La gripe porcina de 2009 fue una pandemia causada por una nueva cepa del virus de la influenza A que surgió de una mutación que permitió el salto entre especies de cerdos a humanos. Sus síntomas incluyeron fiebre alta, tos seca, dolor de garganta y secreción nasal, así como dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga. La vacuna y antivíricos fueron los principales tratamientos, y afectó a varios países con y sin muertes reportadas.