El Alcázar de Toledo se ubica en la colina más alta de la ciudad. Es uno de los pocos edificios exentos y siempre ha sido un lugar fortificado, como indican las estructuras anteriores. El Alcázar tiene características renacentistas como una fachada principal con arco de medio punto y escudo imperial. El patio central está rodeado por dos galerías y presidido por una figura del emperador.