El estudio comparó un grupo de 25 personas con problemas de audición con un grupo sin problemas, evaluando su comportamiento en reclusión y restricción. Los resultados mostraron que las personas con problemas auditivos tenían más incidentes de reclusión y restricción que las personas sin problemas. El estudio concluye que los pacientes con problemas de audición tienden a ser más reservados y menos receptivos.