Los bancos tienen la obligación de proteger los datos personales de los clientes y administrarlos de manera confiable, imparcial y respetuosa. También deben brindar información adecuada y atención personalizada a los clientes sin discriminar ni restringir el acceso a sus cuentas y servicios. Si un banco incumple estas normas, la Superintendencia de Bancos puede aplicar sanciones de acuerdo con la ley.