2. La legibilidad, la capacidad de una tipografía de ser
comprehensible, tiene que ver con las características
formales de las letras y su relación cultural con el
lector. La lecturabilidad, la capacidad de un texto de
ser comprehensible, tiene que ver más con aspectos
compositivos y con el uso que se dé a esa tipografía.
Una buena tipografía, mal usada, tendría pues un alto
índice de legibilidad, pero resultaría en una mala
lecturabilidad. No se dá fácilmente el caso inverso.
3. La legibilidad es un tema de alta complejidad en el que inciden
diversos
factores:
– Cultural (cómo se ha leído en mi entorno)
– Perceptivo (cómo es la forma de la letra)
– Emotivo (cómo me afecta la forma de la letra)
Pero el más fundamental es el cultural.
4. La lectura de las letras es tan cotidiana, leemos textos largos como
los artículos de una revista, e inclusive más extensos aun, como
una novela; también leemos textos cortos, como en un periódico y
aun más breves, como en una señalización de un banco. Sin
embargo, a pesar de que estamos acostumbrados a leer todo tipo de
textos, no podemos definir con exactitud por qué algunas veces nos
cuesta más leer que otras, sin considerar los factores externos al
texto, como la iluminación, el estado de ánimo o el ruido.
5. Notamos entonces que leer con fluidez tiene que ver con la manera
armónica en que las letras, las palabras y los textos se presentan ante
nuestros ojos. Este concepto se describe como “lecturabilidad”, pero
no es un término aceptado por todos los expertos en la materia, ya que
se usan otros como “confort
visual” o simplemente legibilidad.
En la disciplina tipográfica existe todo un mundo de términos y
situaciones que detallan aciertos y errores cuando se trata de la
composición de textos; veamos cuáles son éstos, desde lo más
esencial.
6. La palabra: Espaciado entre letras y Kerning
En el uso de la tipografía aparece como primera aproximación el
enfrentamiento entre los caracteres y su relación espacial en la línea
de base.
A pesar de que las tipografías profesionales tienen resuelto el tema del
espaciado, no podemos ignorar cómo se establece éste, para entender
así el texto impreso como una trama homogénea y agradable. El
enfrentamiento de los glifos es generalmente distinto entre ellos; sin
embargo, existen algunas formas que se repiten y que permiten
establecer patrones, con el objeto de reducir la cantidad de estas
diferencias. Es el caso de los lados izquierdos de las letras mayúsculas
como la B, D, E, F, H, 1, K, L, N, P, R y la M en algunos casos, o los
lados curvos de las letras C, G, O y Q por otro lado los extremos
derechos son mucho más diferentes, tanto en las mayúsculas como en
las minúsculas. Sin embargo, se debe prestar más atención a las
minúsculas, porque son las que usamos habitualmente para leer.
7. El “problema” de los enfrentamientos de las letras radica entonces en
tratar de homologar los espacios blancos entre las letras, con la idea de
no entorpecer la lectura. Esto no se hace usando la medición lineal
entre los caracteres, sino que es un ejercicio de percepción visual, en
donde el “área blanca” que separa un carácter de otro debe ser
ópticamente equivalente. Esto
se realiza mediante la fijación de un límite espacial (sidebearing) en
ambos lados de la letra, los cuales corresponderían a la mitad del
espacio blanco del siguiente carácter, de tal manera que, al enfrentarla
con otra, completen a parte que les falta.