Los ritos funerarios han acompañado a las civilizaciones a lo largo de la historia. En América precolombina, los nativos no consideraban al cuerpo digno de preservar y tenían costumbres como comerse o quemar los cuerpos de los difuntos. Los colonizadores trajeron la tradición cristiana de enterrar los cuerpos. Hoy en día, los ritos funerarios varían dependiendo de factores como la clase social y económica, aunque algunas comunidades mantienen tradiciones ancestrales.