El documento propone que la educación debe concebirse como un proceso de desarrollo continuo y holístico de la persona que se fundamenta en los derechos humanos. La comunidad educativa debe estar atenta a los avances científicos y tecnológicos pero también construir conocimiento desde las tradiciones locales. El cambio educativo pretende apoyar el desarrollo social y económico sin renunciar a los derechos y libertades humanas.