El documento propone dos principales transformaciones al sistema educativo costarricense: 1) realizar más capacitaciones a docentes para enfrentarse a una población estudiantil tecnológica, y 2) mayor inversión del gobierno en equipo tecnológico para reducir las brechas entre escuelas. También sugiere mantener dos aspectos: 1) la presencia de un docente para humanizar a los estudiantes, y 2) el papel del docente como intermediario del conocimiento aunque se incentive la investigación estudiantil.