El documento resume el capítulo 7 de la carta de Pablo a los Romanos. Pablo explica que ningún creyente puede lograr la santificación y agradar a Dios mediante la Ley, ya que la Ley solo revela el pecado y no da capacidad para obedecer. Aunque los creyentes judíos amaban la Ley, debían entender que al morir con Cristo, también murieron a la autoridad de la Ley. Solo mediante la obra del Espíritu Santo en ellos pueden llevar una vida santa y agradar a Dios.
Este documento resume la relación entre la Ley y la Gracia según se presenta en Romanos. Explica que la Ley define el pecado pero que cuando el pecado abunda, sobreabunda la gracia. Compara cómo Adán trajo el pecado y la muerte mientras que Cristo trajo la gracia y la vida eterna. Finalmente, señala que el propósito de la Ley es llevarnos a Cristo para ser justificados por la fe.
La ley y las promesas de Dios no se contradicen, sino que cada una cumple un propósito en el plan divino. La ley nos muestra nuestro pecado y nos lleva a Cristo para la justificación por fe. Bajo la ley estamos sujetos a su condenación, pero bajo la gracia de Dios a través de Cristo ya no estamos bajo condenación sino transformados para obedecer la ley por el poder del Espíritu Santo.
En 3 oraciones:
Pablo argumenta que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la salvación es por fe y no por obras de la ley. Cita varios pasajes del Antiguo Testamento como Abraham y otros que muestran que la justificación es por fe. Jesús se hizo maldición para redimirnos de la maldición de la ley, cumpliendo así las promesas del Antiguo Testamento.
El documento describe las promesas divinas dadas a Noé, Abraham y su descendencia en el Antiguo Testamento. Explica que estas promesas eran compromisos firmes por parte de Dios de cumplir lo prometido, independientemente de las acciones humanas. También discute la relación entre la promesa, la ley y la justificación por la fe, concluyendo que la ley guía a Cristo, quien cumple la promesa divina de salvación.
La justificación por la fe se refiere a la seguridad de que el hombre será santificado por la gracia de Dios a través de la fe en Cristo y su obra en el santuario celestial. La fe es la convicción de que Cristo representa al hombre en el juicio y lo declara justo imputando su justicia. Esta fe debe crecer a través de la obediencia y el ejercicio para transformar el corazón.
La epistola de Pablo a los romanos capitulo 5. Desglosada versiculo por versiculo es una excelente presentacion de estudio biblico personal por Freddy Monterroza y editada por Agape instituto para la clase de romanos.
Este documento resume una lección bíblica sobre la relación entre la fe, la ley y la salvación según el libro de Romanos. Examina cómo Abraham y David alcanzaron la justicia por fe antes de la ley, y no por obras. También explica que la promesa de salvación dada a Abraham fue anterior a la ley y solo podía alcanzarse por fe, no por la observancia de la ley. Además, señala que la ley solo puede condenarnos por el pecado, pero no tiene capacidad para darnos salvación, por lo que Crist
El documento discute el camino correcto hacia la justificación. Explica que según Pablo, los pecadores necesitan justificación ya sea judíos o gentiles. La justificación viene a través de la fe en Cristo y no por las obras de la ley. La fe de Cristo se refiere a Su fidelidad a Dios demostrada a través de Su vida sin pecado y muerte. La fe implica aceptar el sacrificio de Cristo para el perdón y ser justificados por Su obediencia en lugar de la propia.
Este documento resume la relación entre la Ley y la Gracia según se presenta en Romanos. Explica que la Ley define el pecado pero que cuando el pecado abunda, sobreabunda la gracia. Compara cómo Adán trajo el pecado y la muerte mientras que Cristo trajo la gracia y la vida eterna. Finalmente, señala que el propósito de la Ley es llevarnos a Cristo para ser justificados por la fe.
La ley y las promesas de Dios no se contradicen, sino que cada una cumple un propósito en el plan divino. La ley nos muestra nuestro pecado y nos lleva a Cristo para la justificación por fe. Bajo la ley estamos sujetos a su condenación, pero bajo la gracia de Dios a través de Cristo ya no estamos bajo condenación sino transformados para obedecer la ley por el poder del Espíritu Santo.
En 3 oraciones:
Pablo argumenta que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la salvación es por fe y no por obras de la ley. Cita varios pasajes del Antiguo Testamento como Abraham y otros que muestran que la justificación es por fe. Jesús se hizo maldición para redimirnos de la maldición de la ley, cumpliendo así las promesas del Antiguo Testamento.
El documento describe las promesas divinas dadas a Noé, Abraham y su descendencia en el Antiguo Testamento. Explica que estas promesas eran compromisos firmes por parte de Dios de cumplir lo prometido, independientemente de las acciones humanas. También discute la relación entre la promesa, la ley y la justificación por la fe, concluyendo que la ley guía a Cristo, quien cumple la promesa divina de salvación.
La justificación por la fe se refiere a la seguridad de que el hombre será santificado por la gracia de Dios a través de la fe en Cristo y su obra en el santuario celestial. La fe es la convicción de que Cristo representa al hombre en el juicio y lo declara justo imputando su justicia. Esta fe debe crecer a través de la obediencia y el ejercicio para transformar el corazón.
La epistola de Pablo a los romanos capitulo 5. Desglosada versiculo por versiculo es una excelente presentacion de estudio biblico personal por Freddy Monterroza y editada por Agape instituto para la clase de romanos.
Este documento resume una lección bíblica sobre la relación entre la fe, la ley y la salvación según el libro de Romanos. Examina cómo Abraham y David alcanzaron la justicia por fe antes de la ley, y no por obras. También explica que la promesa de salvación dada a Abraham fue anterior a la ley y solo podía alcanzarse por fe, no por la observancia de la ley. Además, señala que la ley solo puede condenarnos por el pecado, pero no tiene capacidad para darnos salvación, por lo que Crist
El documento discute el camino correcto hacia la justificación. Explica que según Pablo, los pecadores necesitan justificación ya sea judíos o gentiles. La justificación viene a través de la fe en Cristo y no por las obras de la ley. La fe de Cristo se refiere a Su fidelidad a Dios demostrada a través de Su vida sin pecado y muerte. La fe implica aceptar el sacrificio de Cristo para el perdón y ser justificados por Su obediencia en lugar de la propia.
Este documento discute las diferencias entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto, y las disputas en la iglesia primitiva sobre si los gentiles debían seguir las leyes judías. Explica que el concilio de Jerusalén resolvió que los gentiles no necesitaban seguir las leyes judías, pero debían abstenerse de ciertas prácticas ofensivas para los judíos. A pesar de esto, algunos maestros continuaron enseñando que la observancia de la ley era necesaria para la salvación.
El documento resume que la Ley de Dios es inmutable porque refleja su carácter perfecto. Explica que la Ley Moral (los Diez Mandamientos) es diferente de la Ley Ceremonial, la cual apuntaba a Cristo y cesó con su muerte. Afirma que los textos que parecen indicar que la Ley fue "clavada en la cruz" se refieren a la Ley Ceremonial, no a la Ley Moral, que es eterna.
4 justificacion por la fe ppt ptr nic garzaPt. Nic Garza
Este documento presenta un resumen de la Lección 4 del curso bíblico "Justificación solo por la fe". En él, Pablo confronta a Pedro por sugerir que los gentiles debían someterse a la circuncisión para ser aceptados por Dios. Pablo explica que la justificación viene solo por la fe en Cristo y no por las obras de la ley. También discute conceptos como la fe, las obras de la ley y la obediencia de fe.
El documento compara y contrasta las actitudes del pacto antiguo y del nuevo pacto. Brevemente describe cómo el pacto antiguo con Israel en el Monte Sinaí representaba una relación basada en la obediencia a la ley, mientras que el nuevo pacto en Cristo es uno de gracia a través de la fe. También analiza varios pasajes del Antiguo Testamento como ilustraciones de cómo Dios estableció pactos de gracia con figuras como Abraham aun antes del pacto en el Sinaí.
La lección describe la correlación entre la promesa de Dios a Abraham y la ley de Dios. La promesa de Dios a Abraham implicaba un pacto unilateral basado en la fe, mientras que la ley fue dada posteriormente para mostrar la naturaleza del pecado y conducir a la gente a Cristo. Aunque la ley no puede salvar, sigue siendo importante para instruir y guiar a los creyentes.
Este documento discute la justificación por la fe según el libro de Gálatas. Explica que tanto judíos como gentiles son justificados solo por la fe en Jesucristo y no por las obras de la ley. Además, señala que la fe verdadera implica un cambio de vida y obediencia a Dios, no permite seguir pecando. Finalmente, resume que la justificación es un regalo de Dios por la redención en Cristo, pero la fe produce buenas obras como resultado.
Lección 6 | La prioridad de la promesa | Escuela Sabática Power Pointjespadill
El documento resume tres conceptos clave en Gálatas 3:15-20: promesa, pacto y ley. Explica que la promesa de Dios a Abraham de darle un heredero no fue invalidada por la ley dada 430 años después, y que la ley sirvió para mostrar las transgresiones hasta que Cristo cumpliera la promesa. También aclara que la salvación viene por la fe en la promesa de Dios, no por obedecer la ley.
La ley de Dios fue dada para guiar a Israel a reconocer su necesidad de la promesa de salvación de Dios a Abraham, la cual no puede ser alcanzada por las obras sino solo por la fe. Cristo cumplió lo que la ley no pudo al proveer justificación a los pecadores y capacitarlos para obedecer la ley por su Espíritu. La ley continúa guiándonos a Cristo y una vida de fe implica obediencia, mas no reemplaza la gracia de Dios.
En Romanos 12 y 13, Pablo habla sobre las relaciones del cristiano con Dios, la iglesia, los demás, las autoridades y la ley. Exhorta a los cristianos a presentar sus cuerpos como sacrificio vivo a Dios y no conformarse al mundo. También enseña que aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, y debemos usar nuestros dones para servir humildemente. Finalmente, Pablo insta a obedecer a las autoridades civiles establecidas por Dios, amar al prójimo como a uno mismo, y estar prepar
El documento presenta los fundamentos de la doctrina cristiana de la salvación según la perspectiva de la Teoterapia. Explica que el hombre se encuentra espiritualmente muerto debido al pecado y separado de Dios, pero que Dios ofrece la salvación como un tratamiento de amor a través de la obra redentora de Cristo. También describe que al aceptar esta salvación por fe, el creyente queda en perfecta aceptación ante Dios y puede vivir una vida agradable a Él y en libertad, no por esfuerzo propio sino en
El documento resume las enseñanzas de Jesús sobre la Ley de Dios. Jesús no vino a abolir la Ley, sino a profundizar su significado y cumplirla plenamente. Amplió su alcance para incluir los pensamientos y deseos del corazón. Explicó que la obediencia debe ir acompañada del amor, y que la entrega total a Dios es esencial. La Ley permanece para siempre como norma de justicia, y por medio de la gracia de Dios es posible cumplirla.
El documento resume las enseñanzas de Pablo en Gálatas sobre la adopción de los creyentes como hijos e hijas de Dios. Antes de Cristo, Israel era como un niño bajo tutela, viviendo como esclavo bajo las leyes ceremoniales. Pero cuando Cristo vino, redimió a los creyentes de la ley y ellos fueron adoptados como hijos adultos con todos los privilegios y derechos de herencia. Sin embargo, los galatas estaban retrocediendo y prefiriendo volver a vivir bajo las reglas en vez de gozar de
Lección 7 | El camino de la fe | Escuela Sabática Power Pointjespadill
Este documento explora la relación entre la ley y la fe según Gálatas 3. Explica que la ley fue dada para mostrar la necesidad de salvación, pero no puede dar vida espiritual. Antes de Cristo, los judíos estaban "bajo la ley", ya sea como una forma alternativa de salvación o bajo condenación por el pecado. La ley actuó como un tutor para guiar a la gente a Cristo, pero una vez que llega la fe, ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia.
La ley y la fe tienen roles diferentes pero complementarios en el plan de salvación de Dios. La ley revela la naturaleza del pecado y nos guía a Cristo, pero solo a través de la fe en Cristo es posible la justificación y vida eterna. Aunque la ley no puede dar vida, sirve para protegernos y dirigirnos a Cristo, en quien se cumple la promesa de Dios.
El documento habla sobre el vestido viejo del hombre pecador y el nuevo vestido de Cristo que recibimos en el bautismo. Explica que cuando nos bautizamos morimos a nosotros mismos y comenzamos a vivir una nueva vida en Cristo, reflejando su carácter a través de la obediencia, el amor y la esperanza de su venida. Finalmente, promete que cuando Cristo regrese seremos vestidos con cuerpos inmortales y recibiremos una morada celestial eterna.
Lección 4 | Justificación solo por la fe | Escuela Sabática Power Pointjespadill
Este documento discute la justificación por la fe. Explica que tanto judíos como gentiles son justificados solo por la fe en Jesucristo y no por las obras de la ley. Aunque la justificación es un regalo de Dios y no por méritos propios, la fe auténtica produce buenas obras y cambia la vida de la persona.
Presentación del estudio de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos capítulo 2, impartido en Iglesia Familia de Dios, por el pastor Juan David Santiago
Este documento presenta varias citas bíblicas y de Elena G. de White relacionadas con la ley de Dios y la salvación a través de Cristo. Se plantean siete declaraciones sobre estos temas y se pide que los lectores determinen si son verdaderas o falsas, fundamentando su respuesta. Al final, se incluye una cita de Elena G. de White que resume que la única forma de libertad para el hombre es unirse a Cristo, quien es la verdad, y que la sujeción a Dios significa la rehabilitación del hombre
Este documento presenta varios puntos sobre la relación entre la ley, el evangelio y la gracia. Indica que Cristo vino a cumplir la ley, no a abolirla. También señala que aunque la gracia nos salva, la obediencia a los mandamientos fortalece nuestra fe y testificación. Finalmente, destaca que tanto la ley como la gracia se extienden a toda la humanidad, sin importar origen o condición, ofreciendo perdón y vida eterna a través de Cristo.
El documento describe la responsabilidad de los cristianos de vivir de acuerdo con su nueva identidad en Cristo en lugar de seguir las costumbres mundanas. Explica que los creyentes deben despojarse de las obras del viejo hombre pecaminoso y vestirse con las obras del nuevo hombre creado por Dios, evitando mentiras, ira inapropiada, robo y palabras dañinas, y practicando en cambio el perdón y la bondad.
Pablo describe la condición previa de los creyentes gentiles como sin circuncisión, sin Cristo, alejados de Israel y sin esperanza. Sin embargo, en Cristo, los creyentes gentiles y judíos han sido hechos uno, con acceso igual a Dios mediante la fe. Ahora forman juntos el templo espiritual de Dios, con los apóstoles y profetas como cimiento y Cristo como piedra angular.
El documento describe los tres aspectos de la santificación del creyente según el Nuevo Testamento: 1) La santificación posicional ocurre en el momento de la conversión cuando el creyente es separado para Dios y justificado por la sangre de Cristo. 2) La santificación experimental y progresiva es el proceso por el cual el Espíritu Santo conforma al creyente a la imagen de Cristo a lo largo de su vida. 3) La santificación definitiva solo se logrará en el cielo cuando el creyente esté libre de pec
Este documento discute las diferencias entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto, y las disputas en la iglesia primitiva sobre si los gentiles debían seguir las leyes judías. Explica que el concilio de Jerusalén resolvió que los gentiles no necesitaban seguir las leyes judías, pero debían abstenerse de ciertas prácticas ofensivas para los judíos. A pesar de esto, algunos maestros continuaron enseñando que la observancia de la ley era necesaria para la salvación.
El documento resume que la Ley de Dios es inmutable porque refleja su carácter perfecto. Explica que la Ley Moral (los Diez Mandamientos) es diferente de la Ley Ceremonial, la cual apuntaba a Cristo y cesó con su muerte. Afirma que los textos que parecen indicar que la Ley fue "clavada en la cruz" se refieren a la Ley Ceremonial, no a la Ley Moral, que es eterna.
4 justificacion por la fe ppt ptr nic garzaPt. Nic Garza
Este documento presenta un resumen de la Lección 4 del curso bíblico "Justificación solo por la fe". En él, Pablo confronta a Pedro por sugerir que los gentiles debían someterse a la circuncisión para ser aceptados por Dios. Pablo explica que la justificación viene solo por la fe en Cristo y no por las obras de la ley. También discute conceptos como la fe, las obras de la ley y la obediencia de fe.
El documento compara y contrasta las actitudes del pacto antiguo y del nuevo pacto. Brevemente describe cómo el pacto antiguo con Israel en el Monte Sinaí representaba una relación basada en la obediencia a la ley, mientras que el nuevo pacto en Cristo es uno de gracia a través de la fe. También analiza varios pasajes del Antiguo Testamento como ilustraciones de cómo Dios estableció pactos de gracia con figuras como Abraham aun antes del pacto en el Sinaí.
La lección describe la correlación entre la promesa de Dios a Abraham y la ley de Dios. La promesa de Dios a Abraham implicaba un pacto unilateral basado en la fe, mientras que la ley fue dada posteriormente para mostrar la naturaleza del pecado y conducir a la gente a Cristo. Aunque la ley no puede salvar, sigue siendo importante para instruir y guiar a los creyentes.
Este documento discute la justificación por la fe según el libro de Gálatas. Explica que tanto judíos como gentiles son justificados solo por la fe en Jesucristo y no por las obras de la ley. Además, señala que la fe verdadera implica un cambio de vida y obediencia a Dios, no permite seguir pecando. Finalmente, resume que la justificación es un regalo de Dios por la redención en Cristo, pero la fe produce buenas obras como resultado.
Lección 6 | La prioridad de la promesa | Escuela Sabática Power Pointjespadill
El documento resume tres conceptos clave en Gálatas 3:15-20: promesa, pacto y ley. Explica que la promesa de Dios a Abraham de darle un heredero no fue invalidada por la ley dada 430 años después, y que la ley sirvió para mostrar las transgresiones hasta que Cristo cumpliera la promesa. También aclara que la salvación viene por la fe en la promesa de Dios, no por obedecer la ley.
La ley de Dios fue dada para guiar a Israel a reconocer su necesidad de la promesa de salvación de Dios a Abraham, la cual no puede ser alcanzada por las obras sino solo por la fe. Cristo cumplió lo que la ley no pudo al proveer justificación a los pecadores y capacitarlos para obedecer la ley por su Espíritu. La ley continúa guiándonos a Cristo y una vida de fe implica obediencia, mas no reemplaza la gracia de Dios.
En Romanos 12 y 13, Pablo habla sobre las relaciones del cristiano con Dios, la iglesia, los demás, las autoridades y la ley. Exhorta a los cristianos a presentar sus cuerpos como sacrificio vivo a Dios y no conformarse al mundo. También enseña que aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, y debemos usar nuestros dones para servir humildemente. Finalmente, Pablo insta a obedecer a las autoridades civiles establecidas por Dios, amar al prójimo como a uno mismo, y estar prepar
El documento presenta los fundamentos de la doctrina cristiana de la salvación según la perspectiva de la Teoterapia. Explica que el hombre se encuentra espiritualmente muerto debido al pecado y separado de Dios, pero que Dios ofrece la salvación como un tratamiento de amor a través de la obra redentora de Cristo. También describe que al aceptar esta salvación por fe, el creyente queda en perfecta aceptación ante Dios y puede vivir una vida agradable a Él y en libertad, no por esfuerzo propio sino en
El documento resume las enseñanzas de Jesús sobre la Ley de Dios. Jesús no vino a abolir la Ley, sino a profundizar su significado y cumplirla plenamente. Amplió su alcance para incluir los pensamientos y deseos del corazón. Explicó que la obediencia debe ir acompañada del amor, y que la entrega total a Dios es esencial. La Ley permanece para siempre como norma de justicia, y por medio de la gracia de Dios es posible cumplirla.
El documento resume las enseñanzas de Pablo en Gálatas sobre la adopción de los creyentes como hijos e hijas de Dios. Antes de Cristo, Israel era como un niño bajo tutela, viviendo como esclavo bajo las leyes ceremoniales. Pero cuando Cristo vino, redimió a los creyentes de la ley y ellos fueron adoptados como hijos adultos con todos los privilegios y derechos de herencia. Sin embargo, los galatas estaban retrocediendo y prefiriendo volver a vivir bajo las reglas en vez de gozar de
Lección 7 | El camino de la fe | Escuela Sabática Power Pointjespadill
Este documento explora la relación entre la ley y la fe según Gálatas 3. Explica que la ley fue dada para mostrar la necesidad de salvación, pero no puede dar vida espiritual. Antes de Cristo, los judíos estaban "bajo la ley", ya sea como una forma alternativa de salvación o bajo condenación por el pecado. La ley actuó como un tutor para guiar a la gente a Cristo, pero una vez que llega la fe, ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia.
La ley y la fe tienen roles diferentes pero complementarios en el plan de salvación de Dios. La ley revela la naturaleza del pecado y nos guía a Cristo, pero solo a través de la fe en Cristo es posible la justificación y vida eterna. Aunque la ley no puede dar vida, sirve para protegernos y dirigirnos a Cristo, en quien se cumple la promesa de Dios.
El documento habla sobre el vestido viejo del hombre pecador y el nuevo vestido de Cristo que recibimos en el bautismo. Explica que cuando nos bautizamos morimos a nosotros mismos y comenzamos a vivir una nueva vida en Cristo, reflejando su carácter a través de la obediencia, el amor y la esperanza de su venida. Finalmente, promete que cuando Cristo regrese seremos vestidos con cuerpos inmortales y recibiremos una morada celestial eterna.
Lección 4 | Justificación solo por la fe | Escuela Sabática Power Pointjespadill
Este documento discute la justificación por la fe. Explica que tanto judíos como gentiles son justificados solo por la fe en Jesucristo y no por las obras de la ley. Aunque la justificación es un regalo de Dios y no por méritos propios, la fe auténtica produce buenas obras y cambia la vida de la persona.
Presentación del estudio de la carta del Apóstol Pablo a los Romanos capítulo 2, impartido en Iglesia Familia de Dios, por el pastor Juan David Santiago
Este documento presenta varias citas bíblicas y de Elena G. de White relacionadas con la ley de Dios y la salvación a través de Cristo. Se plantean siete declaraciones sobre estos temas y se pide que los lectores determinen si son verdaderas o falsas, fundamentando su respuesta. Al final, se incluye una cita de Elena G. de White que resume que la única forma de libertad para el hombre es unirse a Cristo, quien es la verdad, y que la sujeción a Dios significa la rehabilitación del hombre
Este documento presenta varios puntos sobre la relación entre la ley, el evangelio y la gracia. Indica que Cristo vino a cumplir la ley, no a abolirla. También señala que aunque la gracia nos salva, la obediencia a los mandamientos fortalece nuestra fe y testificación. Finalmente, destaca que tanto la ley como la gracia se extienden a toda la humanidad, sin importar origen o condición, ofreciendo perdón y vida eterna a través de Cristo.
El documento describe la responsabilidad de los cristianos de vivir de acuerdo con su nueva identidad en Cristo en lugar de seguir las costumbres mundanas. Explica que los creyentes deben despojarse de las obras del viejo hombre pecaminoso y vestirse con las obras del nuevo hombre creado por Dios, evitando mentiras, ira inapropiada, robo y palabras dañinas, y practicando en cambio el perdón y la bondad.
Pablo describe la condición previa de los creyentes gentiles como sin circuncisión, sin Cristo, alejados de Israel y sin esperanza. Sin embargo, en Cristo, los creyentes gentiles y judíos han sido hechos uno, con acceso igual a Dios mediante la fe. Ahora forman juntos el templo espiritual de Dios, con los apóstoles y profetas como cimiento y Cristo como piedra angular.
El documento describe los tres aspectos de la santificación del creyente según el Nuevo Testamento: 1) La santificación posicional ocurre en el momento de la conversión cuando el creyente es separado para Dios y justificado por la sangre de Cristo. 2) La santificación experimental y progresiva es el proceso por el cual el Espíritu Santo conforma al creyente a la imagen de Cristo a lo largo de su vida. 3) La santificación definitiva solo se logrará en el cielo cuando el creyente esté libre de pec
Este documento presenta una lección bíblica sobre la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo. Resume los pasajes clave de los evangelios y Hechos que describen estos eventos y su importancia. También explica el papel del Espíritu Santo en la vida de Jesús y en capacitar a los primeros discípulos para ser testigos de Cristo luego de su ascensión al cielo. El documento provee instrucciones y recursos para que el maestro pueda prepararse y enseñar efectivamente esta lección.
El documento resume una lección bíblica sobre Efesios 1:15-23. Pablo da gracias por la fe y el amor de los creyentes en Éfeso y ora para que tengan entendimiento espiritual, conozcan la esperanza a la que Dios les llamó, comprendan su herencia como hijos de Dios y la grandeza del poder de Dios obrando en ellos. Finalmente, describe la posición exaltada de Jesucristo como cabeza de la iglesia.
Jesús y sus discípulos se reunieron para celebrar la última cena de Pascua, durante la cual Jesús instituyó la Santa Cena y predijo su muerte inminente. Jesús consoló a los discípulos confundidos prometiéndoles enviar al Espíritu Santo como su ayudador después de su partida. Jesús explicó que el Espíritu Santo enseñaría y recordaría a los creyentes acerca de Él, convencería al mundo del pecado y el juicio, y les daría entendimiento sobre lo que Jesús les había ense
Pablo oró para que los creyentes efesios tuvieran un mayor entendimiento espiritual y conocimiento de Dios, de Su voluntad y planes para ellos, y de la esperanza a la que Dios los llamó, así como de las riquezas de la herencia que Dios les dio y del gran poder de Dios que obra en todos los creyentes.
El documento presenta una lección para maestros sobre el Espíritu Santo. Explica que Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para que morara en los creyentes y los ayudara, enseñándoles y recordándoles las palabras de Jesús. También dice que el Espíritu Santo convence al mundo del pecado y la justicia de Jesucristo, y que dio los mensajes que componen el Nuevo Testamento. El objetivo es mostrar que el Espíritu Santo vive en los creyentes y explicar su ministerio.
El documento resume las diferentes etapas de la vida del creyente: su pasado antes de convertirse cuando estaba muerto espiritualmente y bajo el control de Satanás y la ira de Dios; su presente después de convertirse cuando Dios le dio vida espiritual; y su futuro eterno con Dios en el cielo. Explica que la salvación del creyente es solo posible por la obra de Dios y no por méritos propios.
El documento describe la condición previa de los creyentes gentiles sin Cristo, que carecían de circuncisión, esperanza y ciudadanía israelí. Explica que ahora judíos y gentiles han sido unidos en Cristo. También resume la oración de Pablo para que los creyentes de Éfeso sean fortalecidos por el Espíritu, arraigados en el amor, y llenos de la plenitud de Dios.
Este documento resume una lección bíblica sobre Efesios 4:17-32. Explica que los cristianos deben vivir de acuerdo con su nueva identidad en Cristo en lugar de seguir las costumbres mundanas. Señala que los creyentes deben despojarse de las obras del viejo hombre y vestirse con las del nuevo, creado por Dios para ser santo. También enumera algunas de las obras del viejo hombre que deben desecharse, como mentir, enojarse pecaminosamente y usar palabras malas, y las ob
Pablo resume las bendiciones espirituales que Dios ha dado a los creyentes en Cristo Jesús:
1) Han sido escogidos por Dios antes de la creación del mundo para ser santos y estar libres de pecado.
2) Han sido predestinados para ser adoptados como hijos de Dios.
3) Han sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Este documento presenta un resumen de la lección 7 del libro de Efesios. La lección se enfoca en la responsabilidad de los cristianos de vivir de acuerdo con su nueva naturaleza en Cristo. Explica que los hijos de Dios deben andar en amor, luz, sabiduría y el Espíritu. También deben evitar las malas compañías y denunciar el pecado mediante sus buenas obras y la predicación de la Palabra. El objetivo final es que los no creyentes reconozcan su pecado
Pablo resume las bendiciones espirituales que Dios ha dado a los creyentes en Cristo Jesús. Estos incluyen ser escogidos y santificados por Dios antes de la creación, ser adoptados como hijos de Dios, ser aceptados en el Amado, recibir el perdón de los pecados, y ser sellados con el Espíritu Santo como garantía de la herencia prometida en el cielo.
El documento resume la lección 3 del libro de Efesios. Explica el pasado, presente y futuro del creyente desde la perspectiva de Pablo. Describe que en el pasado, los creyentes estaban muertos espiritualmente debido a sus transgresiones, vivían bajo el control de Satanás y la ira de Dios. En el presente, Dios les dio vida espiritual y los sentó en lugares celestiales con Cristo. En el futuro, Dios les demostrará su amor eternamente en el cielo. La salvación es solo por la gracia de
Este documento resume la vida y ministerio de Jesús. Explica cómo Juan el Bautista preparó el camino para Jesús, y cómo Jesús nació de María por obra del Espíritu Santo. Jesús fue bautizado por Juan y luego resistió las tentaciones de Satanás. Jesús sanó enfermos y expulsó demonios usando el poder del Espíritu. Escogió doce discípulos y explicó su misión de traer buenas nuevas a los pobres, pero los líderes judíos lo rechazaron.
En 3 oraciones o menos:
El documento presenta una lección bíblica sobre el ministerio de Jesucristo en el poder del Espíritu Santo. Explica cómo Jesús cumplió las profecías al nacer de María por obra del Espíritu Santo, ser bautizado por Juan y resistir las tentaciones de Satanás también en el poder del Espíritu. El objetivo es mostrar que Jesús es el libertador prometido.
Jesús murió en la cruz, fue sepultado y resucitó al tercer día. Luego se apareció a sus discípulos y les enseñó sobre el reino de Dios. Antes de ascender al cielo, les dijo que esperaran el Espíritu Santo. El Espíritu Santo capacitó a los discípulos para que fueran testigos de Jesús por todo el mundo.
El documento resume los mandamientos de Dios para los creyentes en Romanos 12 sobre cómo tratar a otros creyentes y a aquellos que les hacen daño. Estos incluyen amar genuinamente a todos, odiar el mal y aferrarse al bien, amar y respetar a los hermanos cristianos, trabajar diligentemente para Dios, aceptar la tribulación con paciencia y oración, ayudar a los hermanos con gusto, tratar con amabilidad a los perseguidores, compartir los sentimientos de los demás, am
Este capítulo describe la lucha interna entre el deseo de hacer el bien y la influencia del pecado. Pablo explica que aunque la ley es buena, es incapaz de dar poder sobre el pecado. El pecado usa los mandamientos de la ley para provocar transgresiones. Pablo muestra su propia experiencia de sentirse atrapado entre dos fuerzas: su mente desea agradar a Dios pero su carne es débil y está dominada por el pecado. Grita desesperadamente por alguien que lo libere de este cuerpo de muerte. Finalmente da
Este documento discute la relación entre la ley de Dios y la muerte de Cristo. Explica que Cristo murió para cumplir los requerimientos de la ley y proporcionar justicia a los pecadores arrepentidos. Además, su muerte validó la ley como eterna y santa, en lugar de abolirla. También analiza varios pasajes de la Biblia donde Pablo discute cómo la ley revela el pecado pero no puede perdonarlo, y cómo mediante Cristo los creyentes están libres de la condenación de la ley pero no
Pablo muestra que tanto judíos como gentiles están bajo pecado y necesitan de la justicia de Dios que se manifiesta mediante la fe en Jesucristo. Ningún ser humano puede justificarse por las obras de la ley, sino solo a través de la fe en la redención de Cristo. Esta justicia fue dada gratuitamente por la gracia de Dios para todos los que creen, sin distinción de judíos o gentiles.
El documento resume la lección 7 del libro Romanos. Se explica que los creyentes han muerto a la Ley y ahora están casados con Cristo, liberados de la condenación de la Ley. Aunque tienen vida nueva, no pueden obedecer la Ley por sus propios esfuerzos debido a la lucha entre la nueva y vieja naturaleza. Solo pueden vivir en obediencia al Señor a través del poder del Espíritu Santo.
Este documento discute el rol de la Ley y su relación con la gracia salvadora de Dios. Explica que aunque la Ley nos revela la necesidad de un Salvador, al guardar el sábado conmemoramos la obra de Dios como Creador y Redentor. Finalmente, reflexiona que la salvación implica restauración y recreación que comienza ahora y culmina con la nueva creación.
La muerte de Jesús no anuló la Ley de Dios, sino que pagó la penalidad del pecado, permitiendo una nueva relación con Dios y su Ley. A través de su sacrificio, Cristo rescató a la humanidad de la maldición del pecado y de la muerte, de modo que ahora podemos vivir en armonía con la voluntad de Dios a través de la fe.
Pablo escribe a los romanos para impedir que acepten la doctrina de que la salvación viene a través de obedecer estrictamente la ley. Explica que el "viejo hombre" intenta salvarse a través de la ley, mientras que el "nuevo hombre" acepta que Cristo es el medio de salvación. Aunque la ley es santa, justa y buena, los seres humanos no pueden obedecerla perfectamente debido a la lucha entre la "ley en la mente" y la "ley en los miembros". Solo a través
El documento discute la relación entre la ley y la gracia según lo enseñado en Gálatas 3. Explica que aunque la ley y las promesas de Dios no se contradicen, la ley no puede dar vida espiritual. La gracia de Dios nos es dada a través de la fe en Cristo. La ley funcionó como nuestro ayo para guiarnos a Cristo, pero una vez que llegamos a él a través de la fe, ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia.
Este documento explora la relación entre la ley y la gracia en la salvación. Explica que la ley revela la necesidad de un salvador debido a que es imposible cumplirla para obtener la salvación. También señala que al guardar el sábado conmemoramos la obra de Dios como creador y redentor. Finalmente, invita al lector a estudiar más sobre este tema a través de otras lecciones disponibles.
El documento describe la visión de Dios sobre el matrimonio según la Biblia. Dios ve el matrimonio como una noble creación suya que merece respeto. La Biblia dice que el matrimonio debe ser honorable y la intimidad conyugal pura. Sin embargo, la fornicación y el adulterio deshonran el matrimonio y serán juzgados por Dios. Estos actos destructivos provienen de la naturaleza pecaminosa del ser humano, aunque corresponde a Dios, no a los cristianos, juzgar a qu
Este documento resume el capítulo 3 de Romanos sobre la justicia de Dios y la incapacidad del hombre para lograr la justicia por sus propias obras. Explica que la ley muestra que todos son pecadores y necesitan la justicia que Dios ofrece gratuitamente a través de la fe en Jesucristo. Jesús cumplió el juicio por el pecado al morir en la cruz, por lo que Dios es justo al justificar a los que creen en Él. La jactancia queda excluida ya que la salvación es solo por gracia mediante la fe
El documento resume la posición cristiana de que la moralidad viene de la revelación divina de Dios. Argumenta que Dios, como creador soberano, estableció las leyes morales que debemos seguir y determinó lo que es bueno y malo. Señala varios ejemplos bíblicos como Adán y Eva en el Jardín del Edén, los Diez Mandamientos y las enseñanzas de Jesús para mostrar que la voluntad de Dios es la base absoluta de la conducta ética. También aborda la función de la ley mosaica y
El documento discute la ética divina revelada por Dios. Argumenta que Dios es la fuente objetiva de lo que es bueno y malo, no valores subjetivos. Dios estableció leyes morales para la humanidad en la Biblia que debemos seguir como hijos de Dios. Jesucristo fortaleció la ley moral de Dios y no la abolió. La ley revela el pecado y la santidad de Dios, aunque no salva; sólo Cristo salva.
Historias bíblicas a la luz de la ley y el evangelio, C.F.WaltherJessica Heinemann
Este documento resume tres pasajes bíblicos que tratan sobre la ley y el evangelio:
1) 2 Samuel 12: Natán y David - Habla sobre la contrición de David tras pecar e introducir el evangelio.
2) Salmo 51: El arrepentimiento diario - Explica el arrepentimiento que sigue a la fe.
3) Jeremías 31: El nuevo pacto - Describe la diferencia entre el antiguo y el nuevo pacto establecido por Dios.
1) El Espíritu Santo capacita al creyente para vivir una vida santa morando en él y dándole libertad, fuerza, victoria sobre el pecado y guía.
2) El Espíritu Santo se recibe por fe, no por obras, cuando uno cree en Cristo.
3) El Espíritu enseña y recuerda las palabras de Cristo y hace que los hijos de Dios se dirijan a Dios como Padre.
El documento resume el capítulo 7 de Romanos, en el que Pablo describe la lucha interna entre el "viejo hombre" y el "nuevo hombre". 1) Pablo contrasta la salvación a través de la obediencia a la ley frente a la salvación a través de la gracia de Cristo. 2) Describe su propia experiencia al darse cuenta que no podía cumplir plenamente la ley. 3) Explica que aunque la ley es buena, el pecado que habita en el hombre lo hace incapaz de obedecerla por sí solo y necesita la liberación que
Pablo escribe a los Romanos para impedir que acepten la salvación a través de la estricta observancia de la ley. Explica que el "viejo hombre" que intenta salvarse a través de la ley muere en la crucifixión con Cristo, liberándonos del pecado y la ley. Sin embargo, existe una lucha interna entre seguir los deseos carnales y la ley espiritual en la mente, de la cual sólo Cristo puede liberarnos mediante la fe.
El documento discute cómo Dios ha acortado los tiempos de vida humana desde la antigüedad. Originalmente, la vida humana era mucho más larga, pero después del diluvio, la vida máxima se redujo a 120 años. Esto se debió a la creciente maldad de la humanidad. Jesús también dijo que los días de tribulación serán acortados para salvar a los elegidos. El documento concluye que Dios radicalmente cambió la naturaleza humana al nacer de nuevo en Cristo, por lo que ya no estamos comprometidos con el pecado
El documento describe cómo varias figuras y eventos en el Antiguo Testamento prefiguraron a Jesucristo, incluyendo la escalera de Jacob, José y Moisés. La vida de José y Moisés tuvieron similitudes con la vida de Jesús, como ser rechazados por su propio pueblo pero luego elevados. El documento también explica que el "YO SOY" que se reveló a Moisés es el mismo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El documento resume la historia bíblica de Abraham y cómo Dios le prometió que tendría un hijo a pesar de su edad avanzada. Aunque Abraham tuvo un hijo con su esclava Agar, este no era el hijo prometido. Más tarde, cuando Abraham tenía 100 años y Sara 90, nació Isaac milagrosamente. Aunque Abraham amaba mucho a Isaac como el hijo de la promesa, Dios lo puso a prueba pidiéndole que sacrificara a Isaac, lo cual Abraham estuvo dispuesto a hacer confiando en la promesa de
Todos los que estaban fuera del arca perecieron. Pero todos los que han puesto su fe en Jesucristo no perecerán nunca. Dios abrió un camino para que Noé pudiera ser salvo por gracia, por medio de la fe. De la misma manera, Dios abrió un camino para que nosotros fuéramos salvos por gracia, por medio de la fe en Jesucristo.
El documento describe cómo Adán y Eva desobedecieron a Dios al comer del fruto prohibido, separándolos de Dios. También describe cómo Jesucristo vino a restaurar la relación entre Dios y el hombre muriendo por los pecados de la humanidad. Ahora, aquellos que ponen su fe en Cristo son aceptados por Dios.
En 3 oraciones:
El documento resume la creación del mundo por parte de Dios en 6 días según se describe en el libro del Génesis. Explica que Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo participaron activamente en la creación de todo lo existente. Finalmente, destaca que Dios creó todo de manera buena y perfecta para el disfrute del hombre.
Este documento discute los privilegios que los creyentes en Cristo tienen a través de la Biblia. Explica que la Biblia enseña sobre lo que Jesús hizo para salvarnos del pecado y darnos vida eterna. También dice que los creyentes tienen la responsabilidad de compartir el evangelio con otros y enseñarles las verdades fundamentales sobre Jesús. Finalmente, concluye que la Biblia es el mensaje personal de Dios y la fuente de comunicación diaria con Él.
Este documento describe varios privilegios que los creyentes en Cristo Jesús tienen como resultado de su fe. Entre ellos se encuentran la vida eterna, el perdón total de los pecados, ser miembros de la familia de Dios, y vivir bajo el poder de Cristo. También se pueden alabar a Dios a través del canto y la oración, dar testimonio de lo que Dios está haciendo en sus vidas, y compartir el evangelio con los no creyentes. Todo esto es posible solo a través de la obra terminada de Jesucristo.
Este documento presenta los desafíos para la iglesia en el año 2018, incluyendo fortalecer el trabajo misionero, consolidar grupos pequeños, y expandir los ministerios de servicio como el albergue de menores y el hospitalario. Explica que para enfrentar estos desafíos se necesita la ayuda de Dios, estar comprometidos con la oración y acción, y ejercer los dones que Dios ha dado a cada miembro de la iglesia.
El documento resume el mensaje central del relato bíblico del Camino a Emaús. Explica que Jesús es el buen pastor que dio su vida por sus ovejas, cargó con nuestros pecados para darnos su justicia, resucitó para vencernos a la muerte, y es el único camino para la redención y salvación. A través de su muerte y resurrección, ofrece vida eterna como un regalo gratuito recibido por fe.
El documento resume las similitudes entre los elementos del tabernáculo y Jesús, incluyendo que Jesús es el único camino a Dios (la única entrada), el sacrificio definitivo (el altar), la luz verdadera (el candelero), el pan de vida (los panes), y el velo rasgado que permite el acceso a Dios. También compara a Jesús con la serpiente de bronce, diciendo que al mirar a Jesús en la cruz, como los israelitas miraron la serpiente, se obtiene la vida eterna.
El documento discute el mensaje central del sacrificio de Isaac por Abraham y cómo esto prefiguró el sacrificio de Jesús en la cruz. Explica que así como Isaac no podía salvarse a sí mismo del sacrificio, ninguno de nosotros puede salvarse del pecado por nuestros propios medios, y necesitamos a Jesús como nuestro sustituto. También analiza cómo la Pascua de Israel prefiguró a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado.
El documento resume cómo los eventos desde Adán y Eva hasta Noé ilustran por qué Jesús tuvo que morir. Desobedecieron a Dios y dependieron de sus propias ideas en lugar de su palabra, separándolos de Él. Solo la muerte de Jesús como sustituto pudo reconciliar al hombre con Dios y proveer el único camino al cielo.
1) Jesús se apareció a sus discípulos después de su resurrección para demostrarles que estaba vivo.
2) Antes de ascender al cielo, Jesús les dio a los discípulos el mandato de predicar el evangelio a todas las naciones.
3) Jesús ascendió al cielo mientras los discípulos le observaban, y les fue prometido que volvería de la misma manera.
1) Jesús fue crucificado y murió para pagar el castigo por los pecados de la humanidad. 2) Al morir, Jesús estuvo separado de Dios para asumir el castigo por nuestros pecados. 3) La muerte de Jesús cumplió las profecías bíblicas de que el Mesías sufriría y moriría por los pecados de otros.
El documento resume la lección bíblica sobre la traición y arresto de Jesús. En resumen:
1) Jesús oró en el huerto de Getsemaní sabiendo que sería traicionado pronto.
2) Judas traicionó a Jesús y lo entregó a sus enemigos para ser arrestado.
3) Jesús permaneció en silencio frente a las falsas acusaciones durante su juicio ante los líderes religiosos y Pilato.
Este documento resume la última cena de Jesús con sus discípulos antes de su crucifixión. Jesús envió a dos discípulos a preparar la Pascua en un cuarto alto en la ciudad, como había predicho. En la cena, Jesús anunció que uno de los doce lo traicionaría, refiriéndose a Judas. Judas planeaba entregar a Jesús a los líderes judíos a cambio de dinero, cumpliendo así las profecías de la Biblia.
El documento describe cómo Jesús envió a sus discípulos a buscar un pollino para que él montara, cumpliendo así una profecía. La multitud recibió a Jesús con vítores, creyendo que él era el rey prometido, aunque la mayoría no confiaba en él como su salvador. El documento también habla de cómo Jesús sanó a Bartimeo, el ciego, mostrando que él se preocupa por todos, no solo por los ricos.
Este documento resume una lección bíblica sobre la insensatez de confiar en las riquezas. Jesús contó una parábola sobre un hombre rico que planeaba disfrutar de sus bienes pero murió esa noche, y una historia verdadera sobre un hombre rico y un mendigo llamado Lázaro que murieron y fueron a lugares diferentes después de la muerte, con Lázaro al cielo y el rico al infierno. La lección es que las riquezas de este mundo no nos benefician después de morir y que debemos confiar en D
Jesús enseña que debemos ser humildes y admitir nuestra culpa. Jesús amaba a los niños y quería que confiaran en él como los niños confían en sus padres. También enseñó a un joven rico que solo Dios es bueno y que es imposible agradar a Dios mediante nuestras propias obras, ya que todos hemos quebrantado sus mandamientos. El joven se fue triste porque amaba más sus posesiones que a Dios.
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El piadoso Lucas era antioqueño por nacimiento y por oficio médico y en la sabiduría helénica fue un grande erudito, así como en la ordenanza judía iba sobrado. Luego cuando había resucitado Cristo de entre los muertos, él junto con Cleofás iba de camino a Emaús y se encontraron con Jesús. Mas tarde Lucas se convirtió en compañero de viaje y seguidor del maravilloso apóstol Pablo, y solo quince años después de la ascensión de Cristo, san Lucas escribió Su evangelio con todo detalle.
1. C. 7 / EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN 121
B. EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN, c. 7
Una cosa es saber que por medio de nuestra identificación con Cristo “hemos muerto al pecado” —
la naturaleza pecaminosa (6:2), y de verdad considerarnos “muertos para el pecado, pero vivos para Dios
en Cristo Jesús” (6:11), pero es otra cosa saber cómo tener la victoria sobre nuestra naturaleza
pecaminosa que todavía poseemos y cómo combatir sus intentos por controlar nuestros pensamientos y
acciones.
Pablo sabía que los judíos, miembros de la iglesia en Roma, tendrían una respuesta a esta lucha: la
Ley. ¿Qué mejor manera habría para lograr una vida santificada, eso es, una vida libre de pecado, que no
responda a los dictados de la naturaleza pecaminosa? Sabiendo que ellos pensarían así, Pablo escribió el
capítulo siete para darles una correcta comprensión del papel de la Ley en la santificación del creyente.
1. Todos los creyentes han muerto juntamente con Cristo a la Ley, y ahora están “casados” con
Él, vv. 1-6
Los creyentes judíos de Roma amaban la Ley, y ahora que habían creído en el Señor Jesús
probablemente pensaban que tendrían que guardar la Ley para tener vidas santificadas, vivir “separados”
de todo pecado, y así agradar a Dios. Sin embargo, Pablo sabía que si estos creyentes judíos continuaban
tratando de santificarse y agradar a Dios por medio de la obediencia a la Ley, seguramente iban a fracasar.
La Ley demanda una obediencia perfecta, pero no ayuda a la persona en manera alguna a hacer la
voluntad de Dios. Por lo tanto, Pablo escribió esta parte de su carta para que todo creyente sepa que no
debe depender de la Ley para santificarse y agradar así a Dios. Pablo
nos explica en esta carta que, por medio de nuestra identificación con
Cristo en Su muerte como nuestro Representante, todos los que hemos
creído morimos juntamente con Él a la Ley, y ahora estamos bajo la
autoridad del Señor Jesús.
vv. 1-3 Pablo se dirige a los creyentes judíos porque ellos comprendían la
Ley, y sabían que ella rige sobre la persona durante toda su vida. Por medio del
ejemplo del matrimonio Pablo ilustró la relación que el judío tenía con la Ley.
Mientras que su esposo vive, la mujer casada está bajo su autoridad y no tiene
libertad para casarse con otro. Pero, si el esposo muere, ella puede casarse con otro
hombre sin pecar. De igual manera era únicamente por la muerte que los judíos
podían escapar de las demandas de la Ley.
¿Por qué es tan importante que los creyentes sean librados de la autoridad de
la Ley? Porque la Ley demanda una obediencia perfecta, pero ninguno tiene la
fuerza para hacer lo que la Ley demanda y, además, la Ley nunca ha ayudado a
alguna persona a obedecerla.
Por ejemplo, hubo un hombre que insistía en que su esposa fuera perfecta en todo lo que hacía. Sus
comidas siempre tenían que estar listas a la hora precisa, y tenían que estar preparadas y sazonadas
perfectamente. La casa tenía que estar aseada e impecablemente ordenada a toda hora. Su ropa tenía que
estar limpia, planchada y lista para cuando él la necesitara. Ella tenía que tener el control completo de los
niños para que no le molestaran cuando él quería tomar su siesta. El esposo demandaba todas estas cosas
de su esposa, pero nunca levantaba ni un dedo para ayudarla, no importa cuán cansada estuviera, y cuando
ella no hacía todo como él quería, la condenaba. A pesar de todos los esfuerzos de la esposa por
agradarle, nunca podía vivir de acuerdo a sus exigencias. No siendo perfecta a menudo fallaba, olvidaba
las cosas y se agotaba mucho.
Esta mujer tenía una vecina, cuyo esposo era muy distinto al suyo. También era exigente y
demandaba perfección, pero a la vez era bondadoso y considerado. Siempre estaba ayudando a su esposa
El c. 7 muestra que ningún creyente
puede santificarse y agradar a
Dios por medio de la Ley.
2. 122 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
con sus quehaceres, y nunca la dejaba esforzarse sin brindarle ayuda como hacía el esposo de la primera
mujer. Muchas veces ésta, cuyo esposo no le ayudaba, veía al esposo de su vecina allí al lado de ella
ayudándola, y anhelaba tener un esposo como ése, tan amable, bondadoso y considerado. Pero eso era
imposible, porque ya estaba casada, y ella sabía que únicamente por medio de su muerte o la muerte de su
esposo, podría ser librada de esa relación. (McIlwain, adaptado).
v. 4 Así es con todos los que están bajo la autoridad de la Ley. Los judíos gemían bajo su yugo,
porque no podían guardarla perfectamente (Hch. 15:10b
):
“…un yugo que ni nuestros padres (antepasados) ni nosotros hemos podido llevar.”
Como la mujer del ejemplo, frecuentemente olvidaban lo que Dios había dicho, y siempre estaban
fallando. A pesar de todo su esfuerzo, no podían hacer lo que Dios demanda mientras que estaban bajo la
dirección y control de la Ley. Había una sola manera a través de la cual pecadores podían ser santificados
y agradar a Dios. Tenían que “morir” al control de la Ley y “casarse” con otro Hombre, el Señor
Jesucristo. Él es el Único que puede ayudar y capacitar a personas pecadoras para que agraden a Dios.
Entonces, ¿qué hizo Dios para que los creyentes pudieran “morir” a la Ley y
estar “casados” con Cristo, el Hombre bondadoso y considerado? Dios envió al
Señor Jesucristo, y como el Representante de todos los que creen en Él, obedeció la
Ley perfectamente, y luego tomó el justo castigo que la Ley demandaba de todo
aquel que la desobedeciera. Murió a la Ley para que todo judío que creyera no
tuviera que seguir tratando de agradar a Dios por medio de ella.
Pero el Señor Jesús no tomó únicamente el lugar del
creyente judío, muriendo a la Ley por él, sino también por
nosotros los creyentes gentiles que nunca estábamos
“casados” con la Ley. Siendo que Cristo murió a la Ley a
favor nuestro, como nuestro Representante, nosotros
también hemos muerto a la Ley. Además, resucitó y
nosotros resucitamos juntamente con Él a una vida
completamente nueva.
Por eso no debemos pensar que podemos llevar una vida cristiana santa,
exitosa y victoriosa por medio de la Ley. La Ley no nos puede ayudar, y no
debemos depender de ella sino de Cristo con quien estamos “casados”. Es nuestro
deber depender de Él para que podamos obedecer a Dios. La Ley demandaba una obediencia perfecta,
pero no daba ninguna ayuda, sin embargo, el Señor Jesús vive en nosotros por Su Espíritu Santo y nos
capacita para llevar fruto para Dios (Ro. 6:22):
“Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de
Dios, tienen por su fruto la santificación, y como resultado la vida
eterna.”
(Gá. 5:22-23): “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio
propio; contra tales cosas no hay ley.”
(Fil. 1:11): “… llenos del fruto de justicia que es por medio de
Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.”
Únicamente una persona espiritualmente viva, regenerada por el Espíritu de
Dios, puede llevar fruto espiritual, esto es, los frutos de una vida santa, “separada”
de pecado, que obedece la voluntad divina, y así agrada y glorifica a Dios (v. 5):
El Señor Jesucristo
murió a la Ley por
todos los que creen.
3. C. 7 / EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN 123
“Porque mientras estábamos en la carne, [antes de ser salvos, todavía unidos a Adán] las
pasiones pecaminosas despertadas por la Ley, actuaban en los miembros de nuestro cuerpo a
fin de llevar fruto para muerte”.
La Ley sólo servía para poner énfasis en el pecado, y en realidad incitaba al hombre a pecar porque
él se rebela en contra de sus ordenanzas. Siendo que las personas no pueden guardarla perfectamente, no
puede producir los frutos de justicia que Dios quiere. Lo único que produce es ira, “pues por medio de la
ley viene el conocimiento del pecado” (Ro. 3:20; 4:15):
“porque la Ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.”
El fruto de las vidas de todas las personas, judías y gentiles, encadenadas por la naturaleza
pecaminosa, es la muerte (Ro. 6:21, 23, NVI):
“¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la
muerte!… Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.”
(v. 6, DHH): “Pero ahora hemos muerto a la ley que nos tenía bajo su poder, quedando así
libres para servir a Dios en la nueva vida del Espíritu y no bajo una ley ya anticuada”.
El estar bajo la gracia y no bajo la Ley no quiere decir que ahora podemos hacer lo que nos dé la
gana. Fuimos librados de la Ley para que podamos servir a Dios “en la novedad del Espíritu y no en el
arcaísmo de la letra”. ¿Qué es “la novedad del Espíritu”? Es algo nuevo, muy distinto al régimen de la
Ley. Bajo la Ley, el pueblo de Dios no recibía ayuda alguna para guardarla. Los mandamientos de Dios
fueron escritos en tablas de piedra y leídos al pueblo. Pero bajo el Nuevo Pacto de la gracia la Palabra de
Dios ha sido escrita en nuestros corazones (He. 8:8-10):
“Porque reprochándolos, Él dice:
‘MIRAD QUE VIENEN DÍAS’, DICE EL SEÑOR,
‘EN QUE ESTABLECERÉ UN NUEVO PACTO
CON LA CASA DE ISRAEL Y CON LA CASA DE JUDÁ;
NO COMO EL PACTO QUE HICE CON SUS PADRES
EL DÍA QUE LOS TOMÉ DE LA MANO
PARA SACARLOS DE LA TIERRA DE EGIPTO;
PORQUE NO PERMANECIERON EN MI PACTO,
Y YO ME DESENTENDÍ DE ELLOS’, DICE EL SEÑOR.
‘PORQUE ESTE ES EL PACTO QUE YO HARÉ CON LA CASA DE ISRAEL
DESPUÉS DE AQUELLOS DÍAS’, DICE EL SEÑOR:
‘PONDRÉ MIS LEYES EN LA MENTE DE ELLOS,
Y LAS ESCRIBIRÉ SOBRE SUS CORAZONES.
YO SERÉ SU DIOS,
Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO.’ ” Jer. 31:31-33
Pablo expresó la misma verdad a los corintios en la siguiente forma (2 Co. 3:3 NVI):
“Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta
sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los
corazones.”
La Ley no puede producir en el ser humano el deseo ni la capacidad para obedecer sus mandatos, pero hemos recibido el
Espíritu Santo de Dios el cual nos recuerda las palabras de Jesús y nos capacita para llevar fruto que le glorifique.
4. 124 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
2. El testimonio personal de Pablo sobre la incapacidad de la Ley para santificar al creyente, vv.
7-25
Los sentimientos de los judíos y sus celos por la Ley no eran algo nuevo para Pablo. Él también era
“hebreo de hebreos” (Fil. 3:5), y había tenido los mismos conflictos que ellos tenían con la Ley. Por eso
deja el tema de la capacitación por el Espíritu que introdujo en el v. 6 para relatar en el resto del capítulo
su propia experiencia y lucha como creyente para santificarse y, cómo al final pudo reconocer su propia
inhabilidad para hacerlo y la incapacidad de la Ley para ayudarle.
a. La Ley no nos puede santificar porque su propósito es sólo revelar el pecado por lo que es, vv.
7-13
i. La Ley revela el pecado, v. 7
v. 7 Pablo anticipaba las objeciones de los creyentes judíos en la iglesia romana y podía
imaginárselos diciéndole: “¿Vamos a decir por esto que la ley es pecado?” (DHH), o en otras palabras:
“Si lo único que puede hacer la Ley es despertar mis pasiones pecaminosas e incitarme a pecar, y si
solamente produce ira y muerte, ¿será que la Ley misma es pecaminosa?” En manera típica Pablo
respondió: “¡De ningún modo!” (v. 7b
, NVI):
“Sin embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por
ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: «No
codicies.»”
Saulo de Tarso, Pablo antes de su conversión, no se consideraba pecador porque, igual que los
demás fariseos, no se preocupaba por los pecados intangibles del corazón, como la codicia, siendo su
enfoque únicamente en lo externo, en los actos visibles del pecado. Creía que el hecho externo de hacer o
de no hacer era suficiente para ser justo según la Ley, y por eso podía decir que antes de creer en Jesús era
“en cuanto a la justicia [legalista] de la ley, hallado irreprensible” (Fil. 3:6). Nunca pensaba que la
condición de su corazón fuera de suprema importancia. Precisamente por esto, el Señor Jesús reveló el
error de los fariseos demostrando que los actos de pecado vienen de un corazón corrompido y pecaminoso
(Mr. 7:6-7, 20-23, NVI):
“Él les contestó: ‘Tenía razón Isaías cuando profetizó acerca de ustedes, hipócritas, según
está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
En vano me adoran;
sus enseñanzas no son más que reglas humanas…” ’
“ ‘Luego añadió: ‘Lo que sale de la persona es lo que la contamina. Porque de adentro, del
corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los
homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la
calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la
persona.’ ”
(Mt. 5:27-28, NVI): “Ustedes han oído que se dijo: ‘No cometas adulterio.’ Pero yo les digo
que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el
corazón.”
Cuando Pablo creyó en el Señor Jesucristo reconoció que sólo había cumplido la Ley externamente,
que no se había fijado en la condición de su corazón ni en los pecados que se encontraban allí, y quería
cumplir la Ley desde su corazón. Por primera vez trataba de guardar también el décimo mandamiento que
dice: “No codiciarás...” Este mandamiento “..difiere de los otros nueve en el sentido que éste condena
5. C. 7 / EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN 125
una actitud interna, no una acción externa. La codicia conduce a quebrantar los demás mandamientos. Es
un pecado insidioso que la mayoría de la gente no reconoce en sus propias vidas, pero la ley de Dios lo
revela” (Wiersbe). El pecado de codiciar, el desear tener algo prohibido, fue lo que derrotó a nuestros
padres en el huerto del Edén (Gn. 3:6):
“Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que
era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para
alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su
marido que estaba con ella, y él comió.”
El recién convertido Pablo rápidamente se dio cuenta de que era
codicioso y, por ende, todavía pecador.
ii. La Ley despierta a la naturaleza pecaminosa, vv. 8-9
v. 8: “Pero el pecado, aprovechándose del mandamiento, produjo en mí toda clase de
codicia”.
La naturaleza pecaminosa estaba esperando su oportunidad, y cuando
Pablo se fijó en su deber de no codiciar, ella se aprovechó del mandamiento”,
haciéndole codiciar un sinfín de cosas. La palabra “aprovechándose” usada
en este versículo es un término militar que se refiere a una base militar de
asalto. La naturaleza pecaminosa usa la Ley como su base de asalto para
incitar al creyente a pecar.
Un día caminábamos en el Castillo Windsor en Inglaterra con unos
amigos misioneros que trabajan en Nueva Guinea. Notamos que en toda la
grama tenían avisos que decían: “No pise la grama. Gracias”. Nuestra hija
Joanne de 10 años de repente me gritó: “¡Papá, mírame!” Volteé para mirar y
ví a Joanne brincando en la grama. El mandamiento de no pisar la grama
había provocado en ella el deseo de no sólo pisar la grama, sino brincar en
ella.
Un amigo pintor me dijo que siempre colocaba avisos que decían
“pintura seca” cuando acababa de pintar algo porque si decía “pintura fresca”
era seguro que todos la tocarían. El mandamiento incita a la persona a
quebrantarlo.
“Pues mientras no hay ley, el pecado es cosa muerta” (DHH). “el
poder del pecado es la Ley” (1 Co. 15:56). Sin la Ley la naturaleza
pecaminosa carece de su “base de asalto”. Está inactiva, como si fuera
muerta, pero la Ley la despertará “como el imán atrae el acero” (Wiersbe).
v. 9 El término “sin la Ley” es la misma expresión usada en Ro. 3:21: “aparte de la Ley”. Allí
vimos que quiere decir “absolutamente aparte” en la misma manera que el Señor Jesús era “sin pecado”
(He. 4:15), o absolutamente aparte de él.
¿Cuándo vivía Pablo “sin la Ley” y absolutamente aparte de ella? Algunos comentaristas dicen que
esto se refiere al tiempo de la niñez de Saulo antes de estudiar la Ley. No lo creo, porque desde su
nacimiento Pablo fue criado conforme a la más estricta observancia de la Ley (Fil. 3:5):
“…circuncidado a los ocho días de nacer, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín,
Hebreo de Hebreos; en cuanto a la ley, Fariseo;”
Después de creer en el Señor
Jesús, Pablo trató de guardar la
Ley desde dentro de su corazón,
pero aprendió que la Ley no
revela el bien que está en el
corazón sino el mal, y lo condena.
6. 126 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
(Hch. 22:3): “Yo soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, educado
bajo Gamaliel en estricta conformidad a la ley de nuestros padres, siendo tan celoso de Dios
como todos ustedes lo son hoy.”
En su niñez no vivía absolutamente aparte de la Ley.
Otros dicen que se refiere al tiempo antes de llegar bajo la convicción del Espíritu Santo, no
obstante, antes de ser salvo Pablo sólo pensaba en la Ley como una lista de reglas, y estaba convencido de
que la guardaba perfectamente.
Después de su conversión Pablo estaba inundado de gozo. Sabía que sus pecados habían sido
perdonados. Tenía paz con Dios. Se sentía libre de la condenación de la Ley. Estaba tan emocionado con
su nueva vida en Cristo que ni pensaba en la Ley o en la necesidad de obedecerla. Era en ese entonces
que vivía sin o absolutamente aparte de la Ley.
Pablo estaba tan emocionado y agradecido a Dios que quería demostrar su gratitud de alguna
manera. ¿Qué manera mejor hay que cumplir la voluntad de Dios guardando Su santa Ley? Es preciso
recordar que el pueblo judío iba a ser bendecido por guardar la Ley (Dt. 28:1-2):
“Y sucederá que si obedeces diligentemente al SEÑOR tu Dios, cuidando de cumplir todos sus
mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las
naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces
al SEÑOR tu Dios:”
Por eso Pablo esperaba alcanzar una vida de bendición por medio de la Ley, no guardando la letra de
la Ley con los hechos externos como hacía antes de ser salvo, sino guardándola en el espíritu de la Ley
desde su corazón. Quería santificarse para Dios por medio de la Ley, viviendo libre de pecado.
¿Qué piensan que pasó cuando Pablo trató en su propia fuerza de usar la
Ley para santificarse y obtener la bendición de Dios? Sí, su naturaleza
pecaminosa despertó y se aprovechó de la oportunidad tomando el
mandamiento y usándolo como un trampolín para saltar de su posición de
inactividad y ponerse de nuevo, en control de su vida, hasta el punto que
pudo. ¡En vez de no codiciar, estaba codiciando un sinfín de cosas! (v. 9:
NVI):
“pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí.”
Pablo pensó que podía
agradar a Dios observando
la Ley, y así ser
bendecido. No obstante,
su naturaleza pecaminosa
utilizó la Ley para
provocarle a pecar más.
7. C. 7 / EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN 127
iii. La Ley mata, vv. 10-11
vv. 10-11 La Ley fue dada por Dios para que Su pueblo viviera por medio de ella (Dt.8:1-3; 30:16-
20; Lc. 10:25-28):
“Cierto intérprete de la ley (experto en la Ley de Moisés) se levantó, y para poner a prueba a
Jesús dijo: ‘Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna?’ Y Jesús le dijo: ‘¿Qué está
escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?’ Respondiendo él, dijo: ‘AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS
CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU FUERZA, Y CON TODA TU MENTE; Y A
TU PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO.’ Entonces Jesús le dijo: ‘Has respondido correctamente; HAZ
ESTO Y VIVIRÁS.’ ”
Pero a Pablo la Ley le resultó para muerte. ¿Cómo pudo la Ley matarle? Ya hemos establecido que
el recién convertido Pablo estaba viviendo “sin la ley”, y no la tenía en cuenta. Estaba tan feliz gozando
de su vida nueva en Cristo que ni pensaba en ella. No obstante, la Ley le “mató” tan pronto quiso usarla
como medio de santificación.
Pablo describe una experiencia que tuvo como creyente nuevo. Es obvio que la Ley no le mató
físicamente porque todavía estaba vivo. Ya era salvo, entonces “la muerte” no podía ser una muerte
espiritual, porque los salvos tienen vida eterna y no volverán a morir espiritualmente. Entonces, ¿a qué se
refiere? ¿Hay otra clase de “muerte” que los creyentes sí experimentan que no sea ni física ni espiritual?
En el capítulo seis Pablo nos enseñó que todos los creyentes “hemos muerto al pecado” —la
naturaleza pecaminosa— (Ro. 6:2). Sin embargo, no hemos experimentado ningún cambio físico que la
muerte física produciría. Tampoco es una muerte espiritual, porque por medio de ella andamos en vida
nueva con Cristo mismo (Ro. 6:4):
“Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que
como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en novedad de vida.”
El término “muerte” es usado para ilustrar la rotura de relación —o separación— entre el creyente
y su naturaleza pecaminosa por medio de su identificación con Cristo en Su “muerte”. Su naturaleza
pecaminosa ya no tiene ningún derecho sobre él porque ha “muerto”.
Al principio del capítulo que estamos estudiando, Pablo nos instruyó sobre nuestra relación con la
Ley. Vimos que, por medio de nuestra identificación con la muerte de Cristo, hemos “muerto a la ley”
como medio de santificación, y estamos “casados” con Cristo, el cual nos da Su Espíritu para que
podamos llevar vidas santas (v. 4, NVI):
“Así mismo, hermanos míos, ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo crucificado de
Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los muertos. De este modo daremos
fruto para Dios.”
La relación anterior ha sido rota permitiéndonos tener una relación distinta con Cristo por medio del
Espíritu.
En los versículos 9-11, sin embargo, Pablo no está hablando de la “muerte” del creyente a la
naturaleza pecaminosa y a la Ley mediante su identificación con Cristo en Su muerte, sino de cómo la
naturaleza pecaminosa “revivió” cuando Pablo trató de usar la Ley para santificarse y cómo esta
naturaleza usó la misma Ley para “matarle”.
La relación de Pablo con su naturaleza pecaminosa estaba rota por medio de su identificación con
Cristo, tan rota que Pablo ni siquiera suponía que la tenía todavía. Aunque Pablo no la percibía, esa
naturaleza estaba lejos de estar muerta. Estaba esperando una oportunidad para ganar de nuevo el control
8. 128 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
sobre su vida. Esa oportunidad se presentó cuando Pablo trató de llevar una vida aceptable a Dios,
santificándose por medio de la Ley. Pablo confió en su propia habilidad humana para hacer la voluntad de
Dios guardando la Ley. En vez de haber confiado en el poder del Espíritu Santo, estuvo tratando de
santificarse por medio de algo que no puede perfeccionar a nadie (He. 7:18-19, NVI):
“Por una parte, la ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficaz, ya que no perfeccionó
nada. Y por la otra, se introduce una esperanza mejor, mediante la cual nos acercamos a
Dios.”
Tan pronto Pablo abandonó el medio divino para su santificación, que es el Espíritu Santo, la
naturaleza pecaminosa le “mató”.
Si el término “muerte” se puede usar para ilustrar cómo está rota una relación, entonces, ¿cuál es la
relación que se ha roto en este caso? Claro, la relación de comunión del creyente con el Señor Jesús, el
Cual es su santificación, y con el Espíritu Santo, el Cual hace una realidad la santificación en nuestra vida
diaria. Esto no quiere decir que el creyente ha sido cortado de Cristo de manera que se pierda, o que ya no
está santificado posicionalmente delante de Dios como antes, sino que ya no está gozando de su posición
gloriosa en Cristo, y no está viviendo bajo el principio de la gracia, sino de la Ley. Habiendo comenzado
su vida cristiana por el Espíritu, ¡ahora está intentando terminarla por la carne! (Gá. 3:3, NVI):
“¿Tan torpes son? Después de
haber comenzado con el
Espíritu, ¿pretenden ahora
perfeccionarse con esfuerzos
humanos?”
Está impidiendo la obra
santificadora del Espíritu en su diario
andar. Ha dejado la luz de libertad
para volver a andar en la noche de
esclavitud.
Pablo perdió el sentir de arrobamiento y bienestar
que tenía al principio, como nuevo creyente, porque esa
comunión tan preciosa que tenía con el Señor fue rota
tan pronto trató de guardar la Ley con el fin de vivir
libre de pecado, y así hacerse aceptable a Dios. En vez
de sentirse más cerca a Dios por tratar de guardar la Ley,
su naturaleza pecaminosa la usó para romper su
comunión con Dios. ¡Realmente se sentía rematado!
iv. La Ley nos muestra la tremenda pecaminosidad de la naturaleza pecaminosa, vv. 12-13
¿Por qué se sentía Pablo rematado? Porque la Ley en vez de ayudarle, le mostró cuán corrompido
era. Pablo estaba muy triste y no lo podía comprender. Antes de ser salvo se consideraba justo. Nunca
sentía un remordimiento por su pecado, porque no se creía pecador. Pero ahora, siendo salvo, teniendo el
perdón de sus pecados, llega a saber que su carne es totalmente corrompida.
v. 12 ¿Cuál es el propósito de la Ley? Sí, mostrar a la persona que es pecador (Ro. 3:20b
, DHH):
“…la ley solamente sirve para hacernos saber que somos pecadores.”
Dios dio la Ley a Israel para que supiera lo qué
esperaba de ellos y por dónde estaba fallando.
Pero nunca fue un medio de santificación. Cuando
Pablo trató de santificarse por medio de ella, en vez
de acercarle más a Dios, su naturaleza pecaminosa
tomó la oportunidad para ganar control sobre él y
romper su comunión con el Señor. ¡Pablo tenía la
sensación que había pasado de vida a muerte!
9. C. 7 / EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN 129
Entonces no podemos culpar a la Ley porque ella ha cumplido su debida función. Es por eso que
Pablo afirma que “la ley es santa”. Dios ha puesto la Ley “aparte”, santificándola para el propósito Suyo
de revelar el pecado. Como algo diseñado por Dios, es santificada, completamente “aparte” de todo mal.
Siendo aún más específico, y hablando del mandamiento que le había causado tanto dolor —aunque
se podría decir lo mismo de cualquiera de los otros mandamientos, el de no codiciar siendo únicamente un
ejemplo que representa a los demás—, Pablo dice que el de no codiciar cosa alguna que no le pertenezca
es:
“santo”, porque por medio de él sabemos lo que Dios piensa acerca de la codicia.
“justo”, porque todo lo que Dios nos manda es lo mejor en cada situación, y Él solamente
requiere que vivamos de acuerdo a Sus normas morales.
“bueno”, porque el carácter de la Ley es bueno, y el mandamiento benéfico, siendo
provechoso al que lo guarde.
v. 13 La Ley no tenía la culpa de que Pablo se sintiera muerto y separado de su comunión con Dios,
porque ésta solamente le mostró que estaba pecando, codiciando muchas cosas.
Lo que realmente estuvo causando su problema era su naturaleza pecaminosa como lo expresa en la
segunda mitad del versículo (v. 13b
, DHH):
“Lo que pasa es que el pecado, para demostrar que verdaderamente es pecado, me causó la
muerte valiéndose de lo bueno”.
El pecado, la naturaleza pecaminosa, usó la Ley, específicamente el mandamiento de no codiciar,
que estaba cumpliendo con su deber de mostrarle a Pablo que estaba pecando, para despertar en él “toda
clase de codicia” (v. 8), y así la comunión que gozaba con el Señor fue rota. El propósito de la naturaleza
pecaminosa era ganar de nuevo el mismo control que tenía sobre Pablo cuando era inconverso y romper su
comunión con Dios (v. 13c
, DHH):
“Y así, por medio del mandamiento, quedó demostrado lo terriblemente malo que es el
pecado”
Está demostrado, pues, que la naturaleza pecaminosa que tenía Pablo, y la que cada uno de nosotros
tenemos, es absolutamente perversa, corrompida y maligna. En nosotros mismos no hay nada bueno que
sirva para acercarnos a Dios, pero tenemos el Espíritu Santo que el Señor nos mandó para vencer a la
naturaleza pecaminosa y los deseos de nuestro cuerpo que ésta controla, y darnos fruto que glorifica al
Padre. Pero por esto nuestra naturaleza pecaminosa está en guerra contra el Espíritu que mora en nosotros
(Gá. 5:16-17):
“Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne. Porque el deseo de
la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno
al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen.”
La Ley, entonces, a pesar de ser buena, no nos puede acercar a Dios
porque este no es su oficio. Su oficio es mostrar al hombre su perversidad y
la necesidad de un Sumo Sacerdote que se acerque a Dios por él (He. 7:25-
26):
“Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los
que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive
perpetuamente para interceder por ellos. Porque convenía que
tuviéramos tal sumo sacerdote: santo, inocente, inmaculado,
apartado de los pecadores y exaltado más allá de los cielos,”
La Ley es santa, justa y buena
porque cumple su función de
revelar la pecaminosidad del
hombre, pero la naturaleza
pecaminosa usa el deseo del
creyente de guardarla para
“matarle” en cuanto a su andar
con Dios.
10. 130 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
b. La Ley no nos puede santificar porque todavía tenemos una naturaleza pecaminosa que se
rebela contra ella, vv. 14-25.
En estos versículos Pablo llega a la raíz del problema: su naturaleza pecaminosa que todavía tiene se
rebela en contra de la Ley y se rehúsa a obedecerla. Aunque quería guardar la Ley desde su corazón, y
“apartarse” de todo pecado por medio de ella, se encontraba incapacitado para hacerlo. Esto le era muy
frustrante porque esperaba alcanzar la aprobación de Dios y las bendiciones divinas por medio de ella.
Su frustración, tal vez, se manifiesta en los siguientes versículos donde parece que Pablo se ha
vuelto redundante, repitiéndose vez tras vez. Lo que dice en los vv. 14-17, en los vv. 18-20, y después en
los vv. 21-23, puede ilustrar lo inútil que es tratar de santificarse y vivir libre de pecado por el propio
esfuerzo humano. Cada vez que Pablo intentaba hacerlo era vencido, sin embargo Dios usó su derrota
para mostrarle que era imposible a través de la carne. La repetición de esta verdad no puede ser suficiente
porque nuestra tendencia es pensar que de alguna manera podemos librarnos nosotros mismos de pecado y
así ganar el favor divino, ¡pero nada está más lejos de la verdad!
i. La Ley no nos puede santificar porque somos hechos de carne débil, vv. 14-17
v. 14 “Sabemos que la ley es espiritual” ¿Por qué no me puede santificar y librar de pecado
entonces? Porque “yo soy carnal” o, literalmente “de la carne”, como lo expresa Williams: “Pero yo soy
hecho de carne débil”. “Carne” en este versículo se refiere al cuerpo del creyente y sus fuerzas naturales.
Pablo quería, en su propia fuerza, obedecer la Ley de Dios y así alcanzar una vida de bendición, pero no lo
podía hacer por causa de su propia debilidad humana.
Además, estaba “vendido como esclavo al pecado” (DHH). Aquí, el pecado se refiere a la
naturaleza pecaminosa. Cuando Adán pecó llegó a tener una naturaleza pecaminosa que tomó dominio de
él por medio de los impulsos y pasiones de su cuerpo. Luego, todos sus descendientes nacieron sujetos a
la naturaleza pecaminosa de la misma manera, llegando a ser esclavos de ella. Ser esclavo de la
naturaleza pecaminosa es la condición de todos los incrédulos (Ro. 6:17, 20, DHH):
“Pero gracias a Dios que ustedes, que antes eran esclavos del pecado, ya han obedecido de
corazón a la forma de enseñanza que han recibido… Cuando ustedes todavía eran esclavos
del pecado, no estaban al servicio de la justicia;”
Pero cuando creímos en el Señor Jesús fuimos librados de esa esclavitud (Ro. 6:6, 18, 22):
“sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que nuestro cuerpo de
pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado… y habiendo sido
libertados del pecado, ustedes se han hecho siervos de la justicia.… Pero ahora, habiendo
sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tienen por su fruto la santificación, y
como resultado la vida eterna.”
Entonces, ¿por qué usa Pablo el tiempo presente cuando dice: “estoy ‘vendido al pecado’ ”?
Cada uno de nosotros que hemos creído en el Señor Jesús fuimos comprados por Él, de manera que
ya le pertenecemos, cuerpo, alma y espíritu (1 Co. 6:19-20):
“¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen
de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? Porque han sido comprados por un
precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.”
El Espíritu Santo ya mora en nosotros y da vida a nuestro espíritu para que éste le responda a Dios,
no obstante, el cuerpo no le responde (Ro. 8:10):
11. C. 7 / EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN 131
“Y si Cristo está en ustedes, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo,
el espíritu está vivo (es vida) a causa de la justicia.”
Aunque comprado por Dios para que
le pertenezca, el cuerpo no ha sido redimido
todavía. Nosotros que somos ya hijos de Dios
por la fe, “gemimos en nuestro interior,
esperando ansiosamente nuestra adopción
como hijos, la redención de nuestro cuerpo”
(Ro. 8:23b
, NVI). Esta redención o reclamo
de lo que ya ha comprado se efectuará en la
resurrección y el Rapto de todos los que
hemos creído (Ef. 1:13b
-14):
“…fueron sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía
de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para
alabanza de Su gloria.”
(Ef. 4:30): “Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, por el cual fueron sellados para el
día de la redención.”
(Fil. 3:20-21): “Porque nuestra ciudadanía (patria) está en los cielos, de donde también
ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de
nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de Su gloria, por el ejercicio del
poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a Él mismo.”
(1 Co. 15:52-53): “…en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues
la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos
transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto
mortal se vista de inmortalidad.”
Mientras tanto, nuestro cuerpo sigue respondiendo por instinto a la naturaleza pecaminosa. En
cuanto a su cuerpo, Pablo tenía que confesar: “Estoy vendido a la naturaleza pecaminosa”. Su cuerpo de
carne fue vendido a la naturaleza pecaminosa y no podía producir la justicia que quería que produjera.
v. 15 Que su cuerpo no respondía a Dios sino a la naturaleza pecaminosa era evidente. Pablo quería
hacer lo bueno, quería agradar a Dios con una vida que le diera gloria, obedeciendo Su santa Ley, pero se
encontraba vez tras vez haciendo las mismas cosas que su espíritu regenerado aborrecía. Él no quería
codiciar nada que perteneciera a otro, pero constantemente estaba cayendo en el mismo pecado. (Quizás
el problema tuyo no sea la codicia, no obstante, también te has encontrado en la misma situación de seguir
haciendo algo que no quieres hacer). En vez de guardar la Ley, la estaba quebrantando.
v. 16 La Ley no tiene la culpa de que Pablo, tú o yo, no hagamos lo que queremos. En realidad, por
medio de nuestra desobediencia, estamos reconociendo o probando que “la ley es buena” (en el griego:
“kalos”, esto es, “intrínsecamente buena, y, así, hermosa, honrosa… aquello que está bien adaptado a sus
circunstancias” -Vine). Es buena y bien adaptada a nuestras circunstancias como pecadores, porque revela
y condena lo malo que hacemos.
v. 17 Pablo llega a la conclusión de que si su espíritu regenerado desea hacer o no hacer algo, pero
él no puede efectuar en sus propias fuerzas lo que desea y resulta pecando, entonces no puede culpar a su
espíritu, porque tiene que ser su naturaleza pecaminosa la que tiene la culpa. No está rehusando aceptar la
culpa por lo que él hace, echándola sobre otro, sino más bien quiere explicar el porqué de su inhabilidad
de guardar la Ley en sus propias fuerzas. Aunque él desea cumplir la Ley, y no codiciar —o no cometer
cualquier otro pecado— su naturaleza pecaminosa no le deja hacerlo.
12. 132 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
ii. La Ley no nos puede santificar porque en la carne no hay bien, y es incapaz de hacer el bien
que queremos, vv. 18-20
v. 18 En nuestra “carne” —en estos cuerpos de carne y hueso— “no mora el bien”. En el griego
la palabra “bien” utilizada aquí es “agathos” que “describe aquello que, siendo bueno en su carácter o
constitución, es beneficioso en sus efectos” (Vine). Entonces, en primer lugar, nuestra “carne” no tiene
un carácter o constitución buenos, sino que es corrupta, habiendo sido vendida a la naturaleza pecaminosa.
En la carne no hay virtud alguna, porque no tiene motivos o deseos espirituales, sino mundanos (1 Jn.
2:16, NVI):
“Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos
y la arrogancia de la vida— proviene del Padre sino del mundo.”
Consecuentemente, en segundo lugar, es incapaz de hacer algo beneficioso o bueno.
Dentro de todo creyente está “el querer” hacer lo correcto, lo que agrada a Dios, pero no la
capacidad para llevarlo a cabo. El Espíritu ha regenerado nuestro espíritu de modo que éste quiere hacer
“el bien” (“kalos”). La dificultad está en que nuestro cuerpo no coopera con el espíritu regenerado y no
hace “el bien” que quisiéramos.
v. 19 La prueba de que no mora nada bueno en la carne está en el hecho de que ni Pablo ni nosotros
podemos hacer “el bien” que deseamos, sino que hacemos “el mal” que no queremos.
v. 20 La conclusión de Pablo en estos versículos es igual a su primera conclusión en el v. 17: si él
hace algo que su espíritu regenerado no quiere hacer, no es este espíritu el que lo hace sino la naturaleza
pecaminosa que mora en él.
Pablo no podía confiar en su habilidad de
hacerse acepto a Dios, santificándose, “apartándose”
de todo pecado, por medio de la Ley, porque su
carne no tenía ningún deseo de hacer “el bien”,
siendo que “el bien” es contrario a su naturaleza
corrupta. Nosotros tampoco debemos confiar en la
carne porque la nuestra es igualmente depravada.
iii. La Ley no nos puede santificar porque hay una lucha constante entre nuestro espíritu y
nuestra carne, vv. 21-24
v. 21 Por tercera vez Pablo vuelve a reconocer su incapacidad de guardar la Ley y santificarse por
medio de ella. Ya sabía que la incapacidad no era una aflicción pasajera, sino una ley, un principio
maligno que operaba permanentemente en su ser: “...hallo la ley de que el mal está presente en mí”.
Mientras que mora una naturaleza pecaminosa en cada creyente, el mal está allí, y no podemos hacer lo
bueno que queremos.
vv. 22-23 En contraste a esta ley o principio de mal que mora en el creyente debido a la presencia
de la naturaleza pecaminosa, está “la ley de la mente” del creyente. ¿Qué es? Es el principio de que su
mente y espíritu regenerados quieren guardar la Ley de Dios. Cuando Pablo creyó en el Señor Jesús como
Aunque el poder de la naturaleza pecaminosa sobre nosotros fue rota por la muerte de Cristo, y tenemos el Espíritu Santo
viviendo en nuestro cuerpo para darnos la victoria sobre nuestra naturaleza pecaminosa, todavía tenemos que luchar con un
cuerpo que no está redimido aún. El cuerpo responde por naturaleza a la naturaleza pecaminosa y no a Dios, y nos impide
hacer lo que realmente queremos.
Queremos hacer lo que es correcto, lo que nuestro
espíritu regenerado desea hacer. Pero nuestra carne, el
cuerpo físico, no tiene ningún bien en sí, porque está
vendida a la naturaleza pecaminosa, y no coopera con
nuestro espíritu. Entonces si hacemos algo malo que no
queremos hacer, es la naturaleza pecaminosa que lo hace.
13. C. 7 / EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN 133
su Salvador su espíritu fue regenerado, de manera que ya no quería las cosas que pertenecían a su vida
anterior. Quería guardar la Ley, quería obedecer a Dios y agradarle, sin embargo este deseo de hacer lo
correcto, de hacer lo que Dios dicte, estaba bajo el bombardeo constante de su naturaleza pecaminosa que
controlaba los deseos de su cuerpo y se oponía a la voluntad divina (Gá. 5:17):
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues
éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen.”
Aunque Pablo fue librado del poder de su naturaleza pecaminosa por la muerte de Cristo, todavía
tenía que luchar con un cuerpo que respondía a los dictados de su viejo dueño, la naturaleza pecaminosa
(Ro. 8:7):
“La mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la Ley de Dios, pues
ni siquiera puede hacerlo,”
Era demasiado fácil dejarse controlar por sus pasiones carnales, pero esto le ponía bajo el control de
su naturaleza pecaminosa como esclavo suyo, de modo que se encontraba en la misma esclavitud que
antes. Desde luego, no estaba andando “en el Espíritu”, en comunión con Él, sino “en la carne” bajo el
poder de su naturaleza pecaminosa.
v. 24 ¡Pobre Pablo! Quería obedecer la Ley desde su corazón. No quería seguir pecando. Quería
servir a Dios y agradarle, pero cada vez que intentaba hacerlo quedaba derrotado, y lo que es peor,
¡quedaba otra vez bajo el poder de su naturaleza pecaminosa! (vv. 15, 19, 22-24):
“…no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago... Pues no hago el
bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico... me deleito con la Ley de Dios, pero
veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me
hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí!”
¿No hay manera de santificarse a sí mismo por medio
de la Ley? Ninguna, porque el cuerpo no responde a Dios y a
lo que Él quiere, sino a la naturaleza pecaminosa y lo que ella
quiere. Nosotros, como Pablo, podemos tener las más nobles
y puras intenciones, pero de nada nos vale mientras
confiemos en estos cuerpos de carne. Es algo que todos
nosotros hemos probado en la experiencia triste de tratar de
conformarnos a la voluntad divina en nuestras propias
fuerzas. ¡Quiero, pero no puedo! “¿Quién me rescatará de
este cuerpo de muerte?” (NVI).
iv. Aunque la Ley no nos puede santificar hay Alguien que lo puede hacer, v. 25
v. 25 “¡Gracias a Dios que Cristo lo ha logrado! ¡Jesús me libertó!” (BD). ¡Qué gozo se
derramó en el corazón de Pablo al llegar a reconocer que su relación con Dios no dependía de sus débiles
esfuerzos carnales para no pecar y así agradarle, sino de lo que Cristo ya había logrado por él en Su
muerte y resurrección!
No olvidemos que en este pasaje Pablo describe su propia experiencia al tratar de santificarse por
medio de la Ley, y su frustración y desesperación al ver que no lo podía hacer. Gracias a Dios que Pablo
no se quedó allí, sino que llegó a comprender que Cristo lo ha hecho todo, y que él fue identificado con la
muerte, sepultura y resurrección de Cristo mismo como nos enseñó en el capítulo seis.
“‘Así que, yo mismo con la mente’, éste es el verdadero yo renovado, el cual el apóstol afirma
reiteradamente que no era aquel ‘pecado [naturaleza pecaminosa] que moraba en él’. ‘Con la mente’, es
Pablo quería hacer lo correcto, quería guardar
la Ley desde dentro de su corazón y agradar a
Dios, pero no pudo. Había una batalla
constante dentro de él entre su espíritu
regenerado y su cuerpo con sus deseos. Por
fin tuvo que reconocer que no había manera
de santificarse por sus propias fuerzas
carnales. Anhelaba ser librado del cuerpo.
14. 134 LA CARTA DE PABLO A LOS CREYENTES EN ROMA
decir, todas las facultades espirituales, incluyendo ciertamente las facultades del alma como la razón, la
imaginación y la sensibilidad, las cuales son precisamente ‘renovadas’ ahora por el Espíritu Santo día tras
día. ‘Sirvo a la Ley [o voluntad] de Dios.’ Todas las nuevas criaturas pueden decir lo mismo. ‘Mas con
la carne a la ley del pecado.’ Al fin vio esta verdad y se doblegó a ella, que todo lo que él era por la
carne, por naturaleza, estaba irrevocablemente entregado al pecado [a la naturaleza pecaminosa]. Así
pues, abandonó la lucha para contemplarse completamente en Cristo (quien vivía en él) y caminar no por
la Ley, aun en los poderes supuestos de la vida vivificada, sino por el Espíritu solamente, en cuyo solo
poder debe ser vivida la vida cristiana” (Newell).
“sirvo... con la carne, a la ley del pecado” Pablo reconocía que hay un principio, o ley, que él no
podía cambiar, esto es, que su carne, su cuerpo humano mortal, responde por instinto a la naturaleza
pecaminosa y no a Dios. “La ley del pecado” es, entonces, el poder que la naturaleza pecaminosa ejerce
sobre el cuerpo. Pablo no podía cambiar los instintos de su cuerpo, o la naturaleza pecaminosa que lo
controlaba. Su cuerpo seguiría respondiendo a la naturaleza pecaminosa. Se resignó, entonces, y dejó de
tratar de santificarse y vivir libre de pecado por medio de sus propias fuerzas humanas. La victoria estaba
en que Cristo le había librado y había puesto Su Espíritu en él para conformarle a Su imagen. El Espíritu
Santo se encarga de santificar en su diario andar a todos los hijos de Dios.
¿Por qué escribió Pablo este capítulo? Porque él sabía que muchas personas pensarían que la mejor
manera de santificarse, de acercarse a Dios y ser aceptos por Él, es por medio del cumplimiento de la Ley.
Es de suprema importancia que todo creyente sepa que la Ley no le puede santificar de ninguna manera.
Así como todos los creyentes hemos sido librados de la esclavitud a la naturaleza pecaminosa,
hemos sido librados también de la Ley. ¿Cómo ilustró Pablo esta liberación en los primeros seis
versículos de este capítulo? Sí, con el ejemplo del matrimonio que solamente se puede disolver cuando
uno de los esposos muere. Nosotros, como creyentes, hemos muerto con Cristo a la Ley para que
podamos “casarnos” con Él y producir fruto que glorifica a Dios por medio del Espíritu que nos ha dado.
Dejando el tema de la capacitación del Espíritu, Pablo ilustró la inhabilidad de la Ley para
santificarnos por medio de su propia experiencia como creyente nuevo. El también quería agradar a Dios
y santificarse por medio de la Ley. ¿Será que lo podía hacer? ¡De ninguna manera! ¿De nada le servía?
¡Le servía solamente para mostrarle que era pecador! Además, en vez de ayudarle a evitar el pecado,
¡producía en él más ganas de pecar que antes! Su intento de guardar la Ley fue la oportunidad que su
naturaleza pecaminosa esperaba para despertarse de su inactividad y tomar control de su vida.
¿No se sentía Pablo más cerca a Dios cuando se esforzaba para guardar Su santa Ley? Mientras
intentaba guardar la Ley para su santificación y aceptación delante de Dios, su comunión con el Señor
estaba rota. ¿Por qué estaba rota? Porque ya no estaba dependiendo de Él, sino de sus propias fuerzas
humanas. ¡Se sentía tan separado de Dios como si estuviera muerto!
¿El no poder santificarse y “apartarse” de pecado por medio de la Ley quiere decir que hay alguna
falla en la Ley? No, porque Dios no la diseñó para ser un medio de santificación y liberación de pecado.
Su oficio es mostrar al hombre que es pecador y que necesita a Alguien que se acerque a Dios por él.
Para que la Ley nos sirviera e hiciéramos el bien que deseáramos, necesitaríamos un cuerpo que
cooperara con ella. ¿Nuestro cuerpo como creyentes no le sirve? Desafortunadamente, nuestro cuerpo
que fue vendido a la naturaleza pecaminosa no ha sido redimido todavía. Ya que sigue respondiendo a los
dictados de nuestra naturaleza pecaminosa, no podemos hacer lo que quisiéramos hacer.
15. C. 7 / EL CONFLICTO DE LA SANTIFICACIÓN 135
¿No hay algo de bien en nosotros? Pablo es enfático: en nuestra “carne” (estos cuerpos de carne y
hueso), “¡no habita nada bueno!” Por tener un carácter corrupto, no puede producir algo beneficioso o
bueno. Prueba tenemos de esto en que ninguno de nosotros podemos hacer el bien que quisiéramos hacer.
Pero, si alguien anhela obedecer la Ley y persevera en esto, ¿no podrá hacerlo? No lo puede hacer,
porque sus más nobles deseos de hacer el bien están bajo el bombardeo constante de su naturaleza
pecaminosa a la cual su cuerpo responde por naturaleza.
¿No hay manera de ser librados de estos cuerpos? La liberación no consiste en ser separados del
cuerpo, sino en ser librados de nuestra dependencia de las débiles fuerzas humanas para vivir libres de
pecado y, de esta manera, hacernos aceptos con Dios. Nuestra relación con Dios no depende de lo que
hacemos para agradarle, ¡sino de lo que CRISTO HA HECHO a favor nuestro!
Cristo nos ha librado de una
dependencia frustrante en nosotros mismos.
Sin embargo, hay que reconocer que nuestro
cuerpo seguirá respondiendo a la naturaleza
pecaminosa, pero gracias a Dios, Él nos
acepta, no por lo que somos en la carne,
¡sino por estar EN CRISTO!
davidchrisbrown@gmail.com
Aunque Pablo pensó que podía agradar a Dios con una auto-
santificación por medio de la Ley, llegó a la maravillosa verdad de
que nuestra relación con Dios no depende de los débiles
esfuerzos humanos para agradarlo, sino de lo que Cristo hizo en Su
muerte y resurrección. Esta es la única base para nuestra
aceptación de parte de Dios y la subsiguiente liberación de un
cuerpo controlado por la naturaleza pecaminosa. ¡Gloria a Dios!