El salmo consta de dos partes. La primera es un himno coral que alaba las maravillas de Dios al liberar a Israel cruzando el Mar Rojo y el río Jordán. La segunda parte es el canto de un individuo que da gracias a Dios en el templo por los favores recibidos. El salmo invita a Israel, Jesús y la humanidad a alabar a Dios y pedirle que renueve sus maravillas.