Los movimientos antiglobalización son un conjunto diverso de activistas que critican el pensamiento neoliberal dominante por beneficiar desproporcionadamente a las grandes corporaciones y países ricos, exacerbando la precariedad laboral y un modelo de desarrollo económico injusto e insostenible. Generalmente mantienen una ideología izquierdista opuesta al liberalismo económico y critican el libre comercio corporativo, la mercantilización social y el poder de las instituciones financieras internacionales sobre la soberanía nacional.