La organización sin fines de lucro trabaja con voluntarios jóvenes en 19 países de Latinoamérica para mejorar la calidad de vida de familias que viven en asentamientos marginales, brindándoles viviendas de manera gradual y sostenible con donaciones de $5 y el vuelto de las personas. Los voluntarios entre 18 y 30 años colaboran en la lucha contra la pobreza y para concientizar sobre el problema en su país.