Existen dos fuentes principales de luz: natural, provista por el sol, y artificial, lograda a través de la electricidad. La luz artificial incluye lámparas incandescentes, de descarga y fluorescentes, cada una adaptada a necesidades diferentes. Las lámparas incandescentes producen luz caliente mediante un filamento calentado, mientras que las de descarga y fluorescentes generan luz más fría a través de descargas eléctricas en gases.