Existen dos categorías principales de espina bífida: espina bífida oculta y espina bífida quística, la cual incluye meningocele y mielomeningocele. Aunque no tiene cura, existen tratamientos como cirugías, aparatos ortopédicos y actividad física que mejoran la calidad de vida. El consumo de ácido fólico durante el embarazo puede prevenir este defecto congénito.