Los animales poseen diferentes tipos de esqueletos que les brindan soporte y protección. Los vertebrados tienen un esqueleto interno óseo o cartilaginoso formado por el cráneo, la columna vertebral y las costillas, mientras que los invertebrados carecen de esqueleto interno rígido y muchos tienen conchas, caparazones o cubiertas. Tanto los vertebrados como los invertebrados utilizan músculos para el movimiento, aunque en formas diferentes.