Para ser considerado un comerciante, una persona debe ejercer actividades comerciales de manera habitual y tener la capacidad legal para realizar actos comerciales según la ley. Una relación jurídica mercantil se deriva de un acto de comercio y está regulada por el Código de Comercio, involucrando a sujetos que pueden ser comerciantes o no en la transacción. Dicha relación genera obligaciones mercantiles para el sujeto deudor con respecto al acreedor.