Nubes y claros en el crecimiento económico de los emergentes

1. Nubes y claros en el crecimiento económico de los
emergentes
Por: Florencia Bunge
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que los mercados
emergentes atraviesan por un periodo de vulnerabilidad, recalcando la fragilidad
financiera a la que se enfrentan.
Concretamente, el FMI señaló que "la salida de capitales, los tipos de interés más
altos, y la aguda depreciación de divisas en las economías emergentes se mantienen
como una preocupación clave, y el continuado ajuste de las condiciones financieras
puede reducir la inversión y el crecimiento".
Estamos viviendo un momento de incertidumbre, nubes y claros en las economías
emergentes, con muchos retos que afrontar. Ejemplo de ello, es que la volatilidad de
los capitales ha aumentado en el mundo entero en las tres últimas décadas, y es
mayor para las economías emergentes que para las desarrolladas, ya que están
viviendo las consecuencias de los desbalances de pagos de los países desarrollados.
En este sentido, Christine Lagarde, en la reunión de ministros de economía y
banqueros centrales del G20 en Sídney, dio a conocer el informe que recomienda mirar
hacia nuevas políticas macroeconómicas para así afrontar las incógnitas actuales de las
economías emergentes.
Por otro lado, el Banco Mundial, en su informe “Perspectivas económicas mundiales:
América Latina y el Caribe”, señala que el crecimiento de la región estuvo restringido
en 2013 por factores como comercio internacional deprimido, mercados de productos
básicos menos favorables y desafíos nacionales, el PIB real creció en 2,5% en 2013. En
esta línea, el análisis presentado por el organismo especializado del Sistema de
las Naciones Unidas, que funge como fuente de asistencia financiera y técnica para los
países en desarrollo, estima que la perspectiva económica regional es positiva, con un
sostenido fortalecimiento del crecimiento de 2,9% en 2014 a 3,7% en 2016.
Ahora, es momento de que las autoridades piensen sobre cómo ofrecer soluciones a
una contracción de las condiciones financieras que afectan al mundo. Lo cierto es que
los países que sepan mantener el rumbo correcto serán los que verán la luz, pero es
importante que no olvidemos que una región competitiva es la que impulsa su
economía a través del progreso y avance de sus empresas, la descentralización y la
circulación interna. Por ello, cada una de las economías emergentes debe consolidarse
como un generador de desarrollo y ser ambicioso en sus metas y objetivos,
beneficiando no sólo a la región, sino al mundo entero.
Este artículo ha sido basado en la opinión personal de Florencia Bunge.
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