El documento presenta varias posibles fuentes de financiamiento para la educación superior en Chile, como aplicar un royalty a las mineras, aumentar impuestos a las utilidades de empresas, reducir el gasto en defensa, e implementar un impuesto a las utilidades de las grandes empresas. Se estima que financiar la educación de 300,000 estudiantes en universidades tradicionales habría costado aproximadamente $1,800 millones de dólares en 2010, lo que representa menos del 10% de las utilidades anuales reportadas por las principales empresas privadas chilenas.