Este documento analiza el impacto del desperdicio de alimentos y la producción de carne a nivel mundial. Según el estudio, el desperdicio de alimentos tiene consecuencias negativas para el clima, el uso del agua, el suelo y la biodiversidad. La producción de carne requiere grandes cantidades de tierra y agua, y contribuye significativamente a la deforestación y emisiones de gases de efecto invernadero. En particular, la ganadería en la Amazonía brasileña es el principal impulsor de la deforestación en la región
2. A nivel doméstico:
Consumo del agua:
Un hogar medio necesita de 2 a 5 litros de agua para beber, y
de 100 a 500 litros para el resto de usos.
De 2000 a 5000 litros diarios necesarios para la producción de
los alimentos que consume una familia.
Ducha/dia durante un año = cantidad de agua necesaria para
producir 1Kg de carne.
Huella del desperdicio de
alimentos:
Es el primer estudio que analiza los efectos del despilfarro
alimentario a nivel mundial, centrándose de forma específica
en sus consecuencias para el clima el uso del agua, el suelo y
la biodiversidad.
3. Según el sector agroalimentario:
Estudio (Junio 2013):
78,8% de los distribuidores retiran de media un 5,6% de sus productos por sobrepasar las fechas de
consumo preferente de caducidad.
58% de los establecimientos solo debe retirar entre el 0,1% y el 5% de sus productos y solo el 1,7% de los
distribuidores debe retirar más del 20%.
La crisis económica ha modificado las pautas de consumo. El 41,3% de los consumidores manifiesta haber
disminuido la cantidad de alimentos que tira a la basura y el 13,7% reutiliza más alimentos como el aceite.
La mitad de los agentes que retiran productos porque no pueden comercializarlos manifiesta que los tiran. El
porcentaje de reciclaje/reutilización es de un 38,6% entre los productores, de un 31,4% en la industria y de un
22,4% entre los mayoristas.
El porcentaje más alto que donan a bancos de alimentos y otras entidades benéficas lo encontramos entre
los mayoristas con un 44,9%, mientras que en la industria es de 18% y entre los productores de un 9,2%.
4. A nivel agricola:
Uso de tierras:
Con la misma cantidad de tierra necesaria para producir 1kg
de carne, se pueden cosechar por ejemplo 200kg de tomates
o 160kg de patatas, en el mismo periodo de tiempo.
Una gran parte de las tierras agrícolas (67% es la media
mundial) se destina para pastos y piensos para el ganado.
La gran cantidad de tierras necesarias para producir carne
también daña las selvas tropicales de América central han
sido taladas o quemadas en los últimos 40 años,
principalmente para obtener terrenos para pasto y para
cultivar forraje.
La unión europea importó 1.5 millones de toneladas de carne
en 2004. Más de 1/3 procedía de Brasil.
Como actividad:
La agricultura es también una fuente de contaminación del
aire. Es la fuente antropogénica dominante de amoníaco. El
ganado representa aproximadamente el 40% de las emisiones
globales, los fertilizantes minerales el 16% y la combustión de
biomasa y residuos de cultivos el 18% aproximadamente.
Insecticidas, herbicidas, fungicidas y plaguicidas utilizados
para aumentar la producción, reducen la biodiversidad, ya
que destruyen hierbas e insectos y con ellos las especies que
sirven de alimento para pájaros y otros animales.
Afecta a su propio futuro a través de la degradación de la
tierra, la salinización, el exceso de extracción de agua y la
reducción de la diversidad genética agropecuaria. Sin
embargo, las consecuencias a largo plazo de estos procesos
son difíciles de cuantificar.
5. Deforestacion de la selva amazónica:
Los bosques juegan un papel vial para estabilizar el clima mundial
porque almacenan grandes cantidades de carbono, que de lo contrario
contribuirían al cambio climático.
El sector ganadero del Amazonas brasileño es el mayor facto de
deforestación del mundo, responsable de la perdida de 1 acre cada 8
segundos. Según el gobierno brasileño, el ganado es responsable de
alrededor del 80% de toda la deforestación en la región amazónica.
Las subvenciones del gobierno fomentan este desastre ecológico.
Las exportaciones y el comercio a través de multinacionales hacen subir
la demanda de carne y cuero de todo el mundo.
Los esfuerzos para frenar las emisiones por deforestación global deben
abordar este sector.