Dios se ha comunicado con la humanidad desde el principio de la creación, hablando cara a cara con Adán y Eva en el Edén. Tras la caída, Dios habló a través de profetas, sueños y revelaciones. Los profetas fueron canales clave de comunicación con Israel, preparando el camino para Cristo y transmitiendo mensajes de Dios al pueblo. Tanto hombres como mujeres fueron llamados por Dios para servir como profetas, entregando sus inspirados mensajes oralmente o por escrito.