La sequía afectó severamente a la agricultura y ganadería en el Ecuador en 2009, especialmente en las provincias de Manabí, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas. Más de 40,000 hectáreas de cultivos y pastizales fueron afectadas, dejando a más de 32,000 familias sin medios de subsistencia. La falta de lluvia durante tres meses también tuvo un fuerte impacto en la ganadería, con la pérdida de 30,684 hectáreas de pasto y dificultades para alimentar al ganado