La autora reflexiona sobre su experiencia trabajando en los departamentos infantiles de la iglesia durante 4 meses. Inicialmente, se sintió insegura debido a que no estaba acostumbrada a trabajar con niños, pero aprendió mucho y recibió apoyo de sus padres, maestra y Dios. Agradece a su maestra por la oportunidad de poner en práctica lo aprendido y considera que la experiencia le ayudó a crecer profesional y espiritualmente.