El documento discute la importancia de una pedagogía poética basada en la literatura y la experiencia de lectura. Propone que la lectura debe ser una actividad transformadora que afecte la subjetividad del lector y lo mueva a cambiar. También argumenta que la imaginación y la producción de sentido a través de la lectura son fundamentales para la formación humana, y que los educadores deben promover el acceso igualitario a la literatura para lograr una verdadera transformación en los estudiantes.