Terapias agnósticas de tumor Lo último en oncología personalizada o de precisión son los tratamientos agnósticos del tumor que se utilizan para tratar cualquier tipo de cáncer, independientemente de en qué parte del cuerpo comenzó o en el tipo de tejido en el que se desarrolló. Este tipo de tratamiento se puede usar cuando el tumor tiene una alteración molecular muy específica a la que está dirigida el medicamento y sobre la que es probable que funcione (3). En 2018, la FDA autorizó la comercialización de larotrectinib, una molécula pequeña que se considera el primer fármaco aprobado con indicación tumor agnóstica. Es una terapia dirigida, cuya diana es el receptor de la tropomiosina quinasa (TRK), para tratar tumores sólidos que tienen una alteración genética conocida como “fusión del gen del receptor neurotrófico tirosina quinasa” (NTRK). Y que además, ha de cumplir como requisitos: el cáncer ha de ser diseminado (metastásico o inoperable), y que no existan otras opciones de tratamiento aceptables o cuando otros tratamientos no han detenido su crecimiento o la propagación del cáncer (3,4). Previamente fueron aprobados dos anticuerpos monoclonales que tenían otras indicaciones en otros tipos de cáncer. El pembrolizumab fue aprobado por la FDA en 2017 para tratar tumores sólidos metastásicos o inoperables en adultos y niños. Estos tumores también deben tener una alteración molecular llamada “inestabilidad de microsatélites alta” (MSI-H) o “deficiencia de reparación de desajuste de ADN” (dMMR). Los tumores que tienen MSI-H o dMMR tienen dificultades para reparar el daño en su ADN y, como resultado, a menudo desarrollan grandes cantidades de mutaciones en su ADN que producen proteínas anormales en las células tumorales que facilitan que las células inmunes encuentren y ataquen el tumor (3).