El documento describe los cambios en la política económica ecuatoriana, incluyendo una nueva visión integral en lugar de una mirada individualista de mercado. Se han logrado mayores tasas de crecimiento económico y cobertura de la canasta básica, así como una banca pública fortalecida y una recaudación tributaria más justa. Aún quedan retos como garantizar el ingreso de divisas, fortalecer el crédito productivo y completar la transformación institucional.