El documento debate si las pizarras digitales deberían ser vistas como paredes o ventanas. Argumenta que si las pizarras son usadas como paredes, las clases seguirán siendo aburridas, pero si son vistas como ventanas, pueden iluminar el mundo actual y permitir compartir información. Concluye diciendo que las pizarras deben ser más que libros en la pared y que debemos pensar en ellas como ventanas para compartir.