1. Nocturno de cerca
Asomado a la oscuridad
en el silencio íntimo
la curiosidad se ilumina,
y me salva del destierro
a la altura de quien con el rostro
de luna enseña a soñar despierto.
Has llamado mi atención
dibujando de reflejos
el acero de mis ojos.
Alrededor de una luz
supero el ardor estrellado,
cubriendo las dóciles nubes
con el calor de una boca asonante,
infalible ante el lecho de mi voz.
No me haces esperar
pese a que me escribas
con la sed de la sombra
y hagas rimas con los tapices
usados para destaparte.
Me has hecho de río descabalgado
desde las cimas derribadas por el cielo.
Las nubes eran mi hambre
de huérfana dentellada
a la vera de un aroma.
Siento lo mismo si el movimiento
del mar se adorna con flores,
izando las olas entusiastas,
volviéndose de un cristal marino
a través del cual los sentimientos
salpican pétalos entre el temporal
de raíces perspicaces.
Muy atento a los derrames,
a los bastones llameantes y
a las voces del camino
de los viejos olivos
quienes osados entonan
de noche todas mis noches.
Aquellas nubes, eran mi hambre.
Miércoles, 06 de mayo de 2020
Félix Sánchez.
Un ciudadano más.