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“COMENZADO UNA NUEVA VIDA”
JESÚS DAVID GIRÓN FUELANTALA
Asesora de Práctica Comunitaria
PSI. MARÍA DEL MAR PUYO MUÑOZ
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DE POPAYÁN – UNIMINUTO
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA
POPAYÁN – CAUCA
2011
1
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN................................................................................................................3
1.EL PROBLEMA...............................................................................................................5
1.1.PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.....................................................................5
1.2.FORMULACIÓN DEL PROBLEMA..........................................................................5
1.3. OBJETIVOS................................................................................................................6
2.MARCO TEÓRICO..........................................................................................................7
2.1 ANTECEDENTES........................................................................................................7
2.2. BASES TEÓRICAS...................................................................................................10
3.MARCO METODOLÓGICO...........................................................................................56
3.1. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN...............................................................................56
3.2.POBLACIÓN Y MUESTRA......................................................................................59
3.3.TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN.......59
3.4.TÉCNICAS DE PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE DATOS.............................60
4.RESULTADOS...............................................................................................................73
5.CONCLUSIONES..........................................................................................................76
6.BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................77
7.ANEXOS........................................................................................................................79
2
INTRODUCCIÓN
El proyecto de práctica profesional de psicología Social Comunitaria “Comenzando
una nueva vida” que esta integrado al programa de “Mejoramiento de unidades
productivas creadas por población en situación de desplazamiento” de Acción
Social y ejecutado por el CREPIC. Tiene como meta llegar a 300 familias en la
ciudad de Popayán, de las cuales 30 familias del barrio lomas de Comfacauca
harán parte del proyecto “Comenzando una nueva vida”.
Es necesario entender que el fenómeno del desplazamiento forzado afecta a
aproximadamente “834278 hogares colombianos, en el departamento del Cauca
son expulsadas 35883 familias y recepciona 27627 familias y en el Municipio de
Popayán residen cerca de 14322 hogares”1
, que viven en sectores como
Asentamiento Quebrada Pubuz, Asentamiento Triunfaremos por la Paz, Lomas de
Comfacauca, Los Campos, Asentamiento Niño Jesús de Praga, lomas de granada
entre otros.
La presente propuesta de Acompañamiento psicosocial a las 30 familias del barrio
Lomas de Comfacauca que participan en el proyecto “Comenzando una nueva
vida” pretende, como primera medida, Caracterizar e identificar desde una
perspectiva individual y grupal a las personas en situación de desplazamiento
beneficiarias del proyecto, con el fin de conocer sus principales problemáticas a
nivel psicológico.
Es preciso implementar esta propuesta desde una perspectiva psicológica
teniendo en cuenta que población a trabajar ha sufrido las consecuencias de una
1
www.accionsocial.gov.co/estadisticasdesplzados/ y
www.accionsocial.gov.co/estadisticasdesplzados/genralesPD.aspx
3
guerra absurda que no les ha permitido explotar sus ideales y desarrollar sus
habilidades al máximo; por el contrario ha debilitado su salud física y mental. Si
bien es cierto que el gobierno nacional esta haciendo con su política de reparación
de victimas esfuerzos económicos para mejorar la calidad de vida de estas
familias, no ha sido suficiente, y no se le ha dado la importancia a un aspecto vital,
refiriéndome a la salud mental que aqueja a estas familias con relación a sus
emociones y sentimientos como lo son; duelos no resueltos, estigmatización de la
sociedad entre otros.
Teniendo como punto de partida lo anterior y a lo largo de este escrito el lector se
encontrara con el planteamiento del problema, pregunta, objetivos de
investigación, antecedentes y marco teórico del fenómeno a investigar,
permitiendo entender de manera científica algunas de las consecuencias
frecuentemente encontradas en las victimas del desplazamiento, manifestándose
problemáticas como depresión, síntomas de estrés postraumático y duelos no
resueltos. De aquí que las herramientas utilizadas para la recolección de datos
fueron entrevistas semiestructuradas y grupos focales y como método para el
análisis de datos a nivel comunitario fue usada la metodología de la Investigación
Acción Participación (I.A.P.). Posteriormente se encontraran con los resultados y
las conclusiones del proyecto de práctica comunitaria. Para finalizar el lector
encontrara bibliografía y anexos del mismo.
4
1. EL PROBLEMA
1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Caracterización e identificación de consecuencias psicosociales en 30 familias
participantes en el proyecto “comenzando una nueva vida” residentes en el barrio
Lomas de Comfacauca y de la comuna 9 de la ciudad de Popayán.
1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
¿Cuáles son las consecuencias psicosociales que afectan la calidad de vida de 30
familias en situación de desplazamiento participantes del proyecto “COMENZADO
UNA NUEVA VIDA” residentes en los barrios lomas de granada y lomas de
Comfacauca de la comuna 9 en la ciudad de Popayán?
5
1.3. OBJETIVOS
1.3.1 GENERAL
Identificar las consecuencias psicosociales que afectan la calidad de vida de las
30 familias participantes del proyecto “comenzando una nueva vida” residentes en
el barrio lomas de Comfacauca ubicado en la comuna 9 de la ciudad de Popayán.
1.3.2. ESPECÍFICOS
• Caracterizar la problemática a nivel psicológico de las 30 familias
participantes en el proyecto “comenzando una nueva vida”, en situación de
desplazamiento e identificar estrategias de intervención para que faciliten la
potencialización de sus habilidades e ideales.
• Promover el auto-reconocimiento de su nueva realidad para que de esta
manera facilite la aceptación de la misma. “de las familias participantes en
el proyecto”.
• Sensibilizar a las familias participantes del proyecto “comenzando una
nueva vida”, sobre la importancia de tener un proyecto de vida personal y
familiar, para que mejoren su calidad de vida.
6
2. MARCO TEÓRICO
2.1 ANTECEDENTES
Colombia a lo largo de los años ha sufrido y esta viviendo una oleada de violencia,
siendo el conflicto armado uno de los factores y fuentes de dicha violencia, ya sea
entre actores armados legales (Fuerzas militares y Policía) e ilegales (Guerrillas:
FARC, ELN y los grupos de Autodefensa). Como consecuencia de la lucha
armada se ha generado el fenómeno del desplazamiento forzado. Para entender a
quien se considera como desplazado es necesario conocer la ley que reconoce a
la victima del desplazamiento, según reza el Artículo 1º de la ley 387 de 1997, “Es
desplazada toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio
nacional abandonando su localidad de residencia o actividades económicas
habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales
han sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de
cualquiera de las siguientes situaciones: conflicto armado interno, disturbios y
tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los derechos
humanos, infracciones al derecho internacional humanitario u otras circunstancias
emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar o alteren
drásticamente el orden público”
Según el informe de ACCIÓN SOCIAL sobre Desplazamiento Forzado en
Colombia – Febrero de 2010 “Entre 1998 y 2002 la expulsión masiva de personas
se concentró en los departamentos de Antioquia (98.212 personas), Chocó
(41.577 personas), Magdalena (41.590 personas), Bolívar (35.542 personas) y
Córdoba (17.852 personas), mientras que en el período 2003 – 2009 se concentró
7
en los departamentos de Nariño (38.971), Antioquia (28.278), Chocó (24.824),
Valle del Cauca (20.634) y Caldas (13.648)”2
.
Según un estudio realizado por el Centro de Control de Desplazamientos Internos
-IDMC, por su sigla en inglés-, en mayo del 2010 la población desplazada en
Colombia alcanzó los 4,3 millones de personas, consolidándose como el segundo
país del mundo con más refugiados internos, sólo superado por Sudán, con 4,9
millones- cifra basada en los cálculos realizados por la Consultoría para los
Derechos Humanos y el Desplazamiento (COHDES).
Si bien se mencionado que el conflicto armado es uno de los factores que influye
en el desplazamiento forzado, otras investigaciones como la de Falla, Chávez y
Molano (2003) menciona que “el desplazamiento forzado obedece, pues, a la
implementación de estrategias para combatir la insurgencia y controlar la sociedad
civil por parte de las fuerzas militares, así como a la acción directa o indirecta de
actores armados como las guerrillas y los grupos paramilitares y de autodefensa.
Entre las razones más frecuentes que promueven los altos porcentajes de
desplazamiento aparecen las amenazas, torturas, masacres, desapariciones
forzadas, destrucción de viviendas, así como los atentados, homicidios,
bombardeos, desalojos, reclutamientos forzosos, secuestros, abusos sexuales y
las consecuencias de los operativos antinarcóticos”3
.
Hasta el momento, son pocas las investigaciones que se han enfocado en el tema
del desplazamiento forzado en Colombia, y sólo dos investigaciones en el Cauca
realizadas a personas en situación de desplazamiento hacen parte de los
antecedentes: el primero corresponde al proyecto: “Intervención Psicosocial a
Familias en Situación de Desplazamiento” realizado por la Fundación
Panamericana para el Desarrollo- FUPAD y el Centro Regional de Productividad e
Innovación del Cauca- CREPIC, a partir del año 2009-2010.
2
PDF. Informe desplazamiento forzado en Colombia – Febrero 2010, Pág. 2
3
PDF. DESPLAZAMIENTO FORZADO EN COLOMBIA Análisis documental e informe de
investigación en la Unidad de Atención Integral al Desplazado (UAID) – Bogotá, Pág. 4
8
El objetivo del trabajo consistió en un proceso de acompañamiento psicosocial con
250 familias en situación de desplazamiento, beneficiarias al proyecto de
generación de ingresos, ejecutado por el Centro Regional de Productividad e
Innovación del Cauca- CREPIC, en el segundo periodo del 2009 y el primer
periodo del 2010. La metodología radicó en intervenir a la población infantil,
adolescente y a adultos en los salones comunales de las diferentes zonas de la
ciudad de Popayán, a través de procesos individuales y grupales con dicha
población. En total fueron 250 personas en situación de deslazamiento, con una
muestra de 30 familias atendidas por el proyecto de intervención psicosocial.
Se logró apoyar desde el componente psicosocial para la ejecución del proyecto
en un 95%, en un tiempo comprendido entre septiembre de 2009 a agosto de
2010 con realización de los talleres en el intervenir en los efectos psicosociales a
los beneficiarios del proyecto Crepic – Fupad, desde una perspectiva individual y
grupal.
La segunda investigación, fue de atención psicosocial con población desplazada
en los municipios de Buga, San Pedro y Sevilla, ejecutados por la Cruz Roja
Colombiana seccional Valle del Cauca.
El objetivo del trabajo fue de fortalecer los procesos de atención psicosocial
integral a la población desplazada o en riesgo de desplazamiento por la violencia
de los municipios de Tulúa, Buga, Sevilla, Bugalagrande y San Pedro,
favoreciendo la adaptación y estabilización mental, psicológica y social que le
permitan a la familia del desplazado reconstruir tejido social hacia una cultura de
paz. Con una metodología de intervenir a la población de albergues, zonas
urbanas y rurales priorizando: niños, jóvenes, mujeres cabeza de familia, adultos.
Universo: valle del cauca, la Población: fue de 2.350, y la de Muestra: 470
9
El resultado de esta investigación en cuanto a las metas definidas para el proyecto
no se cumplió en primer lugar, debido a los cambios definidos conjuntamente con
la interventoría respecto a la población beneficiada. Además porque, siendo un
proyecto a corto plazo (seis meses), permitió acercamiento, logro de confianza e
inicio de intervención psicosocial teniendo en cuenta que estas poblaciones no
poseían experiencias previas en programas en salud mental y atención
psicosocial.
2.2. BASES TEÓRICAS
Para entender el fenómeno del desplazamiento y sus consecuencias a nivel
psicológico en las familias que viven dicha situación de desarraigo, se abordara
desde teorías que permitan comprender la perdida y adaptación a una nueva
situación de vida. Por tal razón se identificara: 2.2.1.) Consecuencias psicológicas
del desplazamiento -Que se entiende por pérdida-, -trastornos del estado de
ánimo, como la depresión-, -trastornos de ansiedad, como por estrés post-
traumático-. 2.2.2.) Que es una sociedad y una comunidad según la psicología
social comunitaria. Y por ultimo 2.2.3.) Como se define familia y como se
estructura una familia.
Teniendo como base lo anterior se abordara punto por punto para tener una idea
clara del fenómeno a estudiar y así poder plantear un análisis serio desde la
psicología de una problemática social.
2.2.1. Consecuencias psicológicas del desplazamiento
2.2.1.1.Que se entiende por pérdida: En psicología hablar de pérdida necesaria
mente nos remite o nos lleva a pensar en la elaboración de un duelo, ya sea
por la muerte de un familiar u otra persona cercana, o la ruptura de una
relación, entre otras. Para Freud en 19154
destaco la diferencia entre el duelo
4
Diccionario de pedagogía y psicología, pág. 95, edición 2004, Cultural S.A.
10
normal, el duelo patológico y la melancolía en un estudio comparado “duelo y
melancolía”. Ante la constatación de la desaparición del objeto externo, el
individuo debe cumplir cierto trabajo, el del duelo, esto es, la mitigación del
sufrimiento.
“Como parte de su reacción de pérdida, algunos individuos afligidos presentan
síntomas característicos de un episodio de depresión mayor, como por
ejemplo, sentimientos de tristeza y síntomas asociados como insomnio,
anorexia y pérdida de peso. La persona en duelo considera normal el estado
de ánimo depresivo, aunque puede buscar ayuda profesional para paliar los
síntomas asociados como el insomnio y la anorexia. La duración y la
expresión de un duelo “normal” no puede establecerse de forma categórica
porque varía de un grupo cultura a otro. No es posible diagnosticar un
trastorno depresivo mayor a menos que los síntomas persistan dos meses
después de la perdida”5
.
Para otros el “Duelo es el proceso que experimenta una persona a raíz de la
pérdida de alguien o algo querido. Aunque las pérdidas que más fácilmente se
nos vienen a la cabeza son las de personas queridas, también podemos
entender el concepto de pérdida como la desaparición de cualquier objeto
físico, como el incendio de una casa o el robo de una joya, de una persona
querida o de otro tipo de valor, como un empleo o una pérdida de estatus
social. Todas estas experiencias de pérdida suscitan en la persona un amplio
rango de conductas, emociones y pensamientos de mayor o menor intensidad
que no deben ser minusvaloradas, sino consideradas desde la perspectiva del
valor que cada uno pueda conceder a lo que ha perdido. Esto es
particularmente importante en ciertos tipos de pérdidas no tan obvias, como un
niño que echa de menos a los amigos tras el cambio de colegio, o socialmente
menos destacadas, como un aborto natural.
5
Diccionario de pedagogía y psicología, pág. 95, edición 2004, Cultural S.A.
11
El duelo comienza normalmente con la pérdida del ser querido y se puede
considerar acabado, según Worden y Neimeyer, cuando el superviviente
muestra capacidad de:
- reorganizar su vida a un nivel parecido al que siempre tuvo.
- referirse al fallecido sin sentimientos de extrema tristeza o ansiedad.
Aunque algunos autores hablan de recuperación sólo cuando se es capaz de
reinvertir la energía emocional en otra relación análoga (por ejemplo en el
caso de los/las viudos), en términos generales se toma como referencia el que
el doliente sea capaz de dar y recibir afecto por parte de su red de apoyo
social.
En los casos de larga enfermedad y muerte previsible y en los de demencia el
duelo puede comenzar antes de la misma, de una forma anticipada.
En cuanto al nivel de funcionamiento de la persona a lo largo del proceso de
duelo, Neimeyer propone que los días siguientes al fallecimiento la conmoción
y el aturdimiento hacen que superemos el dolor y nos reorganicemos bastante
bien, pero después de estos dos o tres días cuando la realidad de la pérdida
se nos presenta con toda su fuerza, empezamos un proceso de caída que
suele durar unos meses. Los estudios sugieren que el peor momento del duelo
se suele experimentar hacia el cuarto mes, aparte de fechas especiales para
el doliente en el primer año de duelo, como aniversarios o vacaciones.
Finalmente, después de estos momentos especialmente duros, la persona se
va recomponiendo en un lento proceso que puede durar años, dependiendo
en muchas ocasiones del apoyo social efectivo que se tenga y de la paciencia
de éstos para dar a cada doliente el tiempo que necesite para recuperarse. La
mayor parte del entorno social suele dar por hecho que al año de la muerte el
viudo, padre, madre o hermana debe haber vuelto a hacer su vida normal,
pero es muy normal que se necesiten dos o tres años, sin tener ideas
preconcebidas sobre este ciclo”6
.
6
www.luriapsicologia.com/INTERVENCIÓN%20EN%20DUELO.doc, pág. 4-5
12
Etapas y tareas del duelo7
.
A diferencia de las teorías tradicionales sobre el duelo, que hacían hincapié en
una serie de etapas más o menos universales, las publicaciones más
recientes insisten en la consideración de la elaboración de la pérdida como un
proceso activo, lleno de decisiones en las que la persona elige entre una serie
de alternativas, siendo así cada duelo completamente diferente. De hecho es
un momento crítico en la vida en que las decisiones son muchas y muy
rápidas, y los cambios que suceden a éstas en ocasiones son muy relevantes
en la vida cotidiana, como tener que ponerse una viuda a trabajar o tener que
mudarse de casa tras la muerte del padre.
Aún así, podemos hablar de una serie de estados que atraviesan los
supervivientes sin que tenga que ser en este orden y sin seguir un orden
lineal, ya que a menudo se observan regresiones en la elaboración del duelo
en fechas señaladas, o épocas de mayor estrés. Desde la primera
aproximación de Kúbler-Ross en 1969 (1. negación 2. rabia 3. pacto, 4.
depresión 5. aceptación), una de las más acertadas es la de Parkes, de 1970,
que propone las siguientes etapas en la elaboración del duelo:
I. Insensibilidad
II. anhelo y rabia
III. desorganización e inquietud
IV. reorganización de la conducta
En estas etapas y en los trabajos que realizó Parkes con Bowlby respecto al
apego y la ansiedad de separación se basó William Worden para desarrollar
su teoría de las tareas para el duelo y la terapia basada en ellas, actualmente
la más conocida y relevante en este campo, de por sí escaso en bibliografía
especializada.
7
www.luriapsicologia.com/INTERVENCIÓN%20EN%20DUELO.doc, pág. 6-9
13
Worden entiende que más que pasar por unas etapas marcadas la persona
que ha perdido un objeto de apego ha de resolver activamente cuatro tareas o
desafíos:
A. Aceptar la realidad de la pérdida.
Durante los primeros días existe una cierta tendencia natural a no admitir la
muerte o no darse cuenta en el plano real de su ausencia. Se coge el teléfono
para llamarle o parece que abrirá la puerta en cualquier momento. Esto es
normal en los primeros días, incluso semanas, es necesario estar informado
de que no significa que la persona esté perdiendo la razón o exagerando en
su reacción. Es normal en los primeros días no tocar las posesiones del
fallecido, recordar sólo lo agradable de la relación, pero progresivamente ir
admitiendo que la muerte es real y no tiene posibilidad de cambiarse.
B. Sentir y elaborar el dolor y otras emociones.
Después del aturdimiento y la confusión el dolor y otras emociones aparecen y
es imprescindible sentirlas en toda su dimensión. Cualquier evitación o retraso
del natural sufrimiento prolongará el duelo innecesariamente. Lo elaboramos
cuando hablamos del fallecido, lloramos, expresamos nuestra desesperanza
de encontrar otra persona igual, somos incapaces de ir a trabajar, pero
también cuando sentimos culpa por no haberle visto más, no haberle cuidado
o por haber tenido una relación tormentosa (malos tratos, abuso, haber
cortado la relación). Es habitual también el enfado por el abandono que
supone la muerte, aunque es difícil que la persona tome conciencia de él,
debido al aparente absurdo que supone. No se trata, entonces de una
aceptación intelectual, sino emocional de la pérdida.
C. Adaptarse a los cambios en el medio.
Sobre todo en el caso de cónyuges, padres o hijos, la muerte supone la
desaparición de una persona que cumplía unas funciones que ahora el viudo,
14
hijo o hermano tiene que retomar (ponerse a trabajar, educar en soledad,
cuidar un negocio). Se rompen cadenas conductuales que estaban asociadas
al difunto, como salidas sociales, actividades de ocio o relaciones con la
familia política. Estas demandas crecientes e inmediatas son en la mayor
parte de los casos asumidas con el apoyo de la red social. Al mismo tiempo
que se rehace la vida, aparecen los sentimientos de culpa por estar dejando al
fallecido atrás en el curso de la propia vida.
D. Recolocar al desaparecido emocionalmente y reanudar la propia vida.
Finalmente, debemos aceptar que los recuerdos que tenemos de él nunca van
a desaparecer, pero que nunca volverá a nuestra vida, y decirle adiós.
Nos deshacemos de la mayor parte de los recuerdos y conservamos un par de
ellos, verbalizamos los recuerdos malos y buenos. Reconocemos que es
preciso empezar a amar a nuevas amistades, y nos damos permiso para dejar
el luto interior. Pasamos de decir estoy casada a soy viuda, de decir somos
tres hermanos a éramos tres hermanos. El paso final es decir adiós para
siempre sabiendo que no vamos a olvidar su paso por nuestra vida.
Más adelante veremos en qué momentos el doliente se detiene en este
proceso y su duelo se complica, alargando su dolor y dando lugar a diversos
problemas en su vida.
Según la propuesta más reciente, de Neimeyer, la pérdida de un ser querido
introduce cambios en tres aspectos de la vida del superviviente: su imagen de
sí mismo en la que antes se incluía al fallecido (ya no eres la mujer de..., sino
la viuda de...), el sistema de significados culturales-religiosos (como es vista la
muerte en su cultura y sus creencias religiosas respecto a ella), y la relación
con los demás y actividades de ocio en ausencia del difunto. En este caso el
paciente tiene por delante la tarea de enfrentarse a esos cambios y modificar
su sistema de significados de forma que incluyan la pérdida y nos permitan
adaptarnos a un entorno que exigirá de nosotros habilidades y conductas
diferentes. La meta fundamental es básicamente la misma que plantea
15
Worden en su tercera tarea: analizar cómo cambian las demandas de tu
entorno y adquirir los roles y habilidades necesarios para retomar el curso de
tu vida. Sin embargo Worden incluye el trabajo previo con las emociones como
la parte más importante de la terapia, mientras que Neimeyer considera
fundamental que el paciente de un lugar y un sentido a la vida y muerte del
desaparecido en su guión vital, en constante negociación con su entorno
social y cultural. En ambos casos la persona finaliza la terapia “cerrando el
capítulo” con un adiós y retomando un funcionamiento normalizado y
emocionalmente equilibrado en su entorno.
También es necesario reconocer cuando un duelo se complica para lo cual se
enumeraran unos síntomas que permitirán identificar dicha condición:
Síntomas de un duelo complicado8
.
Anteriormente hemos visto que una amplia gama de reacciones son normales
en los primeros meses que siguen al deceso. Un superviviente no está
elaborando su duelo de forma adecuada cuando da alguna de las siguientes
señales:
• La persona menciona la pérdida en entrevista con dolor intenso pasados
varios meses de la misma.
• Algún acontecimiento desencadena una reacción excesiva.
• Períodos de extrema tristeza o demasiado extensos, deseos de suicidio (a
veces en fechas señaladas)
• Episodios de conducta agresiva o conductas impulsivas, como abuso de
sustancias.
8
www.luriapsicologia.com/INTERVENCIÓN%20EN%20DUELO.doc, pág. 9-10
16
• Objetos de vinculación muy marcados o lo contrario, esconder o
deshacerse de todos los objetos recordatorios.
• Imposibilidad de incorporarse al funcionamiento vital pasadas unas
semanas de la muerte.
• Compulsión de imitar al fallecido o presencia de los mismos síntomas que
tenía al morir. Obsesión con la enfermedad y la muerte.
• No haber expresado abiertamente dolor en las primeras semanas de duelo
o haber realizado cambios radicales de estilo de vida.
• Pensamientos recurrentes de culpa o asuntos pendientes con el fallecido,
remordimientos por haberle causado daño o haberle descuidado en vida.
• La persona no asistió al funeral o nunca ha vuelto a mencionar al ser
querido que desapareció.
2.2.1.2. Trastornos del estado del ánimo9
: La sección de los trastornos del estado
de ánimo incluye los trastornos que tienen como característica principal una
alteración del humor. Esta sección se divide en tres partes. La primera
describe los episodios afectivos (episodio depresivo mayor, episodio maníaco,
episodio mixto y episodio hipomaníaco) que han sido incluidos por separado al
principio de esta sección para poder diagnosticar adecuadamente los diversos
trastornos del estado de ánimo. Estos episodios no tienen asignados códigos
diagnósticos y no pueden diagnosticarse como entidades independientes; sin
embargo, sirven como fundamento al diagnóstico de los trastornos. La
segunda parte describe los trastornos del estado de ánimo (p. ej., trastorno
depresivo mayor, trastorno distímico, trastorno bipolar I). Los criterios de la
mayoría de los trastornos del estado de ánimo exigen la presencia o ausencia
de los episodios afectivos descritos en la primera parte de esta sección. La
9
DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995,
Versión Electrónica
17
tercera parte incluye las especificaciones que describen el episodio afectivo
más reciente o el curso de los episodios recidivantes.
Para efecto de este proyecto nos enfocaremos básicamente en el episodio
depresivo mayor, siendo la característica esencial estar en un período de al
menos 2 semanas durante el que hay un estado de ánimo deprimido o una
pérdida de interés o placer en casi todas las actividades.
“Frecuentemente, el estado de ánimo en un episodio depresivo mayor es
descrito por el sujeto como deprimido, triste, desesperanzado, desanimado o
«como en un pozo» (Criterio A1). En algunos casos, la tristeza puede ser
negada al principio, pero más tarde puede ser suscitada por la entrevista (p.
ej., al señalar que el sujeto parece que esté a punto de llorar). En algunos
sujetos que se quejan de sentirse «pasotas», sin sentimientos o ansiosos, la
presencia de un estado de ánimo depresivo puede inferirse de la expresión
facial y el comportamiento aparente del sujeto. Algunas personas ponen
énfasis en las quejas somáticas (p. ej., las molestias y los dolores físicos) en
lugar de referir sentimientos de tristeza. Muchos sujetos refieren o muestran
una alta irritabilidad (p. ej., ira persistente, tendencia a responder a los
acontecimientos con arranques de ira o insultando a los demás, o sentimiento
exagerado de frustración por cosas sin importancia)”10
Criterios diagnósticos según el DSM-IV para el episodio depresivo mayor11
:
A. Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período
de 2 se-manas, que representan un cambio respecto a la actividad previa;
uno de los síntomas debe ser (1) estado de ánimo depresivo o (2) pérdida
de interés o de la capacidad para el placer.
10
DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995,
Versión Electrónica
11
DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995,
Versión Electrónica
18
Nota: No incluir los síntomas que son claramente debidos a enfermedad
médica o las ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de
ánimo.
(1) estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo
indica el propio sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la observación
realizada por otros (p. ej., llanto). Nota: En los niños y adolescentes el estado
de ánimo puede ser irritable (2) disminución acusada del interés o de la
capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte
del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los demás) (3)
pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un
cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del
apetito casi cada día. Nota: En niños hay que valorar el fracaso en lograr los
aumentos de peso esperables (4) insomnio o hipersomnia casi cada día (5)
agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los
demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido) (6) fatiga o
pérdida de energía casi cada día (7) sentimientos de inutilidad o de culpa
excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi cada día (no los
simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo) (8)
disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi
cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena) (9)
pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación
suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan
específico para suicidarse
B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto (v. pág. 341).
C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p.
ej., hipotiroidismo).
19
E. Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej.,
después de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más
de 2 meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional,
preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o
enlentecimiento psicomotor.
2.2.1.3. Trastornos de ansiedad12
: En esta sección se describen los siguientes
trastornos de ansiedad: trastornos de angustia sin agorafobia, trastorno de
angustia con agorafobia, agorafobia sin historia de trastorno de angustia, fobia
específica, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés
postraumático, trastorno por estrés agudo, trastorno de ansiedad
generalizada, trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica, trastorno
de ansiedad inducido por sustancias y trastorno de ansiedad no especificado.
En el contexto de todos estos trastornos pueden aparecer crisis de angustia y
agorafobia, de ahí que los criterios para el diagnóstico de estas dos entidades
se expongan por separado al principio de esta sección.
Para nuestro interés el trastorno por estrés postraumático: se caracteriza por
la reexperimentación de acontecimientos altamente traumáticos, síntomas
debidos al aumento de la activación (arousal) y comportamiento de evitación
de los estímulos relacionados con el trauma.
Criterios diagnósticos según el DSM-IV para el trastorno de estrés
postraumático13
:
A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han
existido (1) y (2):
(1) La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más)
acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad
12
DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995,
Versión Electrónica
13
DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995,
Versión Electrónica
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física o la de los demás (2) la persona ha respondido con un temor, una
desesperanza o un horror intensos. Nota: En los niños estas respuestas
pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados
B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de
una (o más) de las siguientes formas:
(1) recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y
en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los
niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen
temas o aspectos característicos del trauma. (2) sueños de carácter recurrente
sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los niños puede
haber sueños terroríficos de contenido irreconocible. (3) el individuo actúa o
tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se
incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones,
alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen
al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden
reescenificar el acontecimiento traumático específico. (4) malestar psicológico
intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático. (5) respuestas
fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o
recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la
re-actividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como
indican tres (o más) de los siguientes síntomas:
(1) Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el
suceso traumático (2) esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas
que motivan recuerdos del trauma. (3) incapacidad para recordar un aspecto
importante del trauma. (4) reducción acusada del interés o la participación en
actividades significativas. (5) sensación de desapego o enajenación frente a
los demás. (6) restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener
21
sentimientos de amor). (7) sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera
obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida
normal)
D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del
trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
(1) dificultades para conciliar o mantener el sueño. (2) irritabilidad o ataques de ira.
(3) dificultades para concentrarse. (4) hipervigilancia. (5) respuestas
exageradas de sobresalto
E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1
mes.
F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Especificar si: Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses Crónico: si los
síntomas duran 3 meses o más
Especificar si: De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio
de los síntomas han pasado como mínimo 6 meses
2.2.2. Que es una sociedad y una comunidad según la psicología social
comunitaria
En lo que se refiere a sociedad retomare los conceptos de Rodríguez Aroldo y
otros, haciendo énfasis en los conceptos de la psicología social que se refiere
“al estudio científico de la influencia reciproca entre las personas (interacción
social) y el proceso cognoscitivo generado por esta interacción (pensamiento
social)… todos los seres humanos vivimos es un constante proceso de
dependencia e interdependencia en relación con nuestros semejantes”14
. La
psicología social se centra básicamente y siendo el sujeto de estudio el
14
Psicología Social, 2006, pág. 19-20
22
individuo con relación a otros. Para definir comunidad se abordara desde los
conceptos aportados por la psicología comunitaria específicamente por
Montero Maritza “lo comunitario incluye el rol activo de de la comunidad, su
participación. Y no solo como invitada, o como espectadora aceptada o
receptora de beneficios, sino como agente activo con voz, voto y veto”15
.
En otra definición de la que podemos hacer eco es hecha en 1982 y retomada
en 1984, definiendo la psicología comunitaria de la siguiente manera “la rama
de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que
permiten desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos
pueden ejercer sobre su ambiente individual y social para solucionar
problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la
estructura social. Esta definición implica: - que el rol de los psicólogos es ser
agentes de transformación social, que comparten su conocimiento con otros
actores sociales. – detección de potencialidades psicosociales y el estimulo de
las mismas. – un cambio en el modo de enfrentar la realidad de interpretarla y
reaccionar ante ella. – hacer psicología para la transformación positiva, social
e individual. Entre otras”16
Es preciso mencionar algunas de las características de la psicología social
comunitaria para tener una visión mucho más amplia acerca del que hacer de
la misma17
:
• Se ocupa de los fenómenos producidos en relación con procesos de
carácter comunitario, tomando en cuenta el contexto cultural y social en
el cual surgen.
15
Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero,
2005, pág. 67
16
Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero,
2005, pág. 70-71
17
Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero,
2005, pág. 73
23
• Concibe a la comunidad como un ente dinámico compuesto por
agentes activos, actores sociales relacionados constructores de la
realidad en que viven.
• Toma en cuenta la relatividad cultural.
• Asume las relaciones entre las personas y el medio ambiente.
• Busca que la comunidad tenga el poder y el control de los procesos que
la afectan.
• Tiene una condición política en tanto supone formación de ciudadanía y
fortalecimiento de la sociedad civil.
• Es ciencia aplicada. Produce intervenciones sociales.
Después de definir la comunidad y la psicología comunitaria e identificar
ciertas características es necesario entender el objeto de la psicología
comunitaria, (Montero, 1982)18
hace dos señalamientos: el primero el poder
y el control; colocando a la comunidad como ámbito y sujeto del quehacer
psicosocial comunitario, no como un espacio delimitado desde la teoría
sino como autodelimitado o mejor en otras palabras regulado por la misma
comunidad. El segundo el cambio social o la transformación social, no
tratándose de cambios señalados desde fuera de la comunidad. La
transformación se define desde la situación de la comunidad, teniendo en
cuenta aspectos externos como, consideraciones de salud mental, salud
comunitaria, avances de la ciencia, aspectos culturales, religiosos, políticos
o económicos, dicha transformación debe ser conocida, discutida,
reflexionada y aceptada por la comunidad.
Por último cabe mencionar que el método en la psicología comunitaria se
rige por los siguientes principios básicos19
:
18
Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero,
2005, pág. 77-78
19
Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero,
2005, pág. 84-85
24
• El principio científico de que el método sigue al objeto. Los métodos
no son independientes, ni son ellos los que determinan que
investigar. El método esta inseparablemente unido a los aspectos
epistemológicos y ontológicos; por lo tanto es el problema el que
determina que método emplear, para que y cuando.
• El carácter participativo de ese método, ya mencionado, que se
manifiesta ya en su implementación, ya en la discusión y reflexión
de los resultados presentados en la toma de decisiones respecto de
su uso.
• El carácter activo del método. La orientación hacia la transformación
de la psicología comunitaria exige modos de conocer que respondan
a las exigencias que plantean las comunidades.
• El carácter continúo de su aplicación. Esto se refiere a que si bien
hay aplicaciones técnicas o procesales de carácter puntual, toda
intervención comunitaria supone una aplicación metodológica que
acompaña todas las acciones y relaciones que se ejecutan con la
comunidad.
• El carácter heurístico de este método, que en su necesidad de
responder a las exigencias de la situación debe generar modos
sistemáticos de responder a sus características cuando ellos no
existen previamente.
• El carácter contextualizado, que se expresa en la adaptación del
método, de las técnicas y de los procedimientos al contexto
específico, cultural y comunal en el cual s trabaja.
2.2.3. Como se define familia y como se estructura una familia
25
El tema de familia lo podemos entender desde dos perspectivas bastante
interesantes: de una desde una perspectiva comunitaria y la segunda desde
una perspectiva sistémica.
A) la primera hace referencia a las relaciones primarias y secundarias que
nacen de las relaciones interindividuales y colectivas. Esta clasificación es la
proyección aplicada a las realidades complejas. “En los grupos pequeños en
que sus miembros conviven y se relacionan entre si en presencia mutua, cara
a cara, las relaciones que se dan entre sus integrantes (en principio relaciones
colectivas) llegan a cobrar una dimensión interindividual o personal aunque se
trate de relaciones colectivas, sucede que los implicados en relaciones se
conocen bastante bien los unos a los otros como individuos y resulta que tales
relaciones colectivas están mezcladas con relaciones de simpatía o antipatía.
Tales relaciones que a pesar de ser fundamentalmente colectivas,
impersonales, incluyen además la consideración del otro como ser humano
como tal, como individuo son llamadas relaciones primarias. Las relaciones
primarias se producen en grupos relativamente pequeños que comprenden
unos pocos socios. En cambio, las relaciones colectivas que
predominantemente te quedan en colectivas, por que los participantes en ellas
apenas se conocen mutuamente como seres humanos totales, reciben el
nombre de relaciones secundarias”.
Por otro lado el Dr. Ernesto Eduardo González en su planteamiento sobre las
relaciones primarias y secundarias menciona que: Las Redes Primarias: son
las sumas de todas las relaciones que un individuo percibe como significativas
o define como diferenciadas de la sociedad. Fundan todos los vínculos
"personales" de un individuo. Las redes primarias son sus "lazos" e integran
sus "uniones más estrechas". Estos se diferencian de las "relaciones", que son
los enlaces generales, son los vínculos interpersonales.
Hay una clasificación al interior de ésta red:
26
Un círculo interior de relaciones íntimas: miembros de la familia, y la
ampliada.
Un círculo intermedio de relaciones personales: amigos y familiares
intermedios.
Un círculo externo de relaciones ocasionales: menor grado de
compromiso, sin intimidad, formado por relaciones profesionales, compañeros
de estudio y vecinos.
El primero pertenece al "mundo interno familiar", siendo sus contactos más
directos y con mayor grado de compromiso y gratificación.
El segundo y el tercero están ubicados en el "mundo externo familiar",
teniendo estos contactos más lejanos, relaciones más distantes y de menor
intensidad. Estos lazos conforman las Redes Primarias, y se distinguen:
• Familia
• Familia Ampliada
• Amigos
• Vecindario
Las redes sociales secundarias: son las relaciones entabladas en el sistema
macro. Se pueden distinguir dos grupos. Tanto las primarias como las
secundarias tienen características en común a todo sistema humano. Esto es
importante tenerlo en cuenta para no pensar a la "red" como integrada por
"compartimentos estancos" que solo se "suman" para formar la "trama
relacional". Los puentes entre los estratos de comunicación, se desarrollan
con mayor intensidad de acuerdo al grado de conexión entre estos campos
sociales. Existe una "correlación directa" entre las mismas.
27
Deberá tenerse en cuenta éstos nexos recurrentes entre las redes primarias y
secundarias, ya que un movimiento en un ámbito de las redes genera otro en
el otro ámbito de la misma. Entre ellas:
• Grupos Recreativos
• Relaciones Comunitarias y Religiosas
• Relaciones Laborales o de Estudio
B) “La teoría sistémica surge a partir de mitad del siglo XX con los aportes de
varios pensadores (G. Bateson, Von Bertalanffy, Watzlawick, Cannon, entre
otros) de distintas ramas de la ciencia. Estos aportes fueron aplicados a la
psicología en función de ayudar al desarrollo de una visión que permita un
entendimiento de situaciones que no eran objeto de investigación hasta ese
momento.
Para la teoría sistémica toda familia es un sistema, con esto indica que se
trata de un conjunto de individuos que conforman un grupo familiar en donde
hay objetivos en común que todos comparten y existe una jerarquización de
sus miembros. Dicho sistemas es abierto, es decir que sus miembros
intercambia información con el contexto en donde habitan y al mismo tiempo
intercambian información entre los mismo miembros del sistema, para
mantener un orden interno, dicha información se realiza a través de procesos
comunicativos digitales y analógicos.
El orden interno del sistema se mantiene a través de un proceso que se
denomina homeostasis, pero también se puede alterar mediante procesos de
crecimiento y de diferenciación denominados morfogenésis”20
.
Para Salvador Minuchin (Escuela estructural sistémica), la familia es un grupo
natural que en el curso del tiempo ha elaborado pautas de interacción; estas
20
http://www.psicologosonline.com/content/view/18/2/lang,/
28
constituyen la estructura familiar, que a su vez rige el funcionamiento de los
miembros de la familia, define su gama de conductas y facilita su interacción
recíproca.
1. Consanguinidad o Parentesco: en el cual se define como familia a todas
aquellas personas que tengan lazos consanguíneos, ya sean que vivan o no
en la misma casa. Esta forma de conceptualizar la familia ha sido criticada por
dejar fuera a padres e hijos adoptivos, a las parejas de los padres que
vuelven a casarse e incluso a la familia política de uno de los miembros del
matrimonio.
2. Cohabitación: El cual sostiene que la familia está compuesta por todos los
integrantes que viven bajo un mismo techo independientemente de que tengan
vínculos consanguíneos o no.
Este criterio deja fuera de la definición de familia en algunos casos a
elementos de la familia extensa o incluso a los ismos padres cuando no viven
en el hogar.
3. Lazos Afectivos: Donde se considera como familia a todos aquellos
individuos con los cuales el individuo guarda una relación afectiva estrecha,
sin necesidad de que tengan con las relaciones de consanguinidad,
parentesco o que cohabiten bajo un mismo techo. Por su puesto que aquí se
corre el riesgo de ampliar excesivamente el concepto de familia.
Esta diversidad de formas de definir la familia, reafirma la idea de que no
existe una definición única y correcta de familia, más bien lo que existe son
numerosas definiciones formuladas desde perspectivas teóricas e históricas
de vidas particulares, en donde los sujetos definen su familia utilizando varios
de los criterios anteriores. Es así como Andersen dice que “la familia como
concepto abstracto no existe, sino que existen tantos tipos de familias como
sujetos que la definan en su discurso” (Andersen, 1997). Se considera
29
entonces que la familia actual comprende un sistema de relaciones de
parentesco (no necesariamente implica consanguinidad) reguladas de forma
muy diferente en las distintas culturas. Estas relaciones tienen como elemento
nuclear común los vínculos afectivos entre sus miembros, que se expresan a
través de la alianza entre los integrantes. Con uno u otro grado de pasión,
intimidad y compromiso.
Dentro del grupo familiar se produce una serie de interacciones sociales que,
por ser significativas para el sujeto, van a ser interiorizadas y por lo tanto van a
influir de manera decisiva en el curso del desarrollo (Arranz, 1998). En este
grupo es donde el individuo obtiene su mayor fuente de afectos y donde puede
desarrollar relaciones verdaderamente íntimas. Dentro de su contexto se
originan situaciones e interacciones que influyen decisivamente en el
desarrollo de la autoestima y la identidad personal de todos sus integrantes.
Además se generan condiciones que permiten al individuo aprender tanto a
asumir responsabilidades como a solucionar problemas.
La familia se constituye para la mayor parte de las personas, en la más
importante red de apoyo social para las diversas transiciones vitales que han
de realizar durante su vida: búsqueda de pareja, trabajo, vivienda, nuevas
relaciones sociales, jubilación, vejez, etc.; así como las crisis impredecibles
que se presentan a lo largo de la vida: divorcio, muerte de un familiar, y
desempleo por solo mencionar algunas.
Con respecto a los hijos la familia cumple cuatro funciones esenciales
(Rodrigo, 1998)
1. Asegurar su supervivencia y sano crecimiento físico
2. Brindarles un clima de afecto y apoyo sin los cuales el desarrollo psicológico
sano no resulta posible. El clima de afecto implica el establecimiento de
relaciones de apego que permiten un sentimiento de relaciones privilegiadas y
de compromiso emocional.
30
3. Facilitar a los hijos una estimulación que haga de ellos seres con capacidad
para relacionarse competentemente con su entorno físico y social, así como
para responder a las demandas y exigencias planteadas por su adaptación al
mundo en el que les toca vivir.
4. Tomar decisiones con respecto a la apertura hacia otros contextos
educativos y sociales que van a compartir con la familia la tarea de educación
de los hijos.
Para que los padres puedan cumplir de forma afectiva sus funciones deben
dedicarle tiempo a la relación con sus hijos. Estimular adecuadamente a los
hijos requiere una alianza afectiva entre padres e hijos; el establecimiento y
mantenimiento de esta alianza demanda interacciones habituales y relajadas
en diversos contextos y con distintas finalidades (cuidados físicos, juegos,
salidas, realización de tareas escolares, etc.).
Aunque algunos padres están sumamente preocupados por el desempeño de
los hijos en las tareas escolares, deportivas y sociales, es conveniente señalar
que su función fundamental está en crear relaciones armoniosas y estrechas
con ellas. Esto se debe a que es mucho más fácil encontrar quien haga las
tareas de instrucción con los niños que quien les brinde estímulos a los hijos
se tengan presente las tareas de desarrollo que estos tienen que cumplir y las
características e interacciones particulares de los mismos.
Una de las funciones esenciales de la familia es permitir la aparición de
cambios que permitan la expansión y el desarrollo vital de sus integrantes, en
general estos cambios abarcan:
1. Cambios en los límites, reglas, alianzas y normas entre los miembros de la
familia
2. Cambios entre miembros de la familia, que ocurren en relación con límites,
reglas, alianzas, y normas.
31
3. Cambios determinados por factores sociales, que facilitan el ajuste de la
familia a su contexto.
La idea de que la familia funciona como sistema abierto, es decir un sistema
que intercambia de manera continua información con su entorno y que es
modificada por este, al mismo tiempo que lo modifica, surge como respuesta
al fracaso de los modelos psicológicos individuales para comprender a la
familia desde una perspectiva analítico-reduccionista.
El desviar el foco de atención desde una óptica individual a una sistémica,
permitió considerar la influencia reciproca que se produce entre los distintos
subgrupos que componen la familia (subsistemas) y otros grupos sociales
tales como; la escuela, el centro de trabajo, el barrio, la comunidad, el grupo
de coetáneos y la cultura en general (mesosistemas y exosistemas)
Un sistema es un conjunto de elementos en interacción reciproca en el que el
comportamiento de cada subsistema es determinado por la situación y la
conducta de los demás que lo configuran; ejemplos de sistemas hay muchos,
desde una cedula hasta una sociedad.
A raíz de la utilización de los principios de la teoría general de sistemas para la
explicación del funcionamiento de la familia, esta dejo de ser vista como una
suma de personas con personalidades individuales de cuya estabilidad y
madurez dependía el funcionamiento efectivo de la misma.
La familia es conceptualizada entonces como una totalidad y no como una
suma de miembros particulares; donde “el cambio en un miembro del sistema
afecta a los otros, puesto que sus acciones están interconectadas mediante
pautas de interacción. Las pautas de funcionamiento del sistema no son
reducibles a la suma de sus elementos constituyentes” (Feixas, 1993).
En el enfoque sistémico se pueden encontrar dos posturas claramente
definidas, la primera considera que los cambios en el sistema familiar solo son
posibles cuando se modificaban las interacciones entre sus integrantes y los
32
subsistemas que la componen, al margen del significado que sus integrantes
atribuían a sus pautas relacionales (Minuchin). La otra postura que reivindica
el significado que atribuyen las familias a sus comportamientos como
fundamentales para la comprensión de las interacciones y las comunicaciones
que se desarrollan entre sus integrantes (Gergen).
Desde esta última perspectiva la intervención con las familias va dirigida a
permitir mediante el establecimiento de un dialogo colaborativo, la génesis de
nuevos significados y narrativas que puedan modificar la experiencia de las
mismas (Botella, 2000).
Este estado actual de las posiciones en el enfoque sistémico queda
sintetizado entre el planteamiento hecho por Anderson y Goolishian (1990),
quienes sostienen que “el modelo sistémico se encuentra en una encrucijada
entre aquellos que entienden la organización en términos de alianza de poder
y conductas encadenadas funcionalmente y los que consideran a la familia
como un sistema de creencias compartido en el cual tiene sentido el síntoma”
(Feixas, 1993).
Un claro ejemplo de una postura sistémica es la teórica ecológica
( Bronfrenner ,1987), se sostiene que la familia es un microsistema interactivo
que se encuentra en relación con otros microsistemas y la vez está inmersa en
sistemas más amplios.
El microsistema incluye todas las relaciones directas que las personas realizan
en su vida cotidiana. Dentro de los más importantes tenemos a la escuela, los
amigos y por su puesto la familia que es considerada por muchos el
microsistema primario para el individuo.
El mesosistema comprende las interacciones entre los diversos
microsistemas; como por ejemplo, la relación entre familia y escuela, familia y
amigos, familia y vecinos.
33
El tercer ámbito de influencia es el exosistema, que describe las interacciones
de la familia con otros sistemas sociales como la comunidad o las instituciones
culturales y de asistencia social.
El ultimo ámbito de influencia seria el macrosistema, que incluye las
características de un sistema sociocultural: estructura socioeconómica,
creencias religiosas, valores, actitudes rechazadas o valoradas socialmente y
circunstancias históricas del lugar y el momento.
El sistema familiar está compuesto por subsistemas que interactúan
constantemente entre sí, dentro de estos se encuentran: el conyugal, que está
integrado por los miembros de la pareja; el parental, que empieza a funcionar
tras el nacimiento de los hijos y tiene una importante función ejecutoria dentro
de la familia y el subsistema filial, integrado por los hermanos. A su vez, el
sistema familiar interactúa con otros mesosistemas y exosistemas, como son
los que se derivan de las familias extensas y diversas de instituciones
sociales. Como se puede apreciar, esta teoría permite ubicar el estudio de la
familia y los factores que influyen en la dinámica de la misma en un marco
contextual sistémico.
La estructura familiar es el conjunto de pautas funcionales conscientes o
inconscientes que organizan los modos en que interactúan los miembros de
una familia. Las transacciones repetidas establecen regularidades acerca de
qué manera, cuándo y con quién relacionarse.
Las pautas transaccionales se originan en las expectativas mutuas de los
miembros de la familia; estas expectativas se originan en las creencias que
predominan en una cultura específica acerca de la naturaleza de las
relaciones familiares y en las creencias particulares que elabora cada familia
como resultado de las negociaciones que establecen sus integrantes.
Todas las familias deben tener alguna estructura y posibilidades para
modificar la misma como una forma de enfrentar las distintas situaciones
vitales. Un elemento que permite apreciar la funcionalidad de una familia es si
34
ésta puede moverse hacia la permanencia o el cambio, dependiendo de lo que
sea útil para su adaptación.
Una familia se hace más competente para manejar las transiciones
predecibles, cuando además de las pautas transaccionales habituales, posee
pautas alternativas que puede movilizar rápidamente permitiéndole una
reestructuración para responder a las nuevas demandas. En la literatura
científica acerca de familia, estos cambios se conocen de primer y segundo
orden; los cambios de primer orden comprenden todas las fluctuaciones de la
conducta que son permitidas dentro de la organización familiar sin ponerla en
crisis. Los cambios de segundo orden, se aplican a cualquier situación en la
que la gama habitual de comportamiento ya no es utilizable, por causa de
acontecimientos ocurridos en el exterior o dentro de la familia misma, ya que
se vuelve más simétrica.
Los conceptos que se plantearan ahora, se utilizan para entender acciones de
la familia, explican también las relaciones afectivas:
AUTORIDAD Y PODER EN LA FAMILIA
La palabra autoridad etimológicamente quiere decir “ayuda a crecer”. De esto
se deriva que la principal función del ejercicio de la autoridad dentro de la
familia es ayudar a los jóvenes en el proceso de elaboración de sus propias
metas y en la elección de acciones por las que se llevarán a cabo. Entre las
principales metas en este proceso de crecimiento se encuentran, el desarrollo
de conocimientos y habilidades para garantizar la supervivencia, el logro de la
salud física, el desarrollo de habilidades para convertirse en un adulto
económicamente independiente y el desarrollo de rasgos o valores apreciados
culturalmente.
En todas las estructuras familiares los padres gozan de una autoridad
reconocida socialmente para dirigir y organizar la vida de los hijos hasta
35
determinada edad; es conveniente reconocer sin embargo, que el nivel de
intervención de los padres en la vida de los hijos y el tipo de decisiones que
pueden tomar respecto a ellos está influida tanto por el contexto socio histórico
en el cual se desarrolla la familia, como por la edad de los hijos.
Según los autores (Kreitner, 1998) la autoridad es el derecho de procurar
obediencia para que las cosas se hagan; el poder por su parte es la capacidad
demostrada de lograr obediencia. La autoridad y el poder de los padres dentro
de la familia se originan de diferentes fuentes como son: la legitimación social,
los procesos de identificación, el conocimiento, las habilidades, la posibilidad
de otorgar recompensas o castigos, así como las características de
personalidad.
Para que la familia funcione adecuadamente es necesario que exista una
estructura de autoridad bien delimitada y que los padres sepan ejercer la
misma, es decir, que tengan poder. En el caso de las familias occidentales la
díada parental tiene la autoridad y debe ejercer el poder para lograr que los
hijos se comporten de una manera determinada. Sin embargo, aunque en la
familia parte de la estructura de autoridad y poder de padres a hijos, la
relación se va haciendo más simétrica a medida que los hijos se vuelven
adultos; e incluso llega el momento en el ciclo vital de la familia en que se
inclina a favor de los hijos.
Lo anterior, a pesar de ser una situación natural, en muchas familias no se
presenta así, ya que por varias razones los padres no poseen poder para
influenciar la conducta de los hijos.
Para que los padres puedan ejercer eficientemente su autoridad deben apoyar
cada uno la autoridad del otro. Existen varias situaciones que pueden dañar la
autoridad de uno o ambos padres. Lo mismo sucede cuando los padres
muestran inconsistencias en el ejercicio de la autoridad, es decir si uno de los
padres establece una regla o una sanción y el otro la cuestiona y la anula; o
bien con los padres que no saben o no quieren ejercer ninguna autoridad
36
sobre los hijos, por los que les permiten hacer lo que quieran y cuando
intentan ejercer su autoridad se dan cuenta que no poseen poder para influir
en la conducta de los hijos. Por último, los padres que tienen incompetencia
intelectual, social y/o emocional, la cual hace que los hijos pierdan confianza
en sus orientaciones y tiendan a menospreciarlos.
Los padres pueden ejercer el poder de distintas maneras. Por lo general se
habla de cuatro estilos de ejercer el poder:
a) Los padres autoritarios intentan controlar la conducta de los hijos buscando
que se comportan tal y como ellos quieren. Tienden a utilizar con frecuencia el
castigo y a centrarse más en los errores del hijo que en sus aciertos; están a
favor del uso de la fuerza cuando las acciones o creencias de los hijos se
encuentran en contra de lo que ellos consideran verdadero.
Los hijos que crecen en estas familias adoptan por lo general dos posturas
extremas: o se vuelven dóciles y dependientes, o por el contrario se tornan
rebeldes, oponiéndose de manera destructiva a la autoridad paterna.
b) En una familia con un estilo autocrático los niños aprenden a obedecer y/o a
rebelarse, sin embargo, no hay lugar para la participación y cooperación. Este
estilo no promueve la verdadera fortaleza emocional y espiritual, ni la
responsabilidad. El tipo de liderazgo que los hijos aprenden es opresor, y no
uno que invite a la iniciativa y la creatividad.
El crecer en un ambiente autocrático dificulta la formación de las habilidades
intelectuales y sociales para ajustarse al mundo moderno, que es por lo
general demandante en creatividad y flexibilidad (Clarke, 1979) y ocasiona una
autoestima negativa (Lamborn, 1991).
c) El estilo democrático se caracteriza por padres que explican y discuten con
los hijos la necesidad de las diversas normas que rigen el funcionamiento
familiar; negocian con ellos y toman decisiones de manera conjunta acerca del
manejo de las reglas o normas familiares.
37
Si las responsabilidades y las normas familiares son discutidas y no
impuestas, todos se van a sentir co-responsables, importantes, tomados en
cuenta y listos para asumir sus responsabilidades futuras.
A través del estilo democrático los padres están promoviendo la cooperación
de sus hijos, su responsabilidad, iniciativa, el entendimiento de las
necesidades de las normas, la comprensión de la necesidad de respeto hacia
el otro, así como una mayor madurez social y moral, ya que este estilo
promueve una verdadera interiorización de las normas. Algunos estudios
demuestran que los niños criados en ambientes democráticos tienen menos
riesgos de conducta antisocial y abuso de drogas.
d) En estilo permisivo, los padres no se vinculan activamente con el manejo de
las reglas, permiten a los hijos regir sus propias actividades sin controlar ni
supervisar el cumplimiento de las mismas y casi nunca castigan a los hijos.
Este estilo permisivo dificulta que el hijo se percate del valor de las normas, lo
que obstaculiza el proceso de interiorización de las mismas; fomentan que
estos niños o adolescentes se comporten como si no existieran normas y
reglas de convivencia social. Esto evidentemente dificulta el desarrollo de su
madurez emocional y social, lo cual es mostrado de manera consistente en la
literatura científica, la cual reporta una relación entre estilo de paternidad y
problemas de conducta en la niñez y la adolescencia.
e) El estilo inconsistente se caracteriza por la falta de una pauta coherente en
las acciones educativas de los padres, quienes pueden aprobar o desaprobar
los mismos hechos y conductas sin una razón válida o mostrarse autoritarios o
permisivos de manera impredecible. Semejantes inconsistencias se originan
por los cambios en las acciones del mismo padre, o por desacuerdos en los
comportamientos de ambos padres con respecto a las normas y reglas que
deben de seguir los hijos. Este estilo, al igual que el permisivo, se asocia con
problemas de conductas en los hijos (Austin, 1992).
38
La forma en que los padres ejercen la autoridad hacia los hijos en ocasiones
está influida por la conducta del propio hijo; así por ejemplo, es más fácil
ejercer una paternidad democrática con un hijo sin problemas de conducta y
con un buen desempeño escolar que con otro que abusa del alcohol y va mal
en la escuela.
Otro aspecto que influye en la manera de ejercer la autoridad es la edad de los
hijos. Mientras los niños son pequeños resulta adecuado que los padres
ejerzan estrategias de control basadas en unas cuantas normas claras y
coherentes de las cuales exijan su cumplimiento de manera firme. Sin
embargo, la autoridad basada en el control no resulta igual de eficaz durante
la adolescencia, donde son más apropiadas prácticas educativas basadas en
la comunicación, la argumentación y la explicación de las normas.
Los padres deben tomar conciencia de que mientras la relación de autoridad
con los hijos pequeños es totalmente asimétrica a favor de ellos, en la medida
en que los hijos crecen las relaciones se vuelven más simétricas, lo cual es
resultado del desarrollo físico, emocional e intelectual de los hijos y de su
necesidad del individuación. Tienen que prepararse incluso para que en la
juventud, éstos tengan una simetría total en la autoridad con ello, siendo que
su labor sea entonces la de dar sugerencias y consejos en lugar de dirigir.
El sexo de los hijos también influye en el tipo de autoridad que ejercen los
padres: éstos de manera general tienden a ser menos autoritarios y a utilizar
menos castigos físicos con las hijas que con los hijos; aunque tienden a
ejercer mayor supervisión y control con las hijas, especialmente cuando son
adolescentes.
REGLAS Y LIMITES
Algunos psicólogos caracterizan a la familia como un sistema gobernado por
reglas. Las reglas son formulaciones hipotéticas elaboradas por un observador
39
para explicar la conducta de la familia. La regla es una inferencia, una
abstracción, que explica la repetición de las conductas que se siguen en una
familia. El concepto más simple y claro que puede darse de las “reglas” es que
son acuerdos relacionales que prescriben o limitan los comportamientos
individuales en una amplia gama de áreas comportamentales, organizando su
interacción en un sistema familiar razonablemente estable.
Hay, por ello, un “acuerdo” para obrar de una determinada manera. La
mayoría de las veces trata de un acuerdo que no goza de las características
de ser consciente y, aunque parezca paradójico, muchas veces tal acuerdo no
es conocido ni por los mismos participantes. Lo van construyendo como fruto
de ajustes que facilitan el mantenimiento de una “homeostasis familiar” que,
de otra forma se vería en crisis.
En la familia que comienza, cada miembro componente de la misma aporta
sus propias experiencias y sus propios modelos de comunicación, según los
esquemas aprendidos o elaborados en el sistema familiar de origen; a partir
de este hecho se van construyendo un conjunto de acuerdos que irán
delimitando las reglas del nuevo sistema familiar.
El conjunto de reglas con que se va construyendo el sistema familiar, a lo
largo del tiempo y a través de inevitable reajustes por ensayo y error, es
semejante a un código de comportamiento.
El descubrimiento de las reglas que rigen la vida de un sistema familiar
requiere una larga y cuidadosa observación, semejante a la que tendría que
poner en práctica el novato del juego de ajedrez, por ejemplo, que tratase de
ver cuáles son las reglas que ponen en práctica dos jugadores a lo largo de
una partida.
Las reglas que se establecen en una familia se pueden clasificar en tres
categorías:
40
a) Reglas reconocidas: son reglas que se han establecido explícitamente, de
manera directa y abierta. Comprenden acuerdos en distintas áreas, tales como
normas de convivencia, asignación de tareas, responsabilidad de ciertos
papeles y de expresión de necesidades personales.
b) Reglas implícitas: estas reglas constituyen funcionamientos
sobreentendidos acerca de los cuales la familia no tiene necesidad de hablar
de modo explícito. Se dan en la dinámica de la familia, aunque no se han
verbalizado.
c) Reglas secretas: estas son las más difíciles de descubrir al estudiar una
familia. Son modos de obrar con los que un miembro bloquea las acciones de
otro miembro; son actos que tienden a desencadenar actitudes deseadas por
quien manipula el resorte que los provoca. Así, por ejemplo, en una familia la
regla secreta establece que una conducta de autonomía e independencia en la
hija vaya seguida por una queja psicosomática de la madre y esto conlleve
una mayor implicación del padre en la casa.
Un elemento para entender la estructura familiar lo constituye el análisis de los
límites. Estos límites están definidos por las reglas que establecen quienes
participan, y de qué manera en las diferentes interacciones y en la toma de
decisiones; regulan de manera especial las pautas de proximidad y la
jerarquía entre los miembros de la familia.
Los límites no son siempre visibles, aunque hay elementos estructurales que
los expresan y generalmente están implícitos. Son la frontera psicológica que
salvaguarda la identidad y pautan modelos de relación, de comunicación y de
vínculo emocional.
La familia disfuncional se caracteriza por límites difusos o indiferenciados; En
estas familias los límites son difíciles de determinar debido a que no se
aprecian con claridad en el funcionamiento familiar. Los miembros conforman
estructuras aglutinadas, donde la pertenencia se logra a costa de la autonomía
de cada uno de los grupos y subgrupos que se forman en la familia. No se
41
definen de modo claro los límites entre la familia nuclear y las familias de
origen, entre padres e hijos y entre las funciones conyugales y parentales, de
modo que ningún grupo dentro de la familia opera adecuadamente. Los
subgrupos familiares tampoco se diferencian sobre la base de la edad o
madurez, lo cual dificulta su papel en el proceso de socialización de sus
integrantes. Incluso el proceso de autonomía individual se ve seriamente
dificultado en esta estructura familiar.
La carencia de una diferenciación entre subgrupos desalienta la exploración y
el dominio autónomo de los problemas.
Se ha encontrado que el perfil de los miembros de estas familias sería el de
una padre pasivo-dependiente, que con frecuencia no cumple eficientemente
su función de proveedor; una madre caracterizada por estar devaluada y con
estructura depresiva, e hijos con bajos niveles de tolerancia a la frustración,
así como con problemas de adaptación en el hogar y en escuela.
También se consideran que estas familias se caracterizan por: 1. Exagerado
sentido de pertenencia; 2. Pérdida de la autonomía personal; 3. Poca
diferenciación y autonomía entre los grupos; 4. Inhibición del desarrollo
cognitivo y afectivo; 5. Sufrimientos compartidos y 6. Mayor probabilidad de
que el estrés repercuta en toda familia, lo cual reduce las posibilidades de una
ayuda efectiva entre ellos. A estas particularidades se le sumarían dos
características más. La primera, que todos tratan de resolver por igual los
problemas de uno de sus miembros; una segunda característica es la escasa
diferenciación y autonomía de las fronteras de la familia y de límites que
regulan la relación de la familia en las demás relaciones de sus subgrupos y
de la sociedad, con énfasis en las familias extensas.
Por otra parte los grupos familiares que tienen límites rígidos funcionan en
forma independiente, como si cada miembro o subgrupos tuvieran una agenda
personal donde no se tiene en cuenta a los otros integrantes; comparten
emocionalmente muy pocas cosas, y por lo tanto, tienen muy poco en común.
42
Las familias con los límites rígidos se caracterizan por un exacerbado sentido
de independencia; ausencia de sentimiento de fidelidad y pertenencia;
dificultad de sus miembros para pedir ayuda cuando las necesitan; falta de
respuesta ante el estrés y las dificultades que enfrenta uno de sus miembros y
un bajo nivel de apoyo mutuo.
Las fronteras que establece este tipo de familia con otros subgrupos familiares
también son rígidas, lo que dificulta la comunicación y cooperación con los
mismos. En el caso de los padres, esto se evidencia en conductas tales como
no asistir a las actividades de la escuela del hijo, no interesarse por conocer a
sus amigos, ni sus gustos o intereses.
En cambio una familia funcional tiene la posibilidad de establecer límites claros
y permeables con reglas claras y flexibles. Las familias con límites bien
establecidos y permeables, son las que realmente permiten un funcionamiento
armónico entre sus integrantes. En ellas existen límites claros en torno a los
diferentes subgrupos al interior de la familia que regulan la intimidad y el poder
en la toma de decisiones; sin embargo, los límites son permeables, lo que
permite a cada grupo en el interior de la familia responder de manera efectiva
a las necesidades de los otros y mantener un adecuado sentido de
pertenencia, junto a un grado de autonomía de cada miembro.
Las familias funcionales establecen relaciones de cooperación con sus
familias de origen y otros grupos, como por ejemplo, la escuela. Es decir,
pueden cooperar con éstos para resolver problemas y crear oportunidades de
desarrollo sin invadir sus propias áreas de competencia.
ALIANZAS Y COALICIONES
En todas las familias existen nexos no patológicos entre sus integrantes para
darse ayuda en la solución de problemas; estos nexos pueden denominarse
también alianzas. Se caracterizan por ser flexibles, cambiar con relación al
43
contexto y a las necesidades de sus integrantes, no tienen como propósito el
enfrentamiento, aunque en algunos casos lo provoquen. Siempre se dan en
contextos comunicativos diádicos.
Se ha descrito el hecho de que en algunas familias no existen dos personas
que pudieran reunirse, fuese para convenir o disentir sin que interviniera una
tercera persona. Para este fenómeno se ha empleado la frase “danza infinita
de las coaliciones cambiantes”.
Definida en estos términos, una coalición sería una relación entre al menos
tres personas que forman parte de un grupo familiar, entre las que se
establecen interacciones caracterizadas por la alianza de dos de ellos contra
un tercero. Dichas relaciones de apoyo y oposición no son necesariamente
estables por largo tiempo, debido al juego de lucha por gratificaciones y poder
individual de los participantes en la interacción.
En el caso de las familias no es propiamente la lucha por el poder lo que
origina la inestabilidad de las coaliciones, sino los múltiples compromisos y
expectativas a los que están sujetos los miembros que las forman, de forma
que incluso cuando dos miembros se benefician de la alianza formada contra
un tercero, experimentan una vivencia de incomodidad al excluir a la tercer
persona; esto hace que diluyan su coalición y pasen a formar parte de otras.
Pero hay inconformidad con la teoría de las coaliciones por la “necesidad de
ganar” al que se hace énfasis, como causa de la formación de nexos entre los
miembros de las familias.
Un objetivo de la intervención con familias es la identificación de estas
coaliciones y su sustitución por alianzas entre los diferentes miembros de la
misma que promueven el desarrollo de los individuos y de la familia como tal.
El concepto de “relación subrayada” para referirse a la díada que debe ejercer
un mayor poder en las relaciones de parentesco en las diferentes culturas. La
forma común en que se sabotea esta relación subrayada o díada gobernante
es la formación de coaliciones entre los demás miembros de la familia. La
44
aparición de enfermedades y problemas en la familia se debe a que por la
influencia de las coaliciones se ha roto la protección que habitualmente las
normas culturales tienen para la díada gobernante. (Sociólogo Hsu, 1961)
Es curioso que la visión de “díada gobernante” como “díada parental” que es
típica de la sociedad occidental, ha provocado que a las coaliciones
conflictivas se les denomine “intergeneracionales”; cuando en sí misma no
causan problemas con otras culturas donde no ésta definida ni protegida la
relación madre-padre como relación de autoridad para la familia. La afirmación
de que ninguna estructura de autoridad puede incluir a dos generaciones
contiguas, es patentemente falsa como se ve si se analizan los patrones
culturales de interacción familiar en otros contextos no occidentales.
Esto ofrece una perspectiva de análisis nuevo para el futuro en el tema de las
coaliciones y conflicto. Si las familias están cambiando y cada vez se alejan
más en diversas formas de las estructura y funcionamiento de la familia
tradicional, tendrán que tenerse en cuenta otros patrones al evaluar si las
coaliciones que en ella se forman de la estructura y funcionamiento de la
familia tradicional, tendrán que tenerse en cuenta otros patrones al evaluar si
las coaliciones que en ella se forman son potencialmente patológicas o no. Por
ejemplo, véase el caso del aumento de familias monoparentales en las que se
forman son coaliciones entre el padre o madre y algún hijo) por lo general el
mayor) para lograr un mejor cumplimiento de las tareas familiares. En este tipo
de familia los nexos intergeneracionales no son necesariamente
amenazadores sino más bien favorecedores del crecimiento.
Otro de los conceptos que nos facilitan la comprensión del funcionamiento de
una familia es el ciclo vital de la Familia, ya que brinda una idea de los
cambios y las tareas que debe enfrentar el grupo familiar a lo largo de su
desarrollo.
Antes de abordar el estudio del concepto del ciclo vital de las familias, es
conveniente reconocer que el mismo se fundamenta en la idea de que esta
45
evoluciona a través de una secuencia de etapas relativamente previsibles
pese a las variaciones culturales. Toma como punto de partida para su análisis
el modelo idealizado de la familia moderna, que es la familia nuclear y propone
un esquema de etapas normativas a partir del análisis del desarrollo de la
misma.
Este predominio de un modelo “ideal” de familia es negado por la realidad de
la familia actual, que se caracteriza por la diversidad de formas y estructuras;
de esta manera se dejan fuera de análisis muchas estructuras diferentes a la
de la familia nuclear: familia con padres separados o divorciados, familias
reconstituidas, familias extensas, familias que adoptan niños en edades
escolares o adolescentes, etc. Sin negar la considerable utilidad del concepto
del ciclo vital para entender la evolución y desarrollo del sistema familiar,
debemos también reconocer que se hace necesario ampliar los estudios para
poder describir las particularidades del ciclo vital en otras formas de familia.
Resulta innegable que las familias cambian de estructura y funciones a lo
largo de su ciclo vital, y lo hacen en una secuencia orientada de etapas
evolutivas. Para Jaes cuando dividimos el ciclo vital podemos aplicar tres
criterios:
1. Los cambios en el tamaño de la familia, dividen la vida familiar en etapas de
expansión, estabilidad y contracción (etapa estable: matrimonio sin hijos; de
expansión: procreación: estable: crianza de los hijos: de contracción:
emancipación de los hijos; estable: nido vacío);
2. Los cabios en la composición por edades basados en la edad cronológica
del hijo mayor desde su infancia hasta su edad adulta
3. Los cambios en la posición laboral de la persona o personas que integran la
familia.
Aunque existen muchas clasificaciones de las etapas del ciclo vital, a
continuación describe ilustra el desarrollo del grupo familiar:
46
1. Encuentro: se caracteriza por el investimento del otro de una carga efectiva
y erótica importante. El otro se constituye como objeto de deseo y empiezan a
producirse acuerdos consientes e inconsistentes entre los miembros de la
pareja que les permite a ambos ir tomando distancia de la familia de origen.
Se produce además la creación de una identidad propia de la pareja, que
comienza incluso a formar parte de la identidad del individuo: “es el novio de”
2. Constitución de la familia: aquí la pareja toma la decisión de construir una
familia propia. Ambos integrantes tienen que realizar los ajustes necesarios
para diferenciarse y reestructurar sus relaciones con sus familias de origen y
sus amigos, lograr una independencia económica y emocional, manejar un
grado adecuado de intimidad/separación con su pareja, negociar roles y
elaborar un proyecto de vida compartido.
3. Familias con hijos pequeños: en esta etapa se deben reajustar el sistema
marital para permitir la entrada del hijo a la familia. Se tiene que negociar la
manera en que va cumplir las demandas económicas y las originadas de las
tareas de crianza; se reestructura las relaciones con la familia extensa para
definir y delimitar los roles de ellos como padres y los de los abuelos.
4. Familias con hijos adolescentes: durante esta etapa vuelve a remplazarse la
relación de pareja, ya que los hijos comienzan a incrementar las actividades
que realizan fuera del hogar dejando un mayor tiempo a los padres como
pareja los padres tienen que prepararse para realizar con los hijos relaciones
muchos más simétricas y permitir una mayor autonomía en su toma de
decisiones. También se inicia un replanteamiento de las relaciones de pareja
con su familia de origen que comienzan a necesitar cuidados.
5. La etapa del nido vacío: los cambios necesarios en esta fase son la
renegación de sistema marital el desarrollo de relaciones de adulto a adulto
con los hijos mayores, la reestructuración de las relaciones para incluir a la
familia política y nietos. Por último, la relación con la enfermedad y muerte de
los propios padres.
47
6. Familias al final de la vida: están deben generar cambios para adaptarse a
sus nuevos roles dentro de la familia y la sociedad; mantener máximo de
autonomía posible y enfrentar de manera efectiva la pérdida del cónyuge, de
los hermanos y de los amigos, así como prepararse para la propia muerte.
Podemos afirmar por lo tanto que la funcionalidad de una familia no depende
del hecho de que tenga crisis o no sino la efectividad de las estrategias que
utilizan para enfrentar las mismas.
Existen varios tipos de crisis que pueden enfrentar una familia, entre ellos
menciona (Joes, 1991)
1. Crisis por suceso inesperado: en este tipo de crisis el estrés precipitante es
real único, manifiesto e impredecible y surge de fuerzas ajenas al individuo y
el sistema familiar. En esta categoría entran por ejemplo acontecimientos tales
como la pérdida de un miembro o el desempleo repentino. Cuando las crisis
no afectan el sistema de creencias básico de la familia se logra un ajuste
satisfactorio por parte de la misma
2. Crisis de desarrollo: aunque teóricamente la familia tendrían que estar
preparada para las mismas, en ocasiones no consigue afrontar los cambios.
3. Crisis estructurales: se produce debido a pautas de funcionamiento
repetitivas que adopta que una familia que no permiten el desarrollo de sus
miembros y favorecen la participación de conductas sintomáticas.
Las investigaciones realizadas coinciden en señalar que en general en los
países latinoamericanos coexisten tres tipos de familias con formas diferentes
de ejercer la paternidad: las tradicionales, las en transición y las no
convencionales.
FAMILIAS TRADICIONALES
48
Se caracterizan por poseer una estructura de autoridad donde se evidencia un
claro predominio masculino. En ellas existe una estricta división sexual del
trabajo; el padre es valorado de manera especial por su rol de proveedor y la
madre por su papel en las labores del hogar y la crianza de los hijos. El
proyecto de vida, la identidad y la autoestima del padre están directamente
asociados a su capacidad productiva, mientras que en el caso de la madre los
aspectos antes mencionados se asocian tanto al hogar como a los hijos.
En algunas de estas familias se acepta la vinculación laboral de la mujer, no
obstante, se conceptualiza como la “última alternativa” y un “mal necesario”
para hacer frente a los gastos derivados de la crianza de los hijos. Ambos
padres manifiestan sentimientos de culpa al respecto, el padre por sentir que
no cumple efectivamente su papel y la madre por temor a desatender a los
hijos.
Estos padres atribuyen las particularidades de los hijos a factores innatos y se
ven a sí mismos con poca capacidad de control e influencia. Muestran
preferencia por técnicas de disciplina de tipo coercitivo y proyectan valores
diferentes para niños y para niñas. En estas familias los padres tienden a ser
autoritarios, a tener poca comunicación, así como expresiones afectivas
abiertas hacia los hijos.
Una de las grandes debilidades de estas familias es la rigidez de los roles de
sus integrantes, la cual les dificulta la adaptación a circunstancia imprevistas
que impliquen una variación en los mismos.
FAMILIAS EN TRANSICIÓN
En estas familias se han transformado considerablemente los roles y las
estructuras de poder de los contratos matrimoniales tradicionales, aunque
éstos no se han revertido por completo y aún conservan vigencia las viejas
prácticas y sistemas de creencias de los integrantes de la pareja.
49
Los padres de estas familias no perciben como su única tarea la de proveer, la
cual aceptan compartir con agrado con la madre, hacen un esfuerzo
consciente por diferenciarse del modelo de hombre alienado en el trabajo y
con escasa satisfacción con su vida. Vivencian la necesidad de participar en
los aspectos relacionados con las tareas domésticas y la crianza de los hijos;
aunque es justo señalar que perciben su función, en estas dos últimas áreas,
como de apoyo a la tarea de la madre, quien perciben, con la responsabilidad
fundamental al respecto. También es de destacar que la participación de los
padres en las labores domésticas, se concentra de manera especial en
aquellas que significan a la relación directa con los hijos, pero muy poco en las
correspondientes a las tareas cotidianas como cocinar o lavar.
Los padres tienden a compartir autoridad con la madre y a procurar menos
castigos físicos ante las faltas de sus hijos, si se compara con la tendencia
anterior. Mantienen una mejor comunicación, especialmente con los varones,
y presentan expresiones efectivas mucho más frecuentes con los hijos y la
pareja.
Estas familias ambos padres procuran ejercer una autoridad compartida y,
ante la faltas de sus hijos/as, hablan, explican. Eventualmente, aplican el
castigo físico, ya que prefieren usar las prohibiciones como forma de control
disciplinario y de solucionar los conflictos con los hijos adolescentes. Buscan
entablar una relación de confianza, comunicación y cercanía con los mismos,
sin miedo a perder la autoridad; son expresivos en cuanto a los afectos y
cariñosos, tienden a entablar diálogos acerca de temas como sexualidad. Si
bien la vinculación de los hijos a la educación formal es planteada entre
ambos padres, aún en las madres son más responsables al respecto,
convirtiéndose en las que acompañan, controlan y apoyan las actividades
escolares de los hijos.
Las mujeres que pertenecen a las familias en transición ya no definen su
identidad exclusivamente a partir de su maternidad; además no son amas de
casa dedicadas completamente a los hijos y al esposo. Estas mujeres
50
acceden al mercado laboral remunerado y contribuyen al sostenimiento
económico de la familia; aunque es conveniente señalar, que muchas de ellas
consideran su ingreso como secundario y atribuyen a los hombres la
responsabilidad fundamental en el sostenimiento del hogar.
FAMILIAS NO CONVENCIONALES
Se alejan del esquema culturalmente establecido en cuanto a los roles
masculino y femenino. Las mujeres son activas, se proponen altos ideales
personales a realizar por medio del trabajo profesional y su aporte económico
al mantenimiento del hogar es mayor o parecido al del esposo.
Son las mujeres que dedican poco tiempo a las labores domésticas, y al
cuidado de los hijos. Por lo general tienden a delegar los aspectos relativos a
las labores domésticas y el cuidado de los hijos en otras personas. En muchos
casos los padres de estas familias tienen menos éxito laboral que sus esposas
y desempeñan importantes funciones relacionadas con el cuidado de los hijos.
Estas parejas manifiestan un alto grado de conflicto asociado al hecho de
invertir los roles culturalmente establecidos. Este hecho produce una
disminución de la autoestima; en el caso de las mujeres esto se debe a que se
pone en crisis su deseabilidad femenina, la cual se asocia al hecho de
establecer una relación con un hombre al cual valoren; mientras que los
hombres por su parte experimentan esta pérdida de autoestima por el hecho
de que el éxito laboral es asociado a la estima y a la virilidad.
Según la Tipología, las Familias se clasifican desde el punto de vista de su
composición de la siguiente manera:
FAMILIAS NUCLEARES: Este tipo de familia está compuesto por ambos
padres y los hijos viviendo en un hogar; es la estructura familiar
predominantes en casi todas las sociedades occidentales. La familia nuclear
se considera el ideal social e incluso se ha tendido a considerar por la
51
sociedad en general e incluso por diversos especialistas como inevitablemente
patológica cualquier tipo de estructura familiar que sea diferente a ésta.
Semejante idea no sólo parte del sentido común, sino que es justo reconocer
que encuentra soporte en un abundante cuerpo de investigación. Así se ha
planteado por distintos académicos que la mayor frecuencia de problemas
académicos, emocionales y conductuales en los niños son causando por
familias diferentes a la nuclear.
El hecho de crecer en una familia nuclear se asocia con ventajas para los
niños, entre otras:
a) Mayores recursos económicos pues se cuenta con los ingresos íntegros
de ambos padres.
b) Una parentalidad más efectiva debido a que se pueden dividir los roles
en el cuidado de los hijos, lo cual representa un aumento de la cantidad y
la calidad del tiempo que se le dedica a los mismos.
c) Apoyo mutuo ante las dificultades o los retos que implica a la crianza y
de una mayor estabilidad emocional de ambos padres debido al apoyo
mutuo y el afecto que se brindan.
FAMILIAS MONOPARENTALES: En vista de lo complejo del fenómeno de la
monoparentalidad, existen múltiples definiciones acerca de ella. Las distintas
definiciones de familia tienen en común el considerar:
a) La presencia de un solo progenitor en el hogar, ya sea que viva solo o
con sus respectivos padres.
b) La presencia de uno o varios hijos en el hogar.
c) La dependencia económica de los hijos
52
d) El considerar que los fenómenos anteriores se originan por diferentes
causas.
En cuanto al primer criterio se considera que en el mismo se debería incluir
sólo a aquellos progenitores que viven solos, ya que nos da la impresión que
el hecho de convivir con los abuelos le permite a la familia funcionar como
familia extensa siendo cualitativamente diferentes la división de roles y las
problemáticas enfrentadas por los integrantes de la misma.
No se puede considerar que todas las familias monoparentales posean
características similares. En nuestro contexto no encontramos con que existen
diferentes tipos de familias monoparentales como consecuencia de las
diferentes formas que las personas acceden a la monoparentalidad. Iglesias
de Ussel Rodríguez establece una tipología de las familias monoparentales de
acuerdo a las causas que le dan origen:
a) Monoparentalidad vinculada a la natalidad, aquí tenemos los núcleos
monoparentales derivados de las madres solteras.
b) Monoparentalidad vinculada a la relación matrimonial, en la cual se
engloban las rupturas ya sean voluntaria o involuntaria de la relación
matrimonial.
c) Monoparentalidad vinculada al ordenamiento jurídico, aquí se incluyen la
maternidad y paternidad que se dan como resultado de los procesos de
adopción.
d) Monoparentalidad vinculada a situaciones sociales, ejemplos son los
casos en donde existe la ausencia de uno de los cónyuges por motivos de
trabajo, privación de la libertad y emigración.
Entre los factores demográficos, sociales y económicos que contribuyen al
aumento en la proporción de hogares encabezados por un solo progenitor, se
encuentran los elevados niveles de crecimiento de emigración a las ciudades,
de los divorcios y de los embarazos fuera del matrimonio.
53
Con relación a los hogares monoparentales femeninos o masculinos se puede
analizar que hay características comunes que los diferencian de los demás
cuando se cumplen las funciones paternas o maternas. En primer lugar, se les
impone tanto a los padres como a las madres en esta situación retos para los
cuales no fueron socializados.
Varios estudios muestran que las madres que enfrentan a la crianza de los
hijos solas tienden a sufrir con mayor frecuencia de desventajas
socioeconómicas, mayores problemas de ansiedad y depresión, presentan un
mayor nivel de estrés y mayores problemas con los hijos. También perciben
menor apoyo social, menores contactos con los amigos. Las madres
monoparentales son más susceptibles a presentar estrés ante los problemas,
un ejemplo, es que estas madres presentan un mayor estrés negativo ante la
ausencia de apoyo social que las madres casadas que gozan del apoyo
emocional y económico de su pareja. (Carney)
Los niños por su parte sufren en su desarrollo psicosocial. Los hijos de madres
solteras presentan a veces problemas en el lenguaje. También tienden a tener
problemas de comportamiento escolar como repetir cursos y ser expulsados
de las instituciones educativas; tienen problemas de conducta y una salud más
débil que quienes viven con ambos padres biológicos. Sufren de problemas
emocionales y de personalidad, mayores índices de consulta psicológica,
aumento de ideas suicidas o intento de suicidio, mayores niveles de consumo
de alcohol y de drogas, así como una autoestima más baja. (Burnside, 1986).
Las consecuencias desfavorables que presentan los niños que crecen en
familias monoparentales se asocian a la situación de desventaja económica
que presentan muchos de los niños que crecen en estas familias y en segundo
lugar a las dificultades que afronta el padre que se queda con los hijos,
generalmente la madre, para ejercer un crianza efectiva por la multiplicidad de
roles que tiene que cumplir de manera simultánea.
54
FAMILIAS RECONSTITUTIVAS: Las familias reconstitutivas presentan una
serie de características particulares: la relación paterno o materno-filial es
anterior a la relación de pareja actual; algunos o todos sus integrantes tienen
experiencia previa de familia y por tanto, tradiciones y expectativas acerca de
la vida en común; los hijos e hijas de modo habitual integran dos familias
diferentes con inevitables disparidades; y por último como está claramente
definida cuál ha de ser la relación entre los niños y la nueva pareja del
progenitor.
Aunque tal tipo de familia siempre ha existido, es en la actualidad donde ha
comenzado a estudiarse, quizá por su crecimiento en número, relacionado con
aumento de divorcios, la mayor tolerancia y reconocimiento social a este tipo
de relaciones y la importancia que le siguen otorgando la mayoría de las
personas a la vida en pareja. Estas familias se caracterizan por el hecho de
que al menos uno de los miembros de la pareja proviene de una unión
anterior.
55
3. MARCO METODOLÓGICO
3.1. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN
El proyecto de práctica profesional que se realiza tiene como método investigativo
la I.A.P. (investigación Acción Participación), además tiene como apoyo para
obtener el máximo de resultados favorables para comunidad otras herramientas
como grupos de autoayuda, grupos focales y talleres psicoeducativos. Aunque la
I.A.P. tiene su propio modelo de análisis de información se utilizo la técnica de
análisis de contenido para la interpretación de los resultados tanto cualitativos
como cuantitativos.
¿Cómo se identifico a las familias que harían parte del proyecto “Comenzando una
nueva vida”?. Primero se realizo la identificación del estado del arte sobre el
fenómeno del desplazamiento, esta información permito realizar una entrevista
semiestructurada que consiste en definir “previamente las preguntas en forma de
guión, permitiéndole al investigador profundizar en alguna idea que pueda ser
relevante, realizando nuevas preguntas”21
, la entrevista realizada tiene como
objetivo caracterizar y conocer la principal problemática a nivel psicológico que
aqueja a las familias desplazadas participantes de este proyecto. Esta entrevista
tiene dos categorías de análisis que son: 1) Características del desplazamiento y
2) Consecuencias del desplazamiento. El criterio que se tuvo en cuenta para
seleccionar a los participantes es que estuvieran vinculados al programa de
“Mejoramiento de unidades productivas en generación de ingresos CONVENIO
114” y además que residieran en el barrio Lomas de Comfacauca.
21
http://www.nureinvestigacion.es/FICHEROS_ADMINISTRADOR/F_METODOLOGICA/formet_332622008133517.pdf
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Proyecto comenzado una nueva vida final

  • 1. “COMENZADO UNA NUEVA VIDA” JESÚS DAVID GIRÓN FUELANTALA Asesora de Práctica Comunitaria PSI. MARÍA DEL MAR PUYO MUÑOZ FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DE POPAYÁN – UNIMINUTO FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS PROGRAMA DE PSICOLOGÍA POPAYÁN – CAUCA 2011 1
  • 2. TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN................................................................................................................3 1.EL PROBLEMA...............................................................................................................5 1.1.PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.....................................................................5 1.2.FORMULACIÓN DEL PROBLEMA..........................................................................5 1.3. OBJETIVOS................................................................................................................6 2.MARCO TEÓRICO..........................................................................................................7 2.1 ANTECEDENTES........................................................................................................7 2.2. BASES TEÓRICAS...................................................................................................10 3.MARCO METODOLÓGICO...........................................................................................56 3.1. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN...............................................................................56 3.2.POBLACIÓN Y MUESTRA......................................................................................59 3.3.TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN.......59 3.4.TÉCNICAS DE PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE DATOS.............................60 4.RESULTADOS...............................................................................................................73 5.CONCLUSIONES..........................................................................................................76 6.BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................77 7.ANEXOS........................................................................................................................79 2
  • 3. INTRODUCCIÓN El proyecto de práctica profesional de psicología Social Comunitaria “Comenzando una nueva vida” que esta integrado al programa de “Mejoramiento de unidades productivas creadas por población en situación de desplazamiento” de Acción Social y ejecutado por el CREPIC. Tiene como meta llegar a 300 familias en la ciudad de Popayán, de las cuales 30 familias del barrio lomas de Comfacauca harán parte del proyecto “Comenzando una nueva vida”. Es necesario entender que el fenómeno del desplazamiento forzado afecta a aproximadamente “834278 hogares colombianos, en el departamento del Cauca son expulsadas 35883 familias y recepciona 27627 familias y en el Municipio de Popayán residen cerca de 14322 hogares”1 , que viven en sectores como Asentamiento Quebrada Pubuz, Asentamiento Triunfaremos por la Paz, Lomas de Comfacauca, Los Campos, Asentamiento Niño Jesús de Praga, lomas de granada entre otros. La presente propuesta de Acompañamiento psicosocial a las 30 familias del barrio Lomas de Comfacauca que participan en el proyecto “Comenzando una nueva vida” pretende, como primera medida, Caracterizar e identificar desde una perspectiva individual y grupal a las personas en situación de desplazamiento beneficiarias del proyecto, con el fin de conocer sus principales problemáticas a nivel psicológico. Es preciso implementar esta propuesta desde una perspectiva psicológica teniendo en cuenta que población a trabajar ha sufrido las consecuencias de una 1 www.accionsocial.gov.co/estadisticasdesplzados/ y www.accionsocial.gov.co/estadisticasdesplzados/genralesPD.aspx 3
  • 4. guerra absurda que no les ha permitido explotar sus ideales y desarrollar sus habilidades al máximo; por el contrario ha debilitado su salud física y mental. Si bien es cierto que el gobierno nacional esta haciendo con su política de reparación de victimas esfuerzos económicos para mejorar la calidad de vida de estas familias, no ha sido suficiente, y no se le ha dado la importancia a un aspecto vital, refiriéndome a la salud mental que aqueja a estas familias con relación a sus emociones y sentimientos como lo son; duelos no resueltos, estigmatización de la sociedad entre otros. Teniendo como punto de partida lo anterior y a lo largo de este escrito el lector se encontrara con el planteamiento del problema, pregunta, objetivos de investigación, antecedentes y marco teórico del fenómeno a investigar, permitiendo entender de manera científica algunas de las consecuencias frecuentemente encontradas en las victimas del desplazamiento, manifestándose problemáticas como depresión, síntomas de estrés postraumático y duelos no resueltos. De aquí que las herramientas utilizadas para la recolección de datos fueron entrevistas semiestructuradas y grupos focales y como método para el análisis de datos a nivel comunitario fue usada la metodología de la Investigación Acción Participación (I.A.P.). Posteriormente se encontraran con los resultados y las conclusiones del proyecto de práctica comunitaria. Para finalizar el lector encontrara bibliografía y anexos del mismo. 4
  • 5. 1. EL PROBLEMA 1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Caracterización e identificación de consecuencias psicosociales en 30 familias participantes en el proyecto “comenzando una nueva vida” residentes en el barrio Lomas de Comfacauca y de la comuna 9 de la ciudad de Popayán. 1.2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ¿Cuáles son las consecuencias psicosociales que afectan la calidad de vida de 30 familias en situación de desplazamiento participantes del proyecto “COMENZADO UNA NUEVA VIDA” residentes en los barrios lomas de granada y lomas de Comfacauca de la comuna 9 en la ciudad de Popayán? 5
  • 6. 1.3. OBJETIVOS 1.3.1 GENERAL Identificar las consecuencias psicosociales que afectan la calidad de vida de las 30 familias participantes del proyecto “comenzando una nueva vida” residentes en el barrio lomas de Comfacauca ubicado en la comuna 9 de la ciudad de Popayán. 1.3.2. ESPECÍFICOS • Caracterizar la problemática a nivel psicológico de las 30 familias participantes en el proyecto “comenzando una nueva vida”, en situación de desplazamiento e identificar estrategias de intervención para que faciliten la potencialización de sus habilidades e ideales. • Promover el auto-reconocimiento de su nueva realidad para que de esta manera facilite la aceptación de la misma. “de las familias participantes en el proyecto”. • Sensibilizar a las familias participantes del proyecto “comenzando una nueva vida”, sobre la importancia de tener un proyecto de vida personal y familiar, para que mejoren su calidad de vida. 6
  • 7. 2. MARCO TEÓRICO 2.1 ANTECEDENTES Colombia a lo largo de los años ha sufrido y esta viviendo una oleada de violencia, siendo el conflicto armado uno de los factores y fuentes de dicha violencia, ya sea entre actores armados legales (Fuerzas militares y Policía) e ilegales (Guerrillas: FARC, ELN y los grupos de Autodefensa). Como consecuencia de la lucha armada se ha generado el fenómeno del desplazamiento forzado. Para entender a quien se considera como desplazado es necesario conocer la ley que reconoce a la victima del desplazamiento, según reza el Artículo 1º de la ley 387 de 1997, “Es desplazada toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional abandonando su localidad de residencia o actividades económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera de las siguientes situaciones: conflicto armado interno, disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los derechos humanos, infracciones al derecho internacional humanitario u otras circunstancias emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar o alteren drásticamente el orden público” Según el informe de ACCIÓN SOCIAL sobre Desplazamiento Forzado en Colombia – Febrero de 2010 “Entre 1998 y 2002 la expulsión masiva de personas se concentró en los departamentos de Antioquia (98.212 personas), Chocó (41.577 personas), Magdalena (41.590 personas), Bolívar (35.542 personas) y Córdoba (17.852 personas), mientras que en el período 2003 – 2009 se concentró 7
  • 8. en los departamentos de Nariño (38.971), Antioquia (28.278), Chocó (24.824), Valle del Cauca (20.634) y Caldas (13.648)”2 . Según un estudio realizado por el Centro de Control de Desplazamientos Internos -IDMC, por su sigla en inglés-, en mayo del 2010 la población desplazada en Colombia alcanzó los 4,3 millones de personas, consolidándose como el segundo país del mundo con más refugiados internos, sólo superado por Sudán, con 4,9 millones- cifra basada en los cálculos realizados por la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (COHDES). Si bien se mencionado que el conflicto armado es uno de los factores que influye en el desplazamiento forzado, otras investigaciones como la de Falla, Chávez y Molano (2003) menciona que “el desplazamiento forzado obedece, pues, a la implementación de estrategias para combatir la insurgencia y controlar la sociedad civil por parte de las fuerzas militares, así como a la acción directa o indirecta de actores armados como las guerrillas y los grupos paramilitares y de autodefensa. Entre las razones más frecuentes que promueven los altos porcentajes de desplazamiento aparecen las amenazas, torturas, masacres, desapariciones forzadas, destrucción de viviendas, así como los atentados, homicidios, bombardeos, desalojos, reclutamientos forzosos, secuestros, abusos sexuales y las consecuencias de los operativos antinarcóticos”3 . Hasta el momento, son pocas las investigaciones que se han enfocado en el tema del desplazamiento forzado en Colombia, y sólo dos investigaciones en el Cauca realizadas a personas en situación de desplazamiento hacen parte de los antecedentes: el primero corresponde al proyecto: “Intervención Psicosocial a Familias en Situación de Desplazamiento” realizado por la Fundación Panamericana para el Desarrollo- FUPAD y el Centro Regional de Productividad e Innovación del Cauca- CREPIC, a partir del año 2009-2010. 2 PDF. Informe desplazamiento forzado en Colombia – Febrero 2010, Pág. 2 3 PDF. DESPLAZAMIENTO FORZADO EN COLOMBIA Análisis documental e informe de investigación en la Unidad de Atención Integral al Desplazado (UAID) – Bogotá, Pág. 4 8
  • 9. El objetivo del trabajo consistió en un proceso de acompañamiento psicosocial con 250 familias en situación de desplazamiento, beneficiarias al proyecto de generación de ingresos, ejecutado por el Centro Regional de Productividad e Innovación del Cauca- CREPIC, en el segundo periodo del 2009 y el primer periodo del 2010. La metodología radicó en intervenir a la población infantil, adolescente y a adultos en los salones comunales de las diferentes zonas de la ciudad de Popayán, a través de procesos individuales y grupales con dicha población. En total fueron 250 personas en situación de deslazamiento, con una muestra de 30 familias atendidas por el proyecto de intervención psicosocial. Se logró apoyar desde el componente psicosocial para la ejecución del proyecto en un 95%, en un tiempo comprendido entre septiembre de 2009 a agosto de 2010 con realización de los talleres en el intervenir en los efectos psicosociales a los beneficiarios del proyecto Crepic – Fupad, desde una perspectiva individual y grupal. La segunda investigación, fue de atención psicosocial con población desplazada en los municipios de Buga, San Pedro y Sevilla, ejecutados por la Cruz Roja Colombiana seccional Valle del Cauca. El objetivo del trabajo fue de fortalecer los procesos de atención psicosocial integral a la población desplazada o en riesgo de desplazamiento por la violencia de los municipios de Tulúa, Buga, Sevilla, Bugalagrande y San Pedro, favoreciendo la adaptación y estabilización mental, psicológica y social que le permitan a la familia del desplazado reconstruir tejido social hacia una cultura de paz. Con una metodología de intervenir a la población de albergues, zonas urbanas y rurales priorizando: niños, jóvenes, mujeres cabeza de familia, adultos. Universo: valle del cauca, la Población: fue de 2.350, y la de Muestra: 470 9
  • 10. El resultado de esta investigación en cuanto a las metas definidas para el proyecto no se cumplió en primer lugar, debido a los cambios definidos conjuntamente con la interventoría respecto a la población beneficiada. Además porque, siendo un proyecto a corto plazo (seis meses), permitió acercamiento, logro de confianza e inicio de intervención psicosocial teniendo en cuenta que estas poblaciones no poseían experiencias previas en programas en salud mental y atención psicosocial. 2.2. BASES TEÓRICAS Para entender el fenómeno del desplazamiento y sus consecuencias a nivel psicológico en las familias que viven dicha situación de desarraigo, se abordara desde teorías que permitan comprender la perdida y adaptación a una nueva situación de vida. Por tal razón se identificara: 2.2.1.) Consecuencias psicológicas del desplazamiento -Que se entiende por pérdida-, -trastornos del estado de ánimo, como la depresión-, -trastornos de ansiedad, como por estrés post- traumático-. 2.2.2.) Que es una sociedad y una comunidad según la psicología social comunitaria. Y por ultimo 2.2.3.) Como se define familia y como se estructura una familia. Teniendo como base lo anterior se abordara punto por punto para tener una idea clara del fenómeno a estudiar y así poder plantear un análisis serio desde la psicología de una problemática social. 2.2.1. Consecuencias psicológicas del desplazamiento 2.2.1.1.Que se entiende por pérdida: En psicología hablar de pérdida necesaria mente nos remite o nos lleva a pensar en la elaboración de un duelo, ya sea por la muerte de un familiar u otra persona cercana, o la ruptura de una relación, entre otras. Para Freud en 19154 destaco la diferencia entre el duelo 4 Diccionario de pedagogía y psicología, pág. 95, edición 2004, Cultural S.A. 10
  • 11. normal, el duelo patológico y la melancolía en un estudio comparado “duelo y melancolía”. Ante la constatación de la desaparición del objeto externo, el individuo debe cumplir cierto trabajo, el del duelo, esto es, la mitigación del sufrimiento. “Como parte de su reacción de pérdida, algunos individuos afligidos presentan síntomas característicos de un episodio de depresión mayor, como por ejemplo, sentimientos de tristeza y síntomas asociados como insomnio, anorexia y pérdida de peso. La persona en duelo considera normal el estado de ánimo depresivo, aunque puede buscar ayuda profesional para paliar los síntomas asociados como el insomnio y la anorexia. La duración y la expresión de un duelo “normal” no puede establecerse de forma categórica porque varía de un grupo cultura a otro. No es posible diagnosticar un trastorno depresivo mayor a menos que los síntomas persistan dos meses después de la perdida”5 . Para otros el “Duelo es el proceso que experimenta una persona a raíz de la pérdida de alguien o algo querido. Aunque las pérdidas que más fácilmente se nos vienen a la cabeza son las de personas queridas, también podemos entender el concepto de pérdida como la desaparición de cualquier objeto físico, como el incendio de una casa o el robo de una joya, de una persona querida o de otro tipo de valor, como un empleo o una pérdida de estatus social. Todas estas experiencias de pérdida suscitan en la persona un amplio rango de conductas, emociones y pensamientos de mayor o menor intensidad que no deben ser minusvaloradas, sino consideradas desde la perspectiva del valor que cada uno pueda conceder a lo que ha perdido. Esto es particularmente importante en ciertos tipos de pérdidas no tan obvias, como un niño que echa de menos a los amigos tras el cambio de colegio, o socialmente menos destacadas, como un aborto natural. 5 Diccionario de pedagogía y psicología, pág. 95, edición 2004, Cultural S.A. 11
  • 12. El duelo comienza normalmente con la pérdida del ser querido y se puede considerar acabado, según Worden y Neimeyer, cuando el superviviente muestra capacidad de: - reorganizar su vida a un nivel parecido al que siempre tuvo. - referirse al fallecido sin sentimientos de extrema tristeza o ansiedad. Aunque algunos autores hablan de recuperación sólo cuando se es capaz de reinvertir la energía emocional en otra relación análoga (por ejemplo en el caso de los/las viudos), en términos generales se toma como referencia el que el doliente sea capaz de dar y recibir afecto por parte de su red de apoyo social. En los casos de larga enfermedad y muerte previsible y en los de demencia el duelo puede comenzar antes de la misma, de una forma anticipada. En cuanto al nivel de funcionamiento de la persona a lo largo del proceso de duelo, Neimeyer propone que los días siguientes al fallecimiento la conmoción y el aturdimiento hacen que superemos el dolor y nos reorganicemos bastante bien, pero después de estos dos o tres días cuando la realidad de la pérdida se nos presenta con toda su fuerza, empezamos un proceso de caída que suele durar unos meses. Los estudios sugieren que el peor momento del duelo se suele experimentar hacia el cuarto mes, aparte de fechas especiales para el doliente en el primer año de duelo, como aniversarios o vacaciones. Finalmente, después de estos momentos especialmente duros, la persona se va recomponiendo en un lento proceso que puede durar años, dependiendo en muchas ocasiones del apoyo social efectivo que se tenga y de la paciencia de éstos para dar a cada doliente el tiempo que necesite para recuperarse. La mayor parte del entorno social suele dar por hecho que al año de la muerte el viudo, padre, madre o hermana debe haber vuelto a hacer su vida normal, pero es muy normal que se necesiten dos o tres años, sin tener ideas preconcebidas sobre este ciclo”6 . 6 www.luriapsicologia.com/INTERVENCIÓN%20EN%20DUELO.doc, pág. 4-5 12
  • 13. Etapas y tareas del duelo7 . A diferencia de las teorías tradicionales sobre el duelo, que hacían hincapié en una serie de etapas más o menos universales, las publicaciones más recientes insisten en la consideración de la elaboración de la pérdida como un proceso activo, lleno de decisiones en las que la persona elige entre una serie de alternativas, siendo así cada duelo completamente diferente. De hecho es un momento crítico en la vida en que las decisiones son muchas y muy rápidas, y los cambios que suceden a éstas en ocasiones son muy relevantes en la vida cotidiana, como tener que ponerse una viuda a trabajar o tener que mudarse de casa tras la muerte del padre. Aún así, podemos hablar de una serie de estados que atraviesan los supervivientes sin que tenga que ser en este orden y sin seguir un orden lineal, ya que a menudo se observan regresiones en la elaboración del duelo en fechas señaladas, o épocas de mayor estrés. Desde la primera aproximación de Kúbler-Ross en 1969 (1. negación 2. rabia 3. pacto, 4. depresión 5. aceptación), una de las más acertadas es la de Parkes, de 1970, que propone las siguientes etapas en la elaboración del duelo: I. Insensibilidad II. anhelo y rabia III. desorganización e inquietud IV. reorganización de la conducta En estas etapas y en los trabajos que realizó Parkes con Bowlby respecto al apego y la ansiedad de separación se basó William Worden para desarrollar su teoría de las tareas para el duelo y la terapia basada en ellas, actualmente la más conocida y relevante en este campo, de por sí escaso en bibliografía especializada. 7 www.luriapsicologia.com/INTERVENCIÓN%20EN%20DUELO.doc, pág. 6-9 13
  • 14. Worden entiende que más que pasar por unas etapas marcadas la persona que ha perdido un objeto de apego ha de resolver activamente cuatro tareas o desafíos: A. Aceptar la realidad de la pérdida. Durante los primeros días existe una cierta tendencia natural a no admitir la muerte o no darse cuenta en el plano real de su ausencia. Se coge el teléfono para llamarle o parece que abrirá la puerta en cualquier momento. Esto es normal en los primeros días, incluso semanas, es necesario estar informado de que no significa que la persona esté perdiendo la razón o exagerando en su reacción. Es normal en los primeros días no tocar las posesiones del fallecido, recordar sólo lo agradable de la relación, pero progresivamente ir admitiendo que la muerte es real y no tiene posibilidad de cambiarse. B. Sentir y elaborar el dolor y otras emociones. Después del aturdimiento y la confusión el dolor y otras emociones aparecen y es imprescindible sentirlas en toda su dimensión. Cualquier evitación o retraso del natural sufrimiento prolongará el duelo innecesariamente. Lo elaboramos cuando hablamos del fallecido, lloramos, expresamos nuestra desesperanza de encontrar otra persona igual, somos incapaces de ir a trabajar, pero también cuando sentimos culpa por no haberle visto más, no haberle cuidado o por haber tenido una relación tormentosa (malos tratos, abuso, haber cortado la relación). Es habitual también el enfado por el abandono que supone la muerte, aunque es difícil que la persona tome conciencia de él, debido al aparente absurdo que supone. No se trata, entonces de una aceptación intelectual, sino emocional de la pérdida. C. Adaptarse a los cambios en el medio. Sobre todo en el caso de cónyuges, padres o hijos, la muerte supone la desaparición de una persona que cumplía unas funciones que ahora el viudo, 14
  • 15. hijo o hermano tiene que retomar (ponerse a trabajar, educar en soledad, cuidar un negocio). Se rompen cadenas conductuales que estaban asociadas al difunto, como salidas sociales, actividades de ocio o relaciones con la familia política. Estas demandas crecientes e inmediatas son en la mayor parte de los casos asumidas con el apoyo de la red social. Al mismo tiempo que se rehace la vida, aparecen los sentimientos de culpa por estar dejando al fallecido atrás en el curso de la propia vida. D. Recolocar al desaparecido emocionalmente y reanudar la propia vida. Finalmente, debemos aceptar que los recuerdos que tenemos de él nunca van a desaparecer, pero que nunca volverá a nuestra vida, y decirle adiós. Nos deshacemos de la mayor parte de los recuerdos y conservamos un par de ellos, verbalizamos los recuerdos malos y buenos. Reconocemos que es preciso empezar a amar a nuevas amistades, y nos damos permiso para dejar el luto interior. Pasamos de decir estoy casada a soy viuda, de decir somos tres hermanos a éramos tres hermanos. El paso final es decir adiós para siempre sabiendo que no vamos a olvidar su paso por nuestra vida. Más adelante veremos en qué momentos el doliente se detiene en este proceso y su duelo se complica, alargando su dolor y dando lugar a diversos problemas en su vida. Según la propuesta más reciente, de Neimeyer, la pérdida de un ser querido introduce cambios en tres aspectos de la vida del superviviente: su imagen de sí mismo en la que antes se incluía al fallecido (ya no eres la mujer de..., sino la viuda de...), el sistema de significados culturales-religiosos (como es vista la muerte en su cultura y sus creencias religiosas respecto a ella), y la relación con los demás y actividades de ocio en ausencia del difunto. En este caso el paciente tiene por delante la tarea de enfrentarse a esos cambios y modificar su sistema de significados de forma que incluyan la pérdida y nos permitan adaptarnos a un entorno que exigirá de nosotros habilidades y conductas diferentes. La meta fundamental es básicamente la misma que plantea 15
  • 16. Worden en su tercera tarea: analizar cómo cambian las demandas de tu entorno y adquirir los roles y habilidades necesarios para retomar el curso de tu vida. Sin embargo Worden incluye el trabajo previo con las emociones como la parte más importante de la terapia, mientras que Neimeyer considera fundamental que el paciente de un lugar y un sentido a la vida y muerte del desaparecido en su guión vital, en constante negociación con su entorno social y cultural. En ambos casos la persona finaliza la terapia “cerrando el capítulo” con un adiós y retomando un funcionamiento normalizado y emocionalmente equilibrado en su entorno. También es necesario reconocer cuando un duelo se complica para lo cual se enumeraran unos síntomas que permitirán identificar dicha condición: Síntomas de un duelo complicado8 . Anteriormente hemos visto que una amplia gama de reacciones son normales en los primeros meses que siguen al deceso. Un superviviente no está elaborando su duelo de forma adecuada cuando da alguna de las siguientes señales: • La persona menciona la pérdida en entrevista con dolor intenso pasados varios meses de la misma. • Algún acontecimiento desencadena una reacción excesiva. • Períodos de extrema tristeza o demasiado extensos, deseos de suicidio (a veces en fechas señaladas) • Episodios de conducta agresiva o conductas impulsivas, como abuso de sustancias. 8 www.luriapsicologia.com/INTERVENCIÓN%20EN%20DUELO.doc, pág. 9-10 16
  • 17. • Objetos de vinculación muy marcados o lo contrario, esconder o deshacerse de todos los objetos recordatorios. • Imposibilidad de incorporarse al funcionamiento vital pasadas unas semanas de la muerte. • Compulsión de imitar al fallecido o presencia de los mismos síntomas que tenía al morir. Obsesión con la enfermedad y la muerte. • No haber expresado abiertamente dolor en las primeras semanas de duelo o haber realizado cambios radicales de estilo de vida. • Pensamientos recurrentes de culpa o asuntos pendientes con el fallecido, remordimientos por haberle causado daño o haberle descuidado en vida. • La persona no asistió al funeral o nunca ha vuelto a mencionar al ser querido que desapareció. 2.2.1.2. Trastornos del estado del ánimo9 : La sección de los trastornos del estado de ánimo incluye los trastornos que tienen como característica principal una alteración del humor. Esta sección se divide en tres partes. La primera describe los episodios afectivos (episodio depresivo mayor, episodio maníaco, episodio mixto y episodio hipomaníaco) que han sido incluidos por separado al principio de esta sección para poder diagnosticar adecuadamente los diversos trastornos del estado de ánimo. Estos episodios no tienen asignados códigos diagnósticos y no pueden diagnosticarse como entidades independientes; sin embargo, sirven como fundamento al diagnóstico de los trastornos. La segunda parte describe los trastornos del estado de ánimo (p. ej., trastorno depresivo mayor, trastorno distímico, trastorno bipolar I). Los criterios de la mayoría de los trastornos del estado de ánimo exigen la presencia o ausencia de los episodios afectivos descritos en la primera parte de esta sección. La 9 DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995, Versión Electrónica 17
  • 18. tercera parte incluye las especificaciones que describen el episodio afectivo más reciente o el curso de los episodios recidivantes. Para efecto de este proyecto nos enfocaremos básicamente en el episodio depresivo mayor, siendo la característica esencial estar en un período de al menos 2 semanas durante el que hay un estado de ánimo deprimido o una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. “Frecuentemente, el estado de ánimo en un episodio depresivo mayor es descrito por el sujeto como deprimido, triste, desesperanzado, desanimado o «como en un pozo» (Criterio A1). En algunos casos, la tristeza puede ser negada al principio, pero más tarde puede ser suscitada por la entrevista (p. ej., al señalar que el sujeto parece que esté a punto de llorar). En algunos sujetos que se quejan de sentirse «pasotas», sin sentimientos o ansiosos, la presencia de un estado de ánimo depresivo puede inferirse de la expresión facial y el comportamiento aparente del sujeto. Algunas personas ponen énfasis en las quejas somáticas (p. ej., las molestias y los dolores físicos) en lugar de referir sentimientos de tristeza. Muchos sujetos refieren o muestran una alta irritabilidad (p. ej., ira persistente, tendencia a responder a los acontecimientos con arranques de ira o insultando a los demás, o sentimiento exagerado de frustración por cosas sin importancia)”10 Criterios diagnósticos según el DSM-IV para el episodio depresivo mayor11 : A. Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2 se-manas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser (1) estado de ánimo depresivo o (2) pérdida de interés o de la capacidad para el placer. 10 DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995, Versión Electrónica 11 DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995, Versión Electrónica 18
  • 19. Nota: No incluir los síntomas que son claramente debidos a enfermedad médica o las ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de ánimo. (1) estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la observación realizada por otros (p. ej., llanto). Nota: En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable (2) disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los demás) (3) pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día. Nota: En niños hay que valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables (4) insomnio o hipersomnia casi cada día (5) agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido) (6) fatiga o pérdida de energía casi cada día (7) sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo) (8) disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena) (9) pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto (v. pág. 341). C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. D. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p. ej., hipotiroidismo). 19
  • 20. E. Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más de 2 meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor. 2.2.1.3. Trastornos de ansiedad12 : En esta sección se describen los siguientes trastornos de ansiedad: trastornos de angustia sin agorafobia, trastorno de angustia con agorafobia, agorafobia sin historia de trastorno de angustia, fobia específica, fobia social, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés postraumático, trastorno por estrés agudo, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica, trastorno de ansiedad inducido por sustancias y trastorno de ansiedad no especificado. En el contexto de todos estos trastornos pueden aparecer crisis de angustia y agorafobia, de ahí que los criterios para el diagnóstico de estas dos entidades se expongan por separado al principio de esta sección. Para nuestro interés el trastorno por estrés postraumático: se caracteriza por la reexperimentación de acontecimientos altamente traumáticos, síntomas debidos al aumento de la activación (arousal) y comportamiento de evitación de los estímulos relacionados con el trauma. Criterios diagnósticos según el DSM-IV para el trastorno de estrés postraumático13 : A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido (1) y (2): (1) La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad 12 DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995, Versión Electrónica 13 DSM-IV, Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Masson S.A. 1995, Versión Electrónica 20
  • 21. física o la de los demás (2) la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas: (1) recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma. (2) sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible. (3) el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico. (4) malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático. (5) respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la re-actividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas: (1) Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático (2) esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma. (3) incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma. (4) reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas. (5) sensación de desapego o enajenación frente a los demás. (6) restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener 21
  • 22. sentimientos de amor). (7) sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal) D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas: (1) dificultades para conciliar o mantener el sueño. (2) irritabilidad o ataques de ira. (3) dificultades para concentrarse. (4) hipervigilancia. (5) respuestas exageradas de sobresalto E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes. F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Especificar si: Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses Crónico: si los síntomas duran 3 meses o más Especificar si: De inicio demorado: entre el acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas han pasado como mínimo 6 meses 2.2.2. Que es una sociedad y una comunidad según la psicología social comunitaria En lo que se refiere a sociedad retomare los conceptos de Rodríguez Aroldo y otros, haciendo énfasis en los conceptos de la psicología social que se refiere “al estudio científico de la influencia reciproca entre las personas (interacción social) y el proceso cognoscitivo generado por esta interacción (pensamiento social)… todos los seres humanos vivimos es un constante proceso de dependencia e interdependencia en relación con nuestros semejantes”14 . La psicología social se centra básicamente y siendo el sujeto de estudio el 14 Psicología Social, 2006, pág. 19-20 22
  • 23. individuo con relación a otros. Para definir comunidad se abordara desde los conceptos aportados por la psicología comunitaria específicamente por Montero Maritza “lo comunitario incluye el rol activo de de la comunidad, su participación. Y no solo como invitada, o como espectadora aceptada o receptora de beneficios, sino como agente activo con voz, voto y veto”15 . En otra definición de la que podemos hacer eco es hecha en 1982 y retomada en 1984, definiendo la psicología comunitaria de la siguiente manera “la rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que permiten desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su ambiente individual y social para solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura social. Esta definición implica: - que el rol de los psicólogos es ser agentes de transformación social, que comparten su conocimiento con otros actores sociales. – detección de potencialidades psicosociales y el estimulo de las mismas. – un cambio en el modo de enfrentar la realidad de interpretarla y reaccionar ante ella. – hacer psicología para la transformación positiva, social e individual. Entre otras”16 Es preciso mencionar algunas de las características de la psicología social comunitaria para tener una visión mucho más amplia acerca del que hacer de la misma17 : • Se ocupa de los fenómenos producidos en relación con procesos de carácter comunitario, tomando en cuenta el contexto cultural y social en el cual surgen. 15 Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero, 2005, pág. 67 16 Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero, 2005, pág. 70-71 17 Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero, 2005, pág. 73 23
  • 24. • Concibe a la comunidad como un ente dinámico compuesto por agentes activos, actores sociales relacionados constructores de la realidad en que viven. • Toma en cuenta la relatividad cultural. • Asume las relaciones entre las personas y el medio ambiente. • Busca que la comunidad tenga el poder y el control de los procesos que la afectan. • Tiene una condición política en tanto supone formación de ciudadanía y fortalecimiento de la sociedad civil. • Es ciencia aplicada. Produce intervenciones sociales. Después de definir la comunidad y la psicología comunitaria e identificar ciertas características es necesario entender el objeto de la psicología comunitaria, (Montero, 1982)18 hace dos señalamientos: el primero el poder y el control; colocando a la comunidad como ámbito y sujeto del quehacer psicosocial comunitario, no como un espacio delimitado desde la teoría sino como autodelimitado o mejor en otras palabras regulado por la misma comunidad. El segundo el cambio social o la transformación social, no tratándose de cambios señalados desde fuera de la comunidad. La transformación se define desde la situación de la comunidad, teniendo en cuenta aspectos externos como, consideraciones de salud mental, salud comunitaria, avances de la ciencia, aspectos culturales, religiosos, políticos o económicos, dicha transformación debe ser conocida, discutida, reflexionada y aceptada por la comunidad. Por último cabe mencionar que el método en la psicología comunitaria se rige por los siguientes principios básicos19 : 18 Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero, 2005, pág. 77-78 19 Introducción a la psicología comunitaria, Desarrollo, conceptos y procesos, Maritza Montero, 2005, pág. 84-85 24
  • 25. • El principio científico de que el método sigue al objeto. Los métodos no son independientes, ni son ellos los que determinan que investigar. El método esta inseparablemente unido a los aspectos epistemológicos y ontológicos; por lo tanto es el problema el que determina que método emplear, para que y cuando. • El carácter participativo de ese método, ya mencionado, que se manifiesta ya en su implementación, ya en la discusión y reflexión de los resultados presentados en la toma de decisiones respecto de su uso. • El carácter activo del método. La orientación hacia la transformación de la psicología comunitaria exige modos de conocer que respondan a las exigencias que plantean las comunidades. • El carácter continúo de su aplicación. Esto se refiere a que si bien hay aplicaciones técnicas o procesales de carácter puntual, toda intervención comunitaria supone una aplicación metodológica que acompaña todas las acciones y relaciones que se ejecutan con la comunidad. • El carácter heurístico de este método, que en su necesidad de responder a las exigencias de la situación debe generar modos sistemáticos de responder a sus características cuando ellos no existen previamente. • El carácter contextualizado, que se expresa en la adaptación del método, de las técnicas y de los procedimientos al contexto específico, cultural y comunal en el cual s trabaja. 2.2.3. Como se define familia y como se estructura una familia 25
  • 26. El tema de familia lo podemos entender desde dos perspectivas bastante interesantes: de una desde una perspectiva comunitaria y la segunda desde una perspectiva sistémica. A) la primera hace referencia a las relaciones primarias y secundarias que nacen de las relaciones interindividuales y colectivas. Esta clasificación es la proyección aplicada a las realidades complejas. “En los grupos pequeños en que sus miembros conviven y se relacionan entre si en presencia mutua, cara a cara, las relaciones que se dan entre sus integrantes (en principio relaciones colectivas) llegan a cobrar una dimensión interindividual o personal aunque se trate de relaciones colectivas, sucede que los implicados en relaciones se conocen bastante bien los unos a los otros como individuos y resulta que tales relaciones colectivas están mezcladas con relaciones de simpatía o antipatía. Tales relaciones que a pesar de ser fundamentalmente colectivas, impersonales, incluyen además la consideración del otro como ser humano como tal, como individuo son llamadas relaciones primarias. Las relaciones primarias se producen en grupos relativamente pequeños que comprenden unos pocos socios. En cambio, las relaciones colectivas que predominantemente te quedan en colectivas, por que los participantes en ellas apenas se conocen mutuamente como seres humanos totales, reciben el nombre de relaciones secundarias”. Por otro lado el Dr. Ernesto Eduardo González en su planteamiento sobre las relaciones primarias y secundarias menciona que: Las Redes Primarias: son las sumas de todas las relaciones que un individuo percibe como significativas o define como diferenciadas de la sociedad. Fundan todos los vínculos "personales" de un individuo. Las redes primarias son sus "lazos" e integran sus "uniones más estrechas". Estos se diferencian de las "relaciones", que son los enlaces generales, son los vínculos interpersonales. Hay una clasificación al interior de ésta red: 26
  • 27. Un círculo interior de relaciones íntimas: miembros de la familia, y la ampliada. Un círculo intermedio de relaciones personales: amigos y familiares intermedios. Un círculo externo de relaciones ocasionales: menor grado de compromiso, sin intimidad, formado por relaciones profesionales, compañeros de estudio y vecinos. El primero pertenece al "mundo interno familiar", siendo sus contactos más directos y con mayor grado de compromiso y gratificación. El segundo y el tercero están ubicados en el "mundo externo familiar", teniendo estos contactos más lejanos, relaciones más distantes y de menor intensidad. Estos lazos conforman las Redes Primarias, y se distinguen: • Familia • Familia Ampliada • Amigos • Vecindario Las redes sociales secundarias: son las relaciones entabladas en el sistema macro. Se pueden distinguir dos grupos. Tanto las primarias como las secundarias tienen características en común a todo sistema humano. Esto es importante tenerlo en cuenta para no pensar a la "red" como integrada por "compartimentos estancos" que solo se "suman" para formar la "trama relacional". Los puentes entre los estratos de comunicación, se desarrollan con mayor intensidad de acuerdo al grado de conexión entre estos campos sociales. Existe una "correlación directa" entre las mismas. 27
  • 28. Deberá tenerse en cuenta éstos nexos recurrentes entre las redes primarias y secundarias, ya que un movimiento en un ámbito de las redes genera otro en el otro ámbito de la misma. Entre ellas: • Grupos Recreativos • Relaciones Comunitarias y Religiosas • Relaciones Laborales o de Estudio B) “La teoría sistémica surge a partir de mitad del siglo XX con los aportes de varios pensadores (G. Bateson, Von Bertalanffy, Watzlawick, Cannon, entre otros) de distintas ramas de la ciencia. Estos aportes fueron aplicados a la psicología en función de ayudar al desarrollo de una visión que permita un entendimiento de situaciones que no eran objeto de investigación hasta ese momento. Para la teoría sistémica toda familia es un sistema, con esto indica que se trata de un conjunto de individuos que conforman un grupo familiar en donde hay objetivos en común que todos comparten y existe una jerarquización de sus miembros. Dicho sistemas es abierto, es decir que sus miembros intercambia información con el contexto en donde habitan y al mismo tiempo intercambian información entre los mismo miembros del sistema, para mantener un orden interno, dicha información se realiza a través de procesos comunicativos digitales y analógicos. El orden interno del sistema se mantiene a través de un proceso que se denomina homeostasis, pero también se puede alterar mediante procesos de crecimiento y de diferenciación denominados morfogenésis”20 . Para Salvador Minuchin (Escuela estructural sistémica), la familia es un grupo natural que en el curso del tiempo ha elaborado pautas de interacción; estas 20 http://www.psicologosonline.com/content/view/18/2/lang,/ 28
  • 29. constituyen la estructura familiar, que a su vez rige el funcionamiento de los miembros de la familia, define su gama de conductas y facilita su interacción recíproca. 1. Consanguinidad o Parentesco: en el cual se define como familia a todas aquellas personas que tengan lazos consanguíneos, ya sean que vivan o no en la misma casa. Esta forma de conceptualizar la familia ha sido criticada por dejar fuera a padres e hijos adoptivos, a las parejas de los padres que vuelven a casarse e incluso a la familia política de uno de los miembros del matrimonio. 2. Cohabitación: El cual sostiene que la familia está compuesta por todos los integrantes que viven bajo un mismo techo independientemente de que tengan vínculos consanguíneos o no. Este criterio deja fuera de la definición de familia en algunos casos a elementos de la familia extensa o incluso a los ismos padres cuando no viven en el hogar. 3. Lazos Afectivos: Donde se considera como familia a todos aquellos individuos con los cuales el individuo guarda una relación afectiva estrecha, sin necesidad de que tengan con las relaciones de consanguinidad, parentesco o que cohabiten bajo un mismo techo. Por su puesto que aquí se corre el riesgo de ampliar excesivamente el concepto de familia. Esta diversidad de formas de definir la familia, reafirma la idea de que no existe una definición única y correcta de familia, más bien lo que existe son numerosas definiciones formuladas desde perspectivas teóricas e históricas de vidas particulares, en donde los sujetos definen su familia utilizando varios de los criterios anteriores. Es así como Andersen dice que “la familia como concepto abstracto no existe, sino que existen tantos tipos de familias como sujetos que la definan en su discurso” (Andersen, 1997). Se considera 29
  • 30. entonces que la familia actual comprende un sistema de relaciones de parentesco (no necesariamente implica consanguinidad) reguladas de forma muy diferente en las distintas culturas. Estas relaciones tienen como elemento nuclear común los vínculos afectivos entre sus miembros, que se expresan a través de la alianza entre los integrantes. Con uno u otro grado de pasión, intimidad y compromiso. Dentro del grupo familiar se produce una serie de interacciones sociales que, por ser significativas para el sujeto, van a ser interiorizadas y por lo tanto van a influir de manera decisiva en el curso del desarrollo (Arranz, 1998). En este grupo es donde el individuo obtiene su mayor fuente de afectos y donde puede desarrollar relaciones verdaderamente íntimas. Dentro de su contexto se originan situaciones e interacciones que influyen decisivamente en el desarrollo de la autoestima y la identidad personal de todos sus integrantes. Además se generan condiciones que permiten al individuo aprender tanto a asumir responsabilidades como a solucionar problemas. La familia se constituye para la mayor parte de las personas, en la más importante red de apoyo social para las diversas transiciones vitales que han de realizar durante su vida: búsqueda de pareja, trabajo, vivienda, nuevas relaciones sociales, jubilación, vejez, etc.; así como las crisis impredecibles que se presentan a lo largo de la vida: divorcio, muerte de un familiar, y desempleo por solo mencionar algunas. Con respecto a los hijos la familia cumple cuatro funciones esenciales (Rodrigo, 1998) 1. Asegurar su supervivencia y sano crecimiento físico 2. Brindarles un clima de afecto y apoyo sin los cuales el desarrollo psicológico sano no resulta posible. El clima de afecto implica el establecimiento de relaciones de apego que permiten un sentimiento de relaciones privilegiadas y de compromiso emocional. 30
  • 31. 3. Facilitar a los hijos una estimulación que haga de ellos seres con capacidad para relacionarse competentemente con su entorno físico y social, así como para responder a las demandas y exigencias planteadas por su adaptación al mundo en el que les toca vivir. 4. Tomar decisiones con respecto a la apertura hacia otros contextos educativos y sociales que van a compartir con la familia la tarea de educación de los hijos. Para que los padres puedan cumplir de forma afectiva sus funciones deben dedicarle tiempo a la relación con sus hijos. Estimular adecuadamente a los hijos requiere una alianza afectiva entre padres e hijos; el establecimiento y mantenimiento de esta alianza demanda interacciones habituales y relajadas en diversos contextos y con distintas finalidades (cuidados físicos, juegos, salidas, realización de tareas escolares, etc.). Aunque algunos padres están sumamente preocupados por el desempeño de los hijos en las tareas escolares, deportivas y sociales, es conveniente señalar que su función fundamental está en crear relaciones armoniosas y estrechas con ellas. Esto se debe a que es mucho más fácil encontrar quien haga las tareas de instrucción con los niños que quien les brinde estímulos a los hijos se tengan presente las tareas de desarrollo que estos tienen que cumplir y las características e interacciones particulares de los mismos. Una de las funciones esenciales de la familia es permitir la aparición de cambios que permitan la expansión y el desarrollo vital de sus integrantes, en general estos cambios abarcan: 1. Cambios en los límites, reglas, alianzas y normas entre los miembros de la familia 2. Cambios entre miembros de la familia, que ocurren en relación con límites, reglas, alianzas, y normas. 31
  • 32. 3. Cambios determinados por factores sociales, que facilitan el ajuste de la familia a su contexto. La idea de que la familia funciona como sistema abierto, es decir un sistema que intercambia de manera continua información con su entorno y que es modificada por este, al mismo tiempo que lo modifica, surge como respuesta al fracaso de los modelos psicológicos individuales para comprender a la familia desde una perspectiva analítico-reduccionista. El desviar el foco de atención desde una óptica individual a una sistémica, permitió considerar la influencia reciproca que se produce entre los distintos subgrupos que componen la familia (subsistemas) y otros grupos sociales tales como; la escuela, el centro de trabajo, el barrio, la comunidad, el grupo de coetáneos y la cultura en general (mesosistemas y exosistemas) Un sistema es un conjunto de elementos en interacción reciproca en el que el comportamiento de cada subsistema es determinado por la situación y la conducta de los demás que lo configuran; ejemplos de sistemas hay muchos, desde una cedula hasta una sociedad. A raíz de la utilización de los principios de la teoría general de sistemas para la explicación del funcionamiento de la familia, esta dejo de ser vista como una suma de personas con personalidades individuales de cuya estabilidad y madurez dependía el funcionamiento efectivo de la misma. La familia es conceptualizada entonces como una totalidad y no como una suma de miembros particulares; donde “el cambio en un miembro del sistema afecta a los otros, puesto que sus acciones están interconectadas mediante pautas de interacción. Las pautas de funcionamiento del sistema no son reducibles a la suma de sus elementos constituyentes” (Feixas, 1993). En el enfoque sistémico se pueden encontrar dos posturas claramente definidas, la primera considera que los cambios en el sistema familiar solo son posibles cuando se modificaban las interacciones entre sus integrantes y los 32
  • 33. subsistemas que la componen, al margen del significado que sus integrantes atribuían a sus pautas relacionales (Minuchin). La otra postura que reivindica el significado que atribuyen las familias a sus comportamientos como fundamentales para la comprensión de las interacciones y las comunicaciones que se desarrollan entre sus integrantes (Gergen). Desde esta última perspectiva la intervención con las familias va dirigida a permitir mediante el establecimiento de un dialogo colaborativo, la génesis de nuevos significados y narrativas que puedan modificar la experiencia de las mismas (Botella, 2000). Este estado actual de las posiciones en el enfoque sistémico queda sintetizado entre el planteamiento hecho por Anderson y Goolishian (1990), quienes sostienen que “el modelo sistémico se encuentra en una encrucijada entre aquellos que entienden la organización en términos de alianza de poder y conductas encadenadas funcionalmente y los que consideran a la familia como un sistema de creencias compartido en el cual tiene sentido el síntoma” (Feixas, 1993). Un claro ejemplo de una postura sistémica es la teórica ecológica ( Bronfrenner ,1987), se sostiene que la familia es un microsistema interactivo que se encuentra en relación con otros microsistemas y la vez está inmersa en sistemas más amplios. El microsistema incluye todas las relaciones directas que las personas realizan en su vida cotidiana. Dentro de los más importantes tenemos a la escuela, los amigos y por su puesto la familia que es considerada por muchos el microsistema primario para el individuo. El mesosistema comprende las interacciones entre los diversos microsistemas; como por ejemplo, la relación entre familia y escuela, familia y amigos, familia y vecinos. 33
  • 34. El tercer ámbito de influencia es el exosistema, que describe las interacciones de la familia con otros sistemas sociales como la comunidad o las instituciones culturales y de asistencia social. El ultimo ámbito de influencia seria el macrosistema, que incluye las características de un sistema sociocultural: estructura socioeconómica, creencias religiosas, valores, actitudes rechazadas o valoradas socialmente y circunstancias históricas del lugar y el momento. El sistema familiar está compuesto por subsistemas que interactúan constantemente entre sí, dentro de estos se encuentran: el conyugal, que está integrado por los miembros de la pareja; el parental, que empieza a funcionar tras el nacimiento de los hijos y tiene una importante función ejecutoria dentro de la familia y el subsistema filial, integrado por los hermanos. A su vez, el sistema familiar interactúa con otros mesosistemas y exosistemas, como son los que se derivan de las familias extensas y diversas de instituciones sociales. Como se puede apreciar, esta teoría permite ubicar el estudio de la familia y los factores que influyen en la dinámica de la misma en un marco contextual sistémico. La estructura familiar es el conjunto de pautas funcionales conscientes o inconscientes que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. Las transacciones repetidas establecen regularidades acerca de qué manera, cuándo y con quién relacionarse. Las pautas transaccionales se originan en las expectativas mutuas de los miembros de la familia; estas expectativas se originan en las creencias que predominan en una cultura específica acerca de la naturaleza de las relaciones familiares y en las creencias particulares que elabora cada familia como resultado de las negociaciones que establecen sus integrantes. Todas las familias deben tener alguna estructura y posibilidades para modificar la misma como una forma de enfrentar las distintas situaciones vitales. Un elemento que permite apreciar la funcionalidad de una familia es si 34
  • 35. ésta puede moverse hacia la permanencia o el cambio, dependiendo de lo que sea útil para su adaptación. Una familia se hace más competente para manejar las transiciones predecibles, cuando además de las pautas transaccionales habituales, posee pautas alternativas que puede movilizar rápidamente permitiéndole una reestructuración para responder a las nuevas demandas. En la literatura científica acerca de familia, estos cambios se conocen de primer y segundo orden; los cambios de primer orden comprenden todas las fluctuaciones de la conducta que son permitidas dentro de la organización familiar sin ponerla en crisis. Los cambios de segundo orden, se aplican a cualquier situación en la que la gama habitual de comportamiento ya no es utilizable, por causa de acontecimientos ocurridos en el exterior o dentro de la familia misma, ya que se vuelve más simétrica. Los conceptos que se plantearan ahora, se utilizan para entender acciones de la familia, explican también las relaciones afectivas: AUTORIDAD Y PODER EN LA FAMILIA La palabra autoridad etimológicamente quiere decir “ayuda a crecer”. De esto se deriva que la principal función del ejercicio de la autoridad dentro de la familia es ayudar a los jóvenes en el proceso de elaboración de sus propias metas y en la elección de acciones por las que se llevarán a cabo. Entre las principales metas en este proceso de crecimiento se encuentran, el desarrollo de conocimientos y habilidades para garantizar la supervivencia, el logro de la salud física, el desarrollo de habilidades para convertirse en un adulto económicamente independiente y el desarrollo de rasgos o valores apreciados culturalmente. En todas las estructuras familiares los padres gozan de una autoridad reconocida socialmente para dirigir y organizar la vida de los hijos hasta 35
  • 36. determinada edad; es conveniente reconocer sin embargo, que el nivel de intervención de los padres en la vida de los hijos y el tipo de decisiones que pueden tomar respecto a ellos está influida tanto por el contexto socio histórico en el cual se desarrolla la familia, como por la edad de los hijos. Según los autores (Kreitner, 1998) la autoridad es el derecho de procurar obediencia para que las cosas se hagan; el poder por su parte es la capacidad demostrada de lograr obediencia. La autoridad y el poder de los padres dentro de la familia se originan de diferentes fuentes como son: la legitimación social, los procesos de identificación, el conocimiento, las habilidades, la posibilidad de otorgar recompensas o castigos, así como las características de personalidad. Para que la familia funcione adecuadamente es necesario que exista una estructura de autoridad bien delimitada y que los padres sepan ejercer la misma, es decir, que tengan poder. En el caso de las familias occidentales la díada parental tiene la autoridad y debe ejercer el poder para lograr que los hijos se comporten de una manera determinada. Sin embargo, aunque en la familia parte de la estructura de autoridad y poder de padres a hijos, la relación se va haciendo más simétrica a medida que los hijos se vuelven adultos; e incluso llega el momento en el ciclo vital de la familia en que se inclina a favor de los hijos. Lo anterior, a pesar de ser una situación natural, en muchas familias no se presenta así, ya que por varias razones los padres no poseen poder para influenciar la conducta de los hijos. Para que los padres puedan ejercer eficientemente su autoridad deben apoyar cada uno la autoridad del otro. Existen varias situaciones que pueden dañar la autoridad de uno o ambos padres. Lo mismo sucede cuando los padres muestran inconsistencias en el ejercicio de la autoridad, es decir si uno de los padres establece una regla o una sanción y el otro la cuestiona y la anula; o bien con los padres que no saben o no quieren ejercer ninguna autoridad 36
  • 37. sobre los hijos, por los que les permiten hacer lo que quieran y cuando intentan ejercer su autoridad se dan cuenta que no poseen poder para influir en la conducta de los hijos. Por último, los padres que tienen incompetencia intelectual, social y/o emocional, la cual hace que los hijos pierdan confianza en sus orientaciones y tiendan a menospreciarlos. Los padres pueden ejercer el poder de distintas maneras. Por lo general se habla de cuatro estilos de ejercer el poder: a) Los padres autoritarios intentan controlar la conducta de los hijos buscando que se comportan tal y como ellos quieren. Tienden a utilizar con frecuencia el castigo y a centrarse más en los errores del hijo que en sus aciertos; están a favor del uso de la fuerza cuando las acciones o creencias de los hijos se encuentran en contra de lo que ellos consideran verdadero. Los hijos que crecen en estas familias adoptan por lo general dos posturas extremas: o se vuelven dóciles y dependientes, o por el contrario se tornan rebeldes, oponiéndose de manera destructiva a la autoridad paterna. b) En una familia con un estilo autocrático los niños aprenden a obedecer y/o a rebelarse, sin embargo, no hay lugar para la participación y cooperación. Este estilo no promueve la verdadera fortaleza emocional y espiritual, ni la responsabilidad. El tipo de liderazgo que los hijos aprenden es opresor, y no uno que invite a la iniciativa y la creatividad. El crecer en un ambiente autocrático dificulta la formación de las habilidades intelectuales y sociales para ajustarse al mundo moderno, que es por lo general demandante en creatividad y flexibilidad (Clarke, 1979) y ocasiona una autoestima negativa (Lamborn, 1991). c) El estilo democrático se caracteriza por padres que explican y discuten con los hijos la necesidad de las diversas normas que rigen el funcionamiento familiar; negocian con ellos y toman decisiones de manera conjunta acerca del manejo de las reglas o normas familiares. 37
  • 38. Si las responsabilidades y las normas familiares son discutidas y no impuestas, todos se van a sentir co-responsables, importantes, tomados en cuenta y listos para asumir sus responsabilidades futuras. A través del estilo democrático los padres están promoviendo la cooperación de sus hijos, su responsabilidad, iniciativa, el entendimiento de las necesidades de las normas, la comprensión de la necesidad de respeto hacia el otro, así como una mayor madurez social y moral, ya que este estilo promueve una verdadera interiorización de las normas. Algunos estudios demuestran que los niños criados en ambientes democráticos tienen menos riesgos de conducta antisocial y abuso de drogas. d) En estilo permisivo, los padres no se vinculan activamente con el manejo de las reglas, permiten a los hijos regir sus propias actividades sin controlar ni supervisar el cumplimiento de las mismas y casi nunca castigan a los hijos. Este estilo permisivo dificulta que el hijo se percate del valor de las normas, lo que obstaculiza el proceso de interiorización de las mismas; fomentan que estos niños o adolescentes se comporten como si no existieran normas y reglas de convivencia social. Esto evidentemente dificulta el desarrollo de su madurez emocional y social, lo cual es mostrado de manera consistente en la literatura científica, la cual reporta una relación entre estilo de paternidad y problemas de conducta en la niñez y la adolescencia. e) El estilo inconsistente se caracteriza por la falta de una pauta coherente en las acciones educativas de los padres, quienes pueden aprobar o desaprobar los mismos hechos y conductas sin una razón válida o mostrarse autoritarios o permisivos de manera impredecible. Semejantes inconsistencias se originan por los cambios en las acciones del mismo padre, o por desacuerdos en los comportamientos de ambos padres con respecto a las normas y reglas que deben de seguir los hijos. Este estilo, al igual que el permisivo, se asocia con problemas de conductas en los hijos (Austin, 1992). 38
  • 39. La forma en que los padres ejercen la autoridad hacia los hijos en ocasiones está influida por la conducta del propio hijo; así por ejemplo, es más fácil ejercer una paternidad democrática con un hijo sin problemas de conducta y con un buen desempeño escolar que con otro que abusa del alcohol y va mal en la escuela. Otro aspecto que influye en la manera de ejercer la autoridad es la edad de los hijos. Mientras los niños son pequeños resulta adecuado que los padres ejerzan estrategias de control basadas en unas cuantas normas claras y coherentes de las cuales exijan su cumplimiento de manera firme. Sin embargo, la autoridad basada en el control no resulta igual de eficaz durante la adolescencia, donde son más apropiadas prácticas educativas basadas en la comunicación, la argumentación y la explicación de las normas. Los padres deben tomar conciencia de que mientras la relación de autoridad con los hijos pequeños es totalmente asimétrica a favor de ellos, en la medida en que los hijos crecen las relaciones se vuelven más simétricas, lo cual es resultado del desarrollo físico, emocional e intelectual de los hijos y de su necesidad del individuación. Tienen que prepararse incluso para que en la juventud, éstos tengan una simetría total en la autoridad con ello, siendo que su labor sea entonces la de dar sugerencias y consejos en lugar de dirigir. El sexo de los hijos también influye en el tipo de autoridad que ejercen los padres: éstos de manera general tienden a ser menos autoritarios y a utilizar menos castigos físicos con las hijas que con los hijos; aunque tienden a ejercer mayor supervisión y control con las hijas, especialmente cuando son adolescentes. REGLAS Y LIMITES Algunos psicólogos caracterizan a la familia como un sistema gobernado por reglas. Las reglas son formulaciones hipotéticas elaboradas por un observador 39
  • 40. para explicar la conducta de la familia. La regla es una inferencia, una abstracción, que explica la repetición de las conductas que se siguen en una familia. El concepto más simple y claro que puede darse de las “reglas” es que son acuerdos relacionales que prescriben o limitan los comportamientos individuales en una amplia gama de áreas comportamentales, organizando su interacción en un sistema familiar razonablemente estable. Hay, por ello, un “acuerdo” para obrar de una determinada manera. La mayoría de las veces trata de un acuerdo que no goza de las características de ser consciente y, aunque parezca paradójico, muchas veces tal acuerdo no es conocido ni por los mismos participantes. Lo van construyendo como fruto de ajustes que facilitan el mantenimiento de una “homeostasis familiar” que, de otra forma se vería en crisis. En la familia que comienza, cada miembro componente de la misma aporta sus propias experiencias y sus propios modelos de comunicación, según los esquemas aprendidos o elaborados en el sistema familiar de origen; a partir de este hecho se van construyendo un conjunto de acuerdos que irán delimitando las reglas del nuevo sistema familiar. El conjunto de reglas con que se va construyendo el sistema familiar, a lo largo del tiempo y a través de inevitable reajustes por ensayo y error, es semejante a un código de comportamiento. El descubrimiento de las reglas que rigen la vida de un sistema familiar requiere una larga y cuidadosa observación, semejante a la que tendría que poner en práctica el novato del juego de ajedrez, por ejemplo, que tratase de ver cuáles son las reglas que ponen en práctica dos jugadores a lo largo de una partida. Las reglas que se establecen en una familia se pueden clasificar en tres categorías: 40
  • 41. a) Reglas reconocidas: son reglas que se han establecido explícitamente, de manera directa y abierta. Comprenden acuerdos en distintas áreas, tales como normas de convivencia, asignación de tareas, responsabilidad de ciertos papeles y de expresión de necesidades personales. b) Reglas implícitas: estas reglas constituyen funcionamientos sobreentendidos acerca de los cuales la familia no tiene necesidad de hablar de modo explícito. Se dan en la dinámica de la familia, aunque no se han verbalizado. c) Reglas secretas: estas son las más difíciles de descubrir al estudiar una familia. Son modos de obrar con los que un miembro bloquea las acciones de otro miembro; son actos que tienden a desencadenar actitudes deseadas por quien manipula el resorte que los provoca. Así, por ejemplo, en una familia la regla secreta establece que una conducta de autonomía e independencia en la hija vaya seguida por una queja psicosomática de la madre y esto conlleve una mayor implicación del padre en la casa. Un elemento para entender la estructura familiar lo constituye el análisis de los límites. Estos límites están definidos por las reglas que establecen quienes participan, y de qué manera en las diferentes interacciones y en la toma de decisiones; regulan de manera especial las pautas de proximidad y la jerarquía entre los miembros de la familia. Los límites no son siempre visibles, aunque hay elementos estructurales que los expresan y generalmente están implícitos. Son la frontera psicológica que salvaguarda la identidad y pautan modelos de relación, de comunicación y de vínculo emocional. La familia disfuncional se caracteriza por límites difusos o indiferenciados; En estas familias los límites son difíciles de determinar debido a que no se aprecian con claridad en el funcionamiento familiar. Los miembros conforman estructuras aglutinadas, donde la pertenencia se logra a costa de la autonomía de cada uno de los grupos y subgrupos que se forman en la familia. No se 41
  • 42. definen de modo claro los límites entre la familia nuclear y las familias de origen, entre padres e hijos y entre las funciones conyugales y parentales, de modo que ningún grupo dentro de la familia opera adecuadamente. Los subgrupos familiares tampoco se diferencian sobre la base de la edad o madurez, lo cual dificulta su papel en el proceso de socialización de sus integrantes. Incluso el proceso de autonomía individual se ve seriamente dificultado en esta estructura familiar. La carencia de una diferenciación entre subgrupos desalienta la exploración y el dominio autónomo de los problemas. Se ha encontrado que el perfil de los miembros de estas familias sería el de una padre pasivo-dependiente, que con frecuencia no cumple eficientemente su función de proveedor; una madre caracterizada por estar devaluada y con estructura depresiva, e hijos con bajos niveles de tolerancia a la frustración, así como con problemas de adaptación en el hogar y en escuela. También se consideran que estas familias se caracterizan por: 1. Exagerado sentido de pertenencia; 2. Pérdida de la autonomía personal; 3. Poca diferenciación y autonomía entre los grupos; 4. Inhibición del desarrollo cognitivo y afectivo; 5. Sufrimientos compartidos y 6. Mayor probabilidad de que el estrés repercuta en toda familia, lo cual reduce las posibilidades de una ayuda efectiva entre ellos. A estas particularidades se le sumarían dos características más. La primera, que todos tratan de resolver por igual los problemas de uno de sus miembros; una segunda característica es la escasa diferenciación y autonomía de las fronteras de la familia y de límites que regulan la relación de la familia en las demás relaciones de sus subgrupos y de la sociedad, con énfasis en las familias extensas. Por otra parte los grupos familiares que tienen límites rígidos funcionan en forma independiente, como si cada miembro o subgrupos tuvieran una agenda personal donde no se tiene en cuenta a los otros integrantes; comparten emocionalmente muy pocas cosas, y por lo tanto, tienen muy poco en común. 42
  • 43. Las familias con los límites rígidos se caracterizan por un exacerbado sentido de independencia; ausencia de sentimiento de fidelidad y pertenencia; dificultad de sus miembros para pedir ayuda cuando las necesitan; falta de respuesta ante el estrés y las dificultades que enfrenta uno de sus miembros y un bajo nivel de apoyo mutuo. Las fronteras que establece este tipo de familia con otros subgrupos familiares también son rígidas, lo que dificulta la comunicación y cooperación con los mismos. En el caso de los padres, esto se evidencia en conductas tales como no asistir a las actividades de la escuela del hijo, no interesarse por conocer a sus amigos, ni sus gustos o intereses. En cambio una familia funcional tiene la posibilidad de establecer límites claros y permeables con reglas claras y flexibles. Las familias con límites bien establecidos y permeables, son las que realmente permiten un funcionamiento armónico entre sus integrantes. En ellas existen límites claros en torno a los diferentes subgrupos al interior de la familia que regulan la intimidad y el poder en la toma de decisiones; sin embargo, los límites son permeables, lo que permite a cada grupo en el interior de la familia responder de manera efectiva a las necesidades de los otros y mantener un adecuado sentido de pertenencia, junto a un grado de autonomía de cada miembro. Las familias funcionales establecen relaciones de cooperación con sus familias de origen y otros grupos, como por ejemplo, la escuela. Es decir, pueden cooperar con éstos para resolver problemas y crear oportunidades de desarrollo sin invadir sus propias áreas de competencia. ALIANZAS Y COALICIONES En todas las familias existen nexos no patológicos entre sus integrantes para darse ayuda en la solución de problemas; estos nexos pueden denominarse también alianzas. Se caracterizan por ser flexibles, cambiar con relación al 43
  • 44. contexto y a las necesidades de sus integrantes, no tienen como propósito el enfrentamiento, aunque en algunos casos lo provoquen. Siempre se dan en contextos comunicativos diádicos. Se ha descrito el hecho de que en algunas familias no existen dos personas que pudieran reunirse, fuese para convenir o disentir sin que interviniera una tercera persona. Para este fenómeno se ha empleado la frase “danza infinita de las coaliciones cambiantes”. Definida en estos términos, una coalición sería una relación entre al menos tres personas que forman parte de un grupo familiar, entre las que se establecen interacciones caracterizadas por la alianza de dos de ellos contra un tercero. Dichas relaciones de apoyo y oposición no son necesariamente estables por largo tiempo, debido al juego de lucha por gratificaciones y poder individual de los participantes en la interacción. En el caso de las familias no es propiamente la lucha por el poder lo que origina la inestabilidad de las coaliciones, sino los múltiples compromisos y expectativas a los que están sujetos los miembros que las forman, de forma que incluso cuando dos miembros se benefician de la alianza formada contra un tercero, experimentan una vivencia de incomodidad al excluir a la tercer persona; esto hace que diluyan su coalición y pasen a formar parte de otras. Pero hay inconformidad con la teoría de las coaliciones por la “necesidad de ganar” al que se hace énfasis, como causa de la formación de nexos entre los miembros de las familias. Un objetivo de la intervención con familias es la identificación de estas coaliciones y su sustitución por alianzas entre los diferentes miembros de la misma que promueven el desarrollo de los individuos y de la familia como tal. El concepto de “relación subrayada” para referirse a la díada que debe ejercer un mayor poder en las relaciones de parentesco en las diferentes culturas. La forma común en que se sabotea esta relación subrayada o díada gobernante es la formación de coaliciones entre los demás miembros de la familia. La 44
  • 45. aparición de enfermedades y problemas en la familia se debe a que por la influencia de las coaliciones se ha roto la protección que habitualmente las normas culturales tienen para la díada gobernante. (Sociólogo Hsu, 1961) Es curioso que la visión de “díada gobernante” como “díada parental” que es típica de la sociedad occidental, ha provocado que a las coaliciones conflictivas se les denomine “intergeneracionales”; cuando en sí misma no causan problemas con otras culturas donde no ésta definida ni protegida la relación madre-padre como relación de autoridad para la familia. La afirmación de que ninguna estructura de autoridad puede incluir a dos generaciones contiguas, es patentemente falsa como se ve si se analizan los patrones culturales de interacción familiar en otros contextos no occidentales. Esto ofrece una perspectiva de análisis nuevo para el futuro en el tema de las coaliciones y conflicto. Si las familias están cambiando y cada vez se alejan más en diversas formas de las estructura y funcionamiento de la familia tradicional, tendrán que tenerse en cuenta otros patrones al evaluar si las coaliciones que en ella se forman de la estructura y funcionamiento de la familia tradicional, tendrán que tenerse en cuenta otros patrones al evaluar si las coaliciones que en ella se forman son potencialmente patológicas o no. Por ejemplo, véase el caso del aumento de familias monoparentales en las que se forman son coaliciones entre el padre o madre y algún hijo) por lo general el mayor) para lograr un mejor cumplimiento de las tareas familiares. En este tipo de familia los nexos intergeneracionales no son necesariamente amenazadores sino más bien favorecedores del crecimiento. Otro de los conceptos que nos facilitan la comprensión del funcionamiento de una familia es el ciclo vital de la Familia, ya que brinda una idea de los cambios y las tareas que debe enfrentar el grupo familiar a lo largo de su desarrollo. Antes de abordar el estudio del concepto del ciclo vital de las familias, es conveniente reconocer que el mismo se fundamenta en la idea de que esta 45
  • 46. evoluciona a través de una secuencia de etapas relativamente previsibles pese a las variaciones culturales. Toma como punto de partida para su análisis el modelo idealizado de la familia moderna, que es la familia nuclear y propone un esquema de etapas normativas a partir del análisis del desarrollo de la misma. Este predominio de un modelo “ideal” de familia es negado por la realidad de la familia actual, que se caracteriza por la diversidad de formas y estructuras; de esta manera se dejan fuera de análisis muchas estructuras diferentes a la de la familia nuclear: familia con padres separados o divorciados, familias reconstituidas, familias extensas, familias que adoptan niños en edades escolares o adolescentes, etc. Sin negar la considerable utilidad del concepto del ciclo vital para entender la evolución y desarrollo del sistema familiar, debemos también reconocer que se hace necesario ampliar los estudios para poder describir las particularidades del ciclo vital en otras formas de familia. Resulta innegable que las familias cambian de estructura y funciones a lo largo de su ciclo vital, y lo hacen en una secuencia orientada de etapas evolutivas. Para Jaes cuando dividimos el ciclo vital podemos aplicar tres criterios: 1. Los cambios en el tamaño de la familia, dividen la vida familiar en etapas de expansión, estabilidad y contracción (etapa estable: matrimonio sin hijos; de expansión: procreación: estable: crianza de los hijos: de contracción: emancipación de los hijos; estable: nido vacío); 2. Los cabios en la composición por edades basados en la edad cronológica del hijo mayor desde su infancia hasta su edad adulta 3. Los cambios en la posición laboral de la persona o personas que integran la familia. Aunque existen muchas clasificaciones de las etapas del ciclo vital, a continuación describe ilustra el desarrollo del grupo familiar: 46
  • 47. 1. Encuentro: se caracteriza por el investimento del otro de una carga efectiva y erótica importante. El otro se constituye como objeto de deseo y empiezan a producirse acuerdos consientes e inconsistentes entre los miembros de la pareja que les permite a ambos ir tomando distancia de la familia de origen. Se produce además la creación de una identidad propia de la pareja, que comienza incluso a formar parte de la identidad del individuo: “es el novio de” 2. Constitución de la familia: aquí la pareja toma la decisión de construir una familia propia. Ambos integrantes tienen que realizar los ajustes necesarios para diferenciarse y reestructurar sus relaciones con sus familias de origen y sus amigos, lograr una independencia económica y emocional, manejar un grado adecuado de intimidad/separación con su pareja, negociar roles y elaborar un proyecto de vida compartido. 3. Familias con hijos pequeños: en esta etapa se deben reajustar el sistema marital para permitir la entrada del hijo a la familia. Se tiene que negociar la manera en que va cumplir las demandas económicas y las originadas de las tareas de crianza; se reestructura las relaciones con la familia extensa para definir y delimitar los roles de ellos como padres y los de los abuelos. 4. Familias con hijos adolescentes: durante esta etapa vuelve a remplazarse la relación de pareja, ya que los hijos comienzan a incrementar las actividades que realizan fuera del hogar dejando un mayor tiempo a los padres como pareja los padres tienen que prepararse para realizar con los hijos relaciones muchos más simétricas y permitir una mayor autonomía en su toma de decisiones. También se inicia un replanteamiento de las relaciones de pareja con su familia de origen que comienzan a necesitar cuidados. 5. La etapa del nido vacío: los cambios necesarios en esta fase son la renegación de sistema marital el desarrollo de relaciones de adulto a adulto con los hijos mayores, la reestructuración de las relaciones para incluir a la familia política y nietos. Por último, la relación con la enfermedad y muerte de los propios padres. 47
  • 48. 6. Familias al final de la vida: están deben generar cambios para adaptarse a sus nuevos roles dentro de la familia y la sociedad; mantener máximo de autonomía posible y enfrentar de manera efectiva la pérdida del cónyuge, de los hermanos y de los amigos, así como prepararse para la propia muerte. Podemos afirmar por lo tanto que la funcionalidad de una familia no depende del hecho de que tenga crisis o no sino la efectividad de las estrategias que utilizan para enfrentar las mismas. Existen varios tipos de crisis que pueden enfrentar una familia, entre ellos menciona (Joes, 1991) 1. Crisis por suceso inesperado: en este tipo de crisis el estrés precipitante es real único, manifiesto e impredecible y surge de fuerzas ajenas al individuo y el sistema familiar. En esta categoría entran por ejemplo acontecimientos tales como la pérdida de un miembro o el desempleo repentino. Cuando las crisis no afectan el sistema de creencias básico de la familia se logra un ajuste satisfactorio por parte de la misma 2. Crisis de desarrollo: aunque teóricamente la familia tendrían que estar preparada para las mismas, en ocasiones no consigue afrontar los cambios. 3. Crisis estructurales: se produce debido a pautas de funcionamiento repetitivas que adopta que una familia que no permiten el desarrollo de sus miembros y favorecen la participación de conductas sintomáticas. Las investigaciones realizadas coinciden en señalar que en general en los países latinoamericanos coexisten tres tipos de familias con formas diferentes de ejercer la paternidad: las tradicionales, las en transición y las no convencionales. FAMILIAS TRADICIONALES 48
  • 49. Se caracterizan por poseer una estructura de autoridad donde se evidencia un claro predominio masculino. En ellas existe una estricta división sexual del trabajo; el padre es valorado de manera especial por su rol de proveedor y la madre por su papel en las labores del hogar y la crianza de los hijos. El proyecto de vida, la identidad y la autoestima del padre están directamente asociados a su capacidad productiva, mientras que en el caso de la madre los aspectos antes mencionados se asocian tanto al hogar como a los hijos. En algunas de estas familias se acepta la vinculación laboral de la mujer, no obstante, se conceptualiza como la “última alternativa” y un “mal necesario” para hacer frente a los gastos derivados de la crianza de los hijos. Ambos padres manifiestan sentimientos de culpa al respecto, el padre por sentir que no cumple efectivamente su papel y la madre por temor a desatender a los hijos. Estos padres atribuyen las particularidades de los hijos a factores innatos y se ven a sí mismos con poca capacidad de control e influencia. Muestran preferencia por técnicas de disciplina de tipo coercitivo y proyectan valores diferentes para niños y para niñas. En estas familias los padres tienden a ser autoritarios, a tener poca comunicación, así como expresiones afectivas abiertas hacia los hijos. Una de las grandes debilidades de estas familias es la rigidez de los roles de sus integrantes, la cual les dificulta la adaptación a circunstancia imprevistas que impliquen una variación en los mismos. FAMILIAS EN TRANSICIÓN En estas familias se han transformado considerablemente los roles y las estructuras de poder de los contratos matrimoniales tradicionales, aunque éstos no se han revertido por completo y aún conservan vigencia las viejas prácticas y sistemas de creencias de los integrantes de la pareja. 49
  • 50. Los padres de estas familias no perciben como su única tarea la de proveer, la cual aceptan compartir con agrado con la madre, hacen un esfuerzo consciente por diferenciarse del modelo de hombre alienado en el trabajo y con escasa satisfacción con su vida. Vivencian la necesidad de participar en los aspectos relacionados con las tareas domésticas y la crianza de los hijos; aunque es justo señalar que perciben su función, en estas dos últimas áreas, como de apoyo a la tarea de la madre, quien perciben, con la responsabilidad fundamental al respecto. También es de destacar que la participación de los padres en las labores domésticas, se concentra de manera especial en aquellas que significan a la relación directa con los hijos, pero muy poco en las correspondientes a las tareas cotidianas como cocinar o lavar. Los padres tienden a compartir autoridad con la madre y a procurar menos castigos físicos ante las faltas de sus hijos, si se compara con la tendencia anterior. Mantienen una mejor comunicación, especialmente con los varones, y presentan expresiones efectivas mucho más frecuentes con los hijos y la pareja. Estas familias ambos padres procuran ejercer una autoridad compartida y, ante la faltas de sus hijos/as, hablan, explican. Eventualmente, aplican el castigo físico, ya que prefieren usar las prohibiciones como forma de control disciplinario y de solucionar los conflictos con los hijos adolescentes. Buscan entablar una relación de confianza, comunicación y cercanía con los mismos, sin miedo a perder la autoridad; son expresivos en cuanto a los afectos y cariñosos, tienden a entablar diálogos acerca de temas como sexualidad. Si bien la vinculación de los hijos a la educación formal es planteada entre ambos padres, aún en las madres son más responsables al respecto, convirtiéndose en las que acompañan, controlan y apoyan las actividades escolares de los hijos. Las mujeres que pertenecen a las familias en transición ya no definen su identidad exclusivamente a partir de su maternidad; además no son amas de casa dedicadas completamente a los hijos y al esposo. Estas mujeres 50
  • 51. acceden al mercado laboral remunerado y contribuyen al sostenimiento económico de la familia; aunque es conveniente señalar, que muchas de ellas consideran su ingreso como secundario y atribuyen a los hombres la responsabilidad fundamental en el sostenimiento del hogar. FAMILIAS NO CONVENCIONALES Se alejan del esquema culturalmente establecido en cuanto a los roles masculino y femenino. Las mujeres son activas, se proponen altos ideales personales a realizar por medio del trabajo profesional y su aporte económico al mantenimiento del hogar es mayor o parecido al del esposo. Son las mujeres que dedican poco tiempo a las labores domésticas, y al cuidado de los hijos. Por lo general tienden a delegar los aspectos relativos a las labores domésticas y el cuidado de los hijos en otras personas. En muchos casos los padres de estas familias tienen menos éxito laboral que sus esposas y desempeñan importantes funciones relacionadas con el cuidado de los hijos. Estas parejas manifiestan un alto grado de conflicto asociado al hecho de invertir los roles culturalmente establecidos. Este hecho produce una disminución de la autoestima; en el caso de las mujeres esto se debe a que se pone en crisis su deseabilidad femenina, la cual se asocia al hecho de establecer una relación con un hombre al cual valoren; mientras que los hombres por su parte experimentan esta pérdida de autoestima por el hecho de que el éxito laboral es asociado a la estima y a la virilidad. Según la Tipología, las Familias se clasifican desde el punto de vista de su composición de la siguiente manera: FAMILIAS NUCLEARES: Este tipo de familia está compuesto por ambos padres y los hijos viviendo en un hogar; es la estructura familiar predominantes en casi todas las sociedades occidentales. La familia nuclear se considera el ideal social e incluso se ha tendido a considerar por la 51
  • 52. sociedad en general e incluso por diversos especialistas como inevitablemente patológica cualquier tipo de estructura familiar que sea diferente a ésta. Semejante idea no sólo parte del sentido común, sino que es justo reconocer que encuentra soporte en un abundante cuerpo de investigación. Así se ha planteado por distintos académicos que la mayor frecuencia de problemas académicos, emocionales y conductuales en los niños son causando por familias diferentes a la nuclear. El hecho de crecer en una familia nuclear se asocia con ventajas para los niños, entre otras: a) Mayores recursos económicos pues se cuenta con los ingresos íntegros de ambos padres. b) Una parentalidad más efectiva debido a que se pueden dividir los roles en el cuidado de los hijos, lo cual representa un aumento de la cantidad y la calidad del tiempo que se le dedica a los mismos. c) Apoyo mutuo ante las dificultades o los retos que implica a la crianza y de una mayor estabilidad emocional de ambos padres debido al apoyo mutuo y el afecto que se brindan. FAMILIAS MONOPARENTALES: En vista de lo complejo del fenómeno de la monoparentalidad, existen múltiples definiciones acerca de ella. Las distintas definiciones de familia tienen en común el considerar: a) La presencia de un solo progenitor en el hogar, ya sea que viva solo o con sus respectivos padres. b) La presencia de uno o varios hijos en el hogar. c) La dependencia económica de los hijos 52
  • 53. d) El considerar que los fenómenos anteriores se originan por diferentes causas. En cuanto al primer criterio se considera que en el mismo se debería incluir sólo a aquellos progenitores que viven solos, ya que nos da la impresión que el hecho de convivir con los abuelos le permite a la familia funcionar como familia extensa siendo cualitativamente diferentes la división de roles y las problemáticas enfrentadas por los integrantes de la misma. No se puede considerar que todas las familias monoparentales posean características similares. En nuestro contexto no encontramos con que existen diferentes tipos de familias monoparentales como consecuencia de las diferentes formas que las personas acceden a la monoparentalidad. Iglesias de Ussel Rodríguez establece una tipología de las familias monoparentales de acuerdo a las causas que le dan origen: a) Monoparentalidad vinculada a la natalidad, aquí tenemos los núcleos monoparentales derivados de las madres solteras. b) Monoparentalidad vinculada a la relación matrimonial, en la cual se engloban las rupturas ya sean voluntaria o involuntaria de la relación matrimonial. c) Monoparentalidad vinculada al ordenamiento jurídico, aquí se incluyen la maternidad y paternidad que se dan como resultado de los procesos de adopción. d) Monoparentalidad vinculada a situaciones sociales, ejemplos son los casos en donde existe la ausencia de uno de los cónyuges por motivos de trabajo, privación de la libertad y emigración. Entre los factores demográficos, sociales y económicos que contribuyen al aumento en la proporción de hogares encabezados por un solo progenitor, se encuentran los elevados niveles de crecimiento de emigración a las ciudades, de los divorcios y de los embarazos fuera del matrimonio. 53
  • 54. Con relación a los hogares monoparentales femeninos o masculinos se puede analizar que hay características comunes que los diferencian de los demás cuando se cumplen las funciones paternas o maternas. En primer lugar, se les impone tanto a los padres como a las madres en esta situación retos para los cuales no fueron socializados. Varios estudios muestran que las madres que enfrentan a la crianza de los hijos solas tienden a sufrir con mayor frecuencia de desventajas socioeconómicas, mayores problemas de ansiedad y depresión, presentan un mayor nivel de estrés y mayores problemas con los hijos. También perciben menor apoyo social, menores contactos con los amigos. Las madres monoparentales son más susceptibles a presentar estrés ante los problemas, un ejemplo, es que estas madres presentan un mayor estrés negativo ante la ausencia de apoyo social que las madres casadas que gozan del apoyo emocional y económico de su pareja. (Carney) Los niños por su parte sufren en su desarrollo psicosocial. Los hijos de madres solteras presentan a veces problemas en el lenguaje. También tienden a tener problemas de comportamiento escolar como repetir cursos y ser expulsados de las instituciones educativas; tienen problemas de conducta y una salud más débil que quienes viven con ambos padres biológicos. Sufren de problemas emocionales y de personalidad, mayores índices de consulta psicológica, aumento de ideas suicidas o intento de suicidio, mayores niveles de consumo de alcohol y de drogas, así como una autoestima más baja. (Burnside, 1986). Las consecuencias desfavorables que presentan los niños que crecen en familias monoparentales se asocian a la situación de desventaja económica que presentan muchos de los niños que crecen en estas familias y en segundo lugar a las dificultades que afronta el padre que se queda con los hijos, generalmente la madre, para ejercer un crianza efectiva por la multiplicidad de roles que tiene que cumplir de manera simultánea. 54
  • 55. FAMILIAS RECONSTITUTIVAS: Las familias reconstitutivas presentan una serie de características particulares: la relación paterno o materno-filial es anterior a la relación de pareja actual; algunos o todos sus integrantes tienen experiencia previa de familia y por tanto, tradiciones y expectativas acerca de la vida en común; los hijos e hijas de modo habitual integran dos familias diferentes con inevitables disparidades; y por último como está claramente definida cuál ha de ser la relación entre los niños y la nueva pareja del progenitor. Aunque tal tipo de familia siempre ha existido, es en la actualidad donde ha comenzado a estudiarse, quizá por su crecimiento en número, relacionado con aumento de divorcios, la mayor tolerancia y reconocimiento social a este tipo de relaciones y la importancia que le siguen otorgando la mayoría de las personas a la vida en pareja. Estas familias se caracterizan por el hecho de que al menos uno de los miembros de la pareja proviene de una unión anterior. 55
  • 56. 3. MARCO METODOLÓGICO 3.1. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN El proyecto de práctica profesional que se realiza tiene como método investigativo la I.A.P. (investigación Acción Participación), además tiene como apoyo para obtener el máximo de resultados favorables para comunidad otras herramientas como grupos de autoayuda, grupos focales y talleres psicoeducativos. Aunque la I.A.P. tiene su propio modelo de análisis de información se utilizo la técnica de análisis de contenido para la interpretación de los resultados tanto cualitativos como cuantitativos. ¿Cómo se identifico a las familias que harían parte del proyecto “Comenzando una nueva vida”?. Primero se realizo la identificación del estado del arte sobre el fenómeno del desplazamiento, esta información permito realizar una entrevista semiestructurada que consiste en definir “previamente las preguntas en forma de guión, permitiéndole al investigador profundizar en alguna idea que pueda ser relevante, realizando nuevas preguntas”21 , la entrevista realizada tiene como objetivo caracterizar y conocer la principal problemática a nivel psicológico que aqueja a las familias desplazadas participantes de este proyecto. Esta entrevista tiene dos categorías de análisis que son: 1) Características del desplazamiento y 2) Consecuencias del desplazamiento. El criterio que se tuvo en cuenta para seleccionar a los participantes es que estuvieran vinculados al programa de “Mejoramiento de unidades productivas en generación de ingresos CONVENIO 114” y además que residieran en el barrio Lomas de Comfacauca. 21 http://www.nureinvestigacion.es/FICHEROS_ADMINISTRADOR/F_METODOLOGICA/formet_332622008133517.pdf 56