Las normas de la OIT establecen principios flexibles para la cobertura de riesgos laborales. El estado tiene la responsabilidad general de administrar o confiar la gestión de los regímenes de seguridad social a instituciones con participación de los interesados. Las normas definen contingencias como accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, y estipulan prestaciones como subsidios por incapacidad temporal e indemnizaciones. También cubren temas de seguridad e higiene en el trabajo.