2. El próximo 31 de octubre se celebra el día de las brujas, una
conmemoración que ha sido importada de Estados Unidos, pero
que ya hace parte de las fiestas importantes de nuestros niños y
niñas, pero pocas veces nos detenemos a pensar en quienes han
sido verdaderamente esos personajes y cual ha sido el rol que
han desempeñado a todo lo largo de la historia. Por otra parte la
bruja, como personaje histórico y literario, me ha llamado
siempre poderosamente la atención; es por ello que el presente
artículo hace una breve reseña de esa mágica figura por la que a
veces sentimos miedo o atracción.
3.
4. La bruja o hechicera es un personaje legendario, se remonta incluso
a la época de los faraones griegos. En el libro “Las Sociedades
Secretas”, de Peter Gitlitz, se menciona un papiro encontrado en una
de las pirámides, donde se puede observar al faraón Ramsés III con
punciones en diversas partes del cuerpo, exactamente donde el
faraón decía sentir dolencias. Según el papiro esto habría sucedido
en el año 1.100 a. de J.C.
En la Grecia antigua también se practicaba el oficio de la brujería. Los
autores clásicos hacen alusión a ellas y a sus pócimas mágicas.
Teócrata nos habla de ellas en su obra “Idilios” Y Horacio hace
referencia a una mujer de nombre Canida, cuyo oficio era la
preparación de perfumes y de bebedizos para rendir culto a Príapo,
el dios del sexo.
5.
6. Pero las brujas de la antigüedad estaban muy lejos de ser
consideradas como los seres maléficos del medioevo. En el mundo
antiguo, como ocurre aún hoy en día en los llamados “pueblos
naturales”, no se hacía una clara distinción entre magia y religión. La
preparación de bebedizos y el ejercicio de la magia estaban
reservados a personas que gozaban de gran prestigio dentro de la
comunidad. Por otra parte sólo podía trabajar en el oficio la persona
que hubiese cumplido con largos y penosos años de aprendizaje.
7.
8. La persecución de las brujas sólo se inició en el siglo XIV. En realidad las
mujeres que serían posteriormente perseguidas, torturadas y asesinadas
en la hoguera o ahogadas en los ríos, eran sacerdotisas al servicio de
diosas de antiguas religiones precristianas, religiones en su gran mayoría
de origen panteísta. Su gran crimen fue seguir profesando las creencias de
sus antepasados, en una época donde el cristianismo luchaba por
asegurar su dominio como única religión monoteísta en territorio
europeo.
En la Alta Edad Media, las brujas eran aquellas mujeres campesinas que
conocían muy bien su entorno, sabían que plantas eran benéficas para las
diversas enfermedades que aquejaban a su familia y comunidad. Pero por
este conocimiento, que además era un oficio ejercido por los judíos (a
quienes sólo se les permitía ejercer los oficios concernientes a la medicina,
al comercio y a la de prestamistas), serían perseguidas implacablemente
por la Santa Inquisición.