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REFLEXIÓN 5 DOMINGO ORDINARIO B 2024.pptx
1. Jesús contagia salud y vida.
La terapia que Jesús pone en marcha es su propia
persona:
su amor apasionado a la vida,
su fuerza para regenerar a la persona desde sus
raíces, su capacidad de contagiar su fe en la
bondad de Dios.
En la raíz de esta fuerza curadora e inspirando
toda su actuación está siempre su amor compasivo.
Para Jesús, curar es su forma de amar.
La curación que suscita la llegada del reino de Dios
es gratuita, y así la tendrán que regalar sus
discípulos.
Marcos 1, 29-39.
V Tiempo Ordinario B
04 febrero 2024
2. La actuación de Jesús no se limita al ámbito religioso, se
extiende también al espacio privado y profano. Abarca al
ser humano en todas sus dimensiones.
La casa es un lugar idóneo para recibir y vivir el mensaje
de Jesús.
3. Jesús se acerca, coge la mano de la enferma, gestos
propios de su estilo entrañable y humano. Acercarse y
tomar de la mano es una buena terapia.
Por el contacto y encuentro con Jesús las personas
descubren que pueden levantarse y caminar.
Nos ofrece su mano para curarnos y liberarnos de todas
nuestras fiebres: envidia, pereza, egoísmo, insolidaridad.
La respuesta de la nueva discípula al don recibido es el
servicio. El servicio alegre y desinteresado es lo que
caracteriza a los seguidores y seguidoras de Jesús.
4. Dios ama, sana y perdona a todos incondicionalmente;
con esta convicción se acerca Jesús a la gente.
¿Sabemos curar? ¿Nos distinguimos por nuestro buen
corazón? ¿Pasamos de largo sin ver o sin querer ver el
sufrimiento de las personas?
Necesitamos ser sanados, individual y socialmente.
¿Cómo podemos llegar a ser sanadores unos de otros?
5. Jesús “desdemoniza” al ser humano, libera a la persona
de culpas y temores, asegura que el ser humano no está
sujeto a ningún poder que sea superior al poder de la
ternura de Dios. Jesús humaniza, acoge, consuela,
devuelve la alegría, libera y sana.
Los “demonios” saben quién es. Lo importante no es
conocerle sino seguirle.
6. La oración es muy importante y muy frecuente en la
vida de Jesús.
Todas sus actividades tienen su raíz y fuente en su
experiencia de Dios como Padre amoroso, compasivo y
misericordioso para todos los seres humanos.
Necesita del retiro y oración para experimentar ese
amor de Dios y orientar la vida de acuerdo a su
proyecto.
¿Cómo es mi vida de oración? ¿Qué experiencia tengo
de encuentro con Dios?
7. Jesús no se queda “instalado”, satisfecho con el éxito
obtenido.
Sigue su camino, continúa su misión de predicar, curar,
liberar....
Nos invita a ir con Él. Que nuestras manos sean las
suyas para servir y ayudar, que nuestro corazón sea
compasivo como el suyo, que nuestra voz sea su palabra
que anuncia vida, alegría, esperanza, paz... a todos.
Porque para eso hemos venido.
8. La actividad y actitud de Jesús, sus palabras, la
relación que tiene con las personas, su cercanía con
Dios, no son algo pasado. Su preocupación por quienes
sufren y el anuncio de la Buena Noticia definen el
estilo de vida de quienes le siguen.
Nos corresponde actualizar hoy las curaciones y ser
terapeutas.
9. Dios, Padre/Madre,
haznos partícipes de la oración de Jesús.
Enséñanos a orar como Él mismo oró:
en espíritu y en verdad.
Danos espíritu de oración.
Sólo Tú puedes recoger nuestro corazón en ti.
Sólo Tú puedes concedernos que,
a través del diario quehacer, te hallemos a ti,
que eres lo único necesario.
Lo único en quien nuestro corazón puede descansar.
Venga tu Espíritu en nuestra ayuda,
y, como nosotros no sabemos qué debemos pedir,
interceda Él por nosotros con gemidos inefables.