Leonardo da Vinci observó en 1508 que al meter la cabeza en un recipiente con agua se modificaba la visión, dando origen a los estudios sobre lentes de contacto. Las primeras lentes de contacto para corregir defectos visuales fueron creadas en 1887 y 1888 por Muller y Fick/Kalt respectivamente, aunque eran de vidrio, pesadas y se podían usar pocas horas. Las primeras lentes blandas de metacrilato fueron creadas por Tuohy en 1948 y Wichterle y Dreifus en 1950, permitiendo mayor comodidad.