El documento describe las principales tendencias en la educación superior en América Latina en las últimas décadas, incluyendo la expansión cuantitativa para satisfacer la demanda creciente, la diversificación de instituciones públicas y privadas, una mayor participación del sector privado debido a la reducción de fondos públicos, la internacionalización de las universidades, los cambios en las actitudes de los gobiernos hacia un enfoque de eficiencia y calidad, y la transformación de algunas universidades para adaptarse a los cambios en la sociedad.