Gracias a su portafolio, la autora logró desarrollar habilidades personales y profesionales como trabajar en equipo, controlar sus emociones, aportar ideas de manera respetuosa, y ser responsable proyectando una filosofía cristiana. Estas experiencias la ayudan tanto en su vida personal como profesional, donde debe mostrar sensibilidad, compañerismo y atención a las necesidades de las personas para prestar un mejor servicio.