El documento describe la evangelización como la tarea de la Iglesia de presentar la salvación a través de Jesucristo con la ayuda del Espíritu Santo y el testimonio de vidas transformadas. También habla de la necesidad de una "nueva evangelización" con un ardor apostólico renovado, métodos creativos para llegar a todos, y un lenguaje que se conecte con las realidades culturales actuales, involucrando a los laicos como protagonistas comprometidos.