que los mendocinos le brindaron. En nuestra pri-
mera entrega recordamos a Alvarez Condarco, hoy lo hacemos con
el Molinero Tejeda, vendrán Pedro Vargas, Tropero Sosa, Fray Inali-
cán, Ñacuñán y otros, y otras. Lo dice el Canto a Mendoza, esta es la
provinciaqueacunólalibertad.Mendozaesúnicaeirrepetible.
Batán
Los que hicieron posible lo imposible
Molinero Tejeda
2 ESPECIAL DIARIO JORNADA VIERNES 8 DE FEBRERO 2013
A
Jorge Sosa / Idea y redacción
4. Los Hombres de San Martín
batanar es darle a un tejido, a través de golpes, mayor
grosor y resistencia, hacer más pequeños los espacios que
hay entre los hilos, para evitar, por ejemplo, que pase la
humedad o el frío, es decir impermeabilizarlo. Era indis-
pensable para un ejército que se disponía a cruzar una de
las cordilleras más altas del planeta que sus ropas estuviesen
abatanadas. San Martín conocía las virtudes del mulato Andrés
Tejeda. Era intuitivo, creador, osado para su época, dócil a las
aventuras y además, molinero. El molino del estado estaba ubi-
cado en la actual Coronel Díaz al 104 donde existe un recorda-
torio. En ese lugar el agua del canal Tajamar que corría de sur a
norte cambiaba de dirección hacia el este y producía un salto
de agua considerable para aportar la fuerza que necesitaba un
molino para funcionar. Hasta entonces Andrés Tejeda sólo ha-
bía molido granos. Iba a tener que experimentar con las telas
de las bayetas. La bayetas eran piezas de tela confeccionada
con diversos tejidos. Llegaban a Mendoza principalmente de
San Luis. Ante el encargo de San Martín Tejeda planificó y cons-
truyó junto a Fray Luis Beltrán las piezas metálicas que fueron
hecha destrozando una vieja campana de la Iglesia de la Trini-
dad. Un emigrado chileno, Dámaso Herrera, muy entendido en
mecánica los ayudó a poner en marcha el invento. San Martín
no ahorró elogios a la tarea del molinero quien consideraba “un
hombre cuyo talento mecánico era pasmoso sobre toda consi-
deración”. Lo proclamó “ciudadano” por bando, honor que por
entonces tenían muy pocos y menos siendo mulato.
No hubiera sido posible. Sin la ayuda de la gente de Mendoza no
hubiera sido posible. Desde que llegó el querido Pepe Pancho a la
gobernación, toda la provincia se preparó para la guerra. Muchas
mujeres y hombres que ayudaron de distinta forma han quedado
para siempre en el olvido. Pero sabemos de algunos, de lo que hi-
cieron,desumaneradecontribuirconlacausadetodos:lalibertad.
La tarea de San Martín fue ciclópea pero no menos importante fue
la colaboración que los mendocinos le brindaron. En nuestra pri-
mera entrega recordamos a Alvarez Condarco, hoy lo hacemos con
el Molinero Tejeda, vendrán Pedro Vargas, Tropero Sosa, Fray Inali-
cán, Ñacuñán y otros, y otras. Lo dice el Canto a Mendoza, esta es la
provinciaqueacunólalibertad.Mendozaesúnicaeirrepetible.
Batán
Los que hicieron posible lo imposible
Molinero Tejeda
2 ESPECIAL DIARIO JORNADA VIERNES 8 DE FEBRERO 2013
A
Jorge Sosa / Idea y redacción
5. Los Hombres de San Martín
batanar es darle a un tejido, a través de golpes, mayor
grosor y resistencia, hacer más pequeños los espacios que
hay entre los hilos, para evitar, por ejemplo, que pase la
humedad o el frío, es decir impermeabilizarlo. Era indis-
pensable para un ejército que se disponía a cruzar una de
las cordilleras más altas del planeta que sus ropas estuviesen
abatanadas. San Martín conocía las virtudes del mulato Andrés
Tejeda. Era intuitivo, creador, osado para su época, dócil a las
aventuras y además, molinero. El molino del estado estaba ubi-
cado en la actual Coronel Díaz al 104 donde existe un recorda-
torio. En ese lugar el agua del canal Tajamar que corría de sur a
norte cambiaba de dirección hacia el este y producía un salto
de agua considerable para aportar la fuerza que necesitaba un
molino para funcionar. Hasta entonces Andrés Tejeda sólo ha-
bía molido granos. Iba a tener que experimentar con las telas
de las bayetas. La bayetas eran piezas de tela confeccionada
con diversos tejidos. Llegaban a Mendoza principalmente de
San Luis. Ante el encargo de San Martín Tejeda planificó y cons-
truyó junto a Fray Luis Beltrán las piezas metálicas que fueron
hecha destrozando una vieja campana de la Iglesia de la Trini-
dad. Un emigrado chileno, Dámaso Herrera, muy entendido en
mecánica los ayudó a poner en marcha el invento. San Martín
no ahorró elogios a la tarea del molinero quien consideraba “un
hombre cuyo talento mecánico era pasmoso sobre toda consi-
deración”. Lo proclamó “ciudadano” por bando, honor que por
entonces tenían muy pocos y menos siendo mulato.
No hubiera sido posible. Sin la ayuda de la gente de Mendoza no
hubiera sido posible. Desde que llegó el querido Pepe Pancho a la
gobernación, toda la provincia se preparó para la guerra. Muchas
mujeres y hombres que ayudaron de distinta forma han quedado
para siempre en el olvido. Pero sabemos de algunos, de lo que hi-
cieron,desumaneradecontribuirconlacausadetodos:lalibertad.
La tarea de San Martín fue ciclópea pero no menos importante fue
la colaboración que los mendocinos le brindaron. En nuestra pri-
mera entrega recordamos a Alvarez Condarco, hoy lo hacemos con
el Molinero Tejeda, vendrán Pedro Vargas, Tropero Sosa, Fray Inali-
cán, Ñacuñán y otros, y otras. Lo dice el Canto a Mendoza, esta es la
provinciaqueacunólalibertad.Mendozaesúnicaeirrepetible.
Batán
Los que hicieron posible lo imposible
Molinero Tejeda
2 ESPECIAL DIARIO JORNADA VIERNES 8 DE FEBRERO 2013
A
Jorge Sosa / Idea y redacción
6. Los Hombres de San Martín6 ESPECIAL DIARIO JORNADA VIERNES 8 DE FEBRERO 2013
Canción
Pido permiso, mi general
voy a volar.
Pido permiso para extender las alas
al más allá
De lienzo, tiento y madera
mis alas son
y un poquito de viento
del corazón.
Y ahora que ya están listas,
Mi geneal,
deme usted el permiso
para volar.
Soy el mulato Tejeda,
nací pájaro de tierra
pero pronto he de subir
a tutear a las estrellas.
Usted suba que yo subo
vamos los dos a volar
que el cielo también es patria
y precisa libertad.
Usted suba que yo subo
General
Usted por la cordillera
General
Y yo un poco más abajo
General
Por tierra y cielo lo haremos
General.
Y si salgo bien
yo lo seguiré
vuele usted, señor
que yo volaré.
Y si ve un cóndor volando
a altura de Cordillera
diga usted sin duda alguna:
el Molinero Tejeda.
Vuelo, vuelo, vuelo
soy patria viajera.
Vuelo, vuelo, vuelo
hasta ser bandera.
Permiso para volar
Ilustración/Pablo Pavezka
7. Los Hombres de San Martín 7ESPECIAL DIARIO JORNADAVIERNES 8 DE FEBRERO 2013
Disidencias
Hemos tomado uno de los caminos existentes para contar este
trozo de historia. Sabemos que existen disidencias. Hay histo-
riadores, respetables, que no creen que Tejeda haya sido mul-
ta y tampoco creen que haya abatanado los uniformes del ejér-
cito. Sostienen que se dedicó a elaborar harina de maíz para
alimento de las tropas en su preparación y posterior cruce.
Afirman, además, que los uniformes fueron traídos de Buenos
Aires. Lo cierto es que el encargo de San Martín existió y si el
grueso de los uniformes o telas pudo llegar del puerto es pro-
bable que parte de ellos, al menos, se confeccionaran en Men-
doza. También existe disidencia en la ubicación del molino. Al-
gunos lo asientan sobre el Tajamar, cerca de la Alameda, y
otros afirman que estaba ubicado en la zona de Panquehua.