Este documento describe una exposición sobre la relación entre el pintor Bartolomé Esteban Murillo y su mecenas Justino de Neve en Sevilla durante el siglo XVII. La exposición presenta 16 pinturas realizadas por Murillo para iglesias e instituciones patrocinadas por Neve, incluyendo retratos de Neve y escenas bíblicas. El documento también proporciona contexto histórico sobre Sevilla en el siglo XVII y la carrera y colección de Neve.
2. Sevilla en el siglo XVII
Poseía el monopolio del comercio con las Indias
Aunque los 130.000 habitantes con los que contaba a finales
del siglo XVI habían disminuido algo a consecuencia de la
peste de 1599 y la expulsión de los moriscos, cuando nació
Murillo seguía siendo una ciudad cosmopolita, la más poblada
de las españolas y una de las mayores del continente europeo.
A partir de 1627 comenzaron a advertirse algunos síntomas de
crisis a causa de la disminución del comercio con Indias, que
lentamente se desplazaba hacia Cádiz, el estallido de la Guerra
de los Treinta Años y la separación de Portugal. Pero el mayor
problema llegó con la peste de 1649. La población se redujo a
la mitad, contabilizándose unos 60.000 muertos, y ya no se
recuperó.
3. Aunque la crisis afectó de manera desigual a los diversos
segmentos de la población, el nivel de vida general disminuyó.
La caridad funcionó como paliativo de la injusticia y la miseria,
en cada parroquia o en instituciones específicamente dedicadas
a su atención, como la Hermandad de la Caridad, revitalizada
después de 1663 por Miguel Mañara, quien en 1650 y 1651
había actuado como padrino de bautismo de dos de los hijos de
Murillo.
Se estima que en 1665 la cifra de extranjeros residentes en
Sevilla rondaba los siete mil, aunque lógicamente no todos ellos
dedicados al comercio. Algunos se habían integrado
plenamente en la ciudad tras hacer fortuna: Justino de Neve,
protector de la iglesia de Santa María la Blanca y del Hospital
de Venerables, para los que encargó a Murillo algunas de sus
obras maestras, procedía de una de aquellas familias de
antiguos comerciantes flamencos establecidos en la ciudad ya
en el siglo XVI
4. Retrato de Don Justino de Neve
La exposición «Murillo y
Justino de Neve. El arte
de la amistad» reúne un
total de 16 pinturas que
proceden de distintos
museos del mundo y de
colecciones privadas.
Estas obras fueron todas
pintadas por Bartolomé
Esteban Murillo (1617-
1682) en Sevilla durante
su etapa de madurez
creativa, es decir,
fundamentalmente en la
década de los años
sesenta y setenta del
siglo XVII.
5. Autorretrato
Al fallecer Justino de Neve en
1685 poseía al menos 18 cuadros
de Murillo. La muestra ofrece tres
obras de gran calidad en este
sentido. Una de ellas es el
«Retrato de Don Justino de
Neve» (1665), que certifica
claramente la amistad entre el
artista y el mecenas. Actualmente
se encuentra en la National
Gallery de Londres.
El mismo museo londinense
posee otras dos obras maestras
que pintó Murillo: «Autorretrato»
(1670-1673) y «San Juan Bautista
Niño» (1660-1665).
10. El patricio rebelando un sueño al Papa
Liberio
Murillo realizó
expresamente para la
iglesia de Santa María la
Blanca (1665), fue un
proyecto que le encargó
Justino de Neve.
Al pintor sevillano se le
encomendó que
representara dos lunetos
pequeños para las naves
laterales, una exaltación
de la Inmaculada
Concepción y del
sacramento de la
Eucaristía
11. Jesús niño repartiendo pan a los
sacerdotes
Murillo realizó una serie de
11 pinturas para el Hospital y la
Hermandad de los Venerables
Sacerdotes de Sevilla, institución
que creó Justino de Neve junto
con otros ilustres personajes
sevillanos. La exposición que
vamos a visitar permitirá ver de
nuevo estas pinturas de Murillo en
el espacio original en el que
fueron creadas.
13. Inmaculada Concepción de los
Venerables Soult
Esta obra se expone con su marco
original, que está dorado al agua y
estofado sobre madera y que es del siglo
XVII. Éste pertenece al Arzobispado de
Sevilla y está depositado en la iglesia del
Hospital de los Venerables
14. El bautismo de Cristo
El cuarto apartado de la muestra se
centra en Murillo y la Catedral de Sevilla.
Destaca un encargo que le realizó
Justino de Neve sobre el tema de «El
Bautismo de Cristo» (1668) para la
capilla de San Antonio o del Bautismo.
Este cuadro ha sido restaurado
expresamente para esta exposición por
el Museo del Prado.
15. Verano (Joven con cesta de frutas)
El último apartado de la exposición
se centra en una selección de
obras que formaron parte de la
colección particular de Justino de
Neve (formada por unas 160
pinturas y una gran biblioteca), que
poseía 18 obras atribuidas a
Murillo, así como un retrato del
pintor que no se le atribuye.
Destacan dos alegorías de las
estaciones del año: «Verano
(Joven con cesta de frutas)» (1640-
1650) y «Primavera (La Florista)»
(1665-1670), que están
actualmente en museos de
Edimburgo y Londres,
respectivamente