La olla a presión cocina los alimentos más rápido que una olla normal debido a que genera una presión mayor que la atmosférica. Esto eleva la temperatura de ebullición del agua a 120°C en lugar de 100°C, acelerando el proceso de cocción. La válvula de seguridad mantiene la presión total en dos atmósferas, lo que reduce el tiempo de cocción y ahorra energía en comparación con una olla convencional.