1. Tema 8.-
EL SECTOR INDUSTRIAL
1.- Delimitación y Clasificación
2.- Evolución del Sector Industrial Español.
3.- Industria y Tecnología.
4.- La Política Industrial en el Marco de la UE.
5.- El Problema de la Dependencia Energética.
2. 1.- Delimitación y Clasificación.
Actividades industriales: aquéllas que tienen por objeto la
transformación de materias primas, mediante sucesivas fases,
por medio de procedimientos físicos y/o químicos.
El Sistema Europeo de Cuentas Integradas (SEC) restringe la
industria a las manufacturas en sentido amplio: incluyendo
las industrias extractivas no energéticas (extracción de
minerales metálicos y no metálicos no destinados a la energía),
excluyendo la producción de energía y la construcción.
Las manufacturas forman un conjunto amplio de actividades.
Las agrupaciones más habituales para su estudio son dos:
1.- desde la óptica de la demanda, que clasifica las
actividades industriales en función del dinamismo de los
mercados.
2.- desde la perspectiva de la oferta, que clasifica tales
actividades en función de la dotación de factores
productivos y su incidencia sobre la productividad y la
competitividad.
3. 1.- Delimitación y Clasificación.
Demanda: puede distinguirse, siguiendo el criterio de la Comisión de
la U.E., entre actividades industriales de demanda fuerte, de demanda
media y de demanda débil. La inclusión de una actividad industrial en
alguna de estas categorías se realiza en función de la elasticidad/
renta de su demanda, o de algún cálculo aproximado de ella.
A) Industrias de demanda fuerte: actividades industriales de
demanda más reciente (aeroespacial, electrónica y ordenadores,
instrumentos de precisión, productos farmacéuticos, etc.).
B) Industrias de demanda media: industria química, industria del
caucho y del plástico, fabricación de maquinaria mecánica y
fabricación de material de transporte.
C) Industrias de demanda débil: ramas industriales más clásicas,
como la industria metálica básica, la de fabricación de productos
metálicos, la de extracción y transformación de minerales no
metálicos, la industria relacionada con la alimentación, la industria
del papel, la relacionada con el textil y la confección, la industria
de la madera y otras manufacturas.
4. 1.- Delimitación y Clasificación.
Oferta:, destaca la clasificación de la OCDE que distingue entre
actividades industriales de intensidad tecnológica alta, media y baja.
Tal clasificación destaca, sobre los demás factores productivos, el
esfuerzo tecnológico destinado a obtener nuevos y diferentes
productos, así como procesos productivos más eficientes.
Entre ambas clasificaciones existen importantes coincidencias entre
el grado de dinamismo del mercado y la necesidad del esfuerzo
tecnológico, ya que éste es mayor allí donde hay más posibilidades
de crear productos nuevos, y la novedad del producto es indicativa de
mayores perspectivas de expansión del mercado.
Ello permite combinar ambas clasificaciones, distinguiendo entre
1.- actividades industriales de demanda fuerte y contenido
tecnológico alto (avanzadas);
2.- actividades industriales de demanda media y contenido
tecnológico medio (intermedias);
3.- actividades industriales de demanda débil y contenido
tecnológico bajo (tradicionales).
5. 1.- Delimitación y Clasificación.
Otra clasificación: muy similar a la anterior, combina también
criterios de demanda y de oferta, y que distingue entre
industrias productoras de bienes de capital o de equipo, de bienes
intermedios y de bienes de consumo.
Esta clasificación presta más atención a los aspectos del
crecimiento y del desarrollo. Así, la industrialización presenta
varias etapas:
A) Inicial: con la implantación de las industrias productoras de
bienes de consumo, bienes a los que se dirige en primer lugar
la demanda y cuyos procesos productivos son más simples,
requiriendo una menor dimensión industrial y un menor
esfuerzo tecnológico;
B) Intermedia: con la producción industrial ampliada hacia los
bienes intermedios, que precisan una mayor dimensión
empresarial y más tecnología de producción
C) Avanzada: con un sector industrial maduro dirigiéndose hacia
la producción de bienes de equipo, que usan intensivamente
los conocimientos tecnológicos
6. 2.- Evolución del Sector Industrial Español.
El período 1960- 2000 presenta dos grandes etapas, bien diferenciadas, en
cuanto a la contribución de la industria al crecimiento económico se refiere.
1.- Hasta mediados de los 70, en la que el sector industrial es el motor del
desarrollo económico, tanto desde el punto de vista del PIB, como del
empleo. El impulso industrializador de este período cambió la estructura, la
organización y las características de la industria española, permitiendo un
sustancial aumento de la productividad que facilitó la convergencia económica
entre España y los restantes países comunitarios.
El desarrollo de la industria española de los años 60 y 70 se basó en una fuerte
protección frente a la competencia exterior, haciéndose muy dependiente de la
demanda interna, lo que explica el mal comportamiento del sector durante la
fase más aguda de la crisis económica.
Una buena medida de esta fuerte protección frente al exterior se pone de
manifiesto al analizar el grado de apertura exterior del sector industrial
(manufacturas), que era del 21 por 100 en 1975 (X = 8 por 100; M = 13 por
100), esto es, 4 puntos inferior al grado de apertura del conjunto de la actividad
económica.
7. 2.- Evolución del Sector Industrial Español.
2.- Los años transcurridos desde 1973 , en la que el papel de la industria como
motor del crecimiento disminuye sensiblemente, teniendo lugar una
disminución apreciable del peso del sector tanto en la producción total, como
en el empleo. A ello contribuyó, en buena medida, la crisis económica.
la crisis económica afectó muy negativamente al sector industrial, cuyo ritmo
de crecimiento es inferior al del conjunto de la actividad económica durante
prácticamente los diez años que dura aquélla.
La crisis va a suponer un incentivo para la apertura exterior de nuestra
industria, que va a buscar en la demanda externa una alternativa a la fuerte
caída de la demanda interior. Este proceso de apertura exterior conduce a que,
en 1985, el grado de apertura exterior del sector industrial (manufacturas)
se sitúe en torno al 35 por 100, esto es, casi 15 puntos más que en 1975.
Tras la crisis, el sector industrial español ha venido contribuyendo
positivamente al crecimiento del PIB, pero ha sido incapaz de recuperar el nivel
de empleo del año 1975. Este proceso de apertura exterior se vio nuevamente
incentivado tras la adhesión de España a la CEE, de manera que, en 1994, el
grado de apertura exterior del sector industrial español (manufacturas)
alcanza casi el 70 por 100 (X = 33 por 100; M = 37 por 100), lo que denota el
fuerte cambio experimentado en la industria española durante los últimos 20
años.
8. 2.- Evolución del Sector Industrial Español.
Algunos autores se refieren a este proceso como el proceso de
“desindustrialización” de la economía española, similar al
seguido en otros países desarrollados. Sin embargo, si atendemos
a su participación en el PIB, el sector se ha mantenido constante
en los últimos decenios, sin que se pueda hablar de proceso
alguno de desindustrialización.
La industria española parece poseer una no despreciable
capacidad competitiva: aumento incesante del sector industrial
español no sólo en el VAB industrial de la UE, sino también en el
conjunto de las exportaciones industriales de la Unión y del
conjunto de la OCDE:
1.- valor añadido generado por la industria en nuestro país ha
pasado de representar el 5,1% (1966) del valor añadido
industrial de la UE, a suponer el 9,4% (1999).
2.- exportaciones industriales, nuestro país ha pasado de
representar el 1,6% (1966) del total de exportaciones
industriales de la UE, a representar el 5,9% (1999).
9. 2.- Evolución del Sector Industrial Español.
Resultado de este proceso: un cambio en la estructura interna
del sector industrial español (manufacturas): se observa el menor
peso en el conjunto de la actividad industrial de las ramas
industriales tradicionales (de demanda débil), en beneficio de las
ramas industriales intermedias (de demanda media) y avanzadas
(de demanda fuerte), lo que es muestra de la mayor madurez del
sector.
Todo lo cual no puede obviar los principales puntos débiles de
la industria española. A saber:
1) Que estamos apostando por una estrategia de costes, en
contra de la innovación, la calidad, el diseño, el márketing, etc.
2) Que los líderes de los sectores industriales en los que estamos
más especializados y disponemos de claras ventajas (industria
agroalimentaria, bebidas y tabaco, o vehículos) son empresas
multinacionales cuya inteligencia y base de operaciones está
fuera de España.
10. 3.- Industria y Tecnología.
El crecimiento económico encuentra uno de sus fundamentos más relevantes
en la tecnología y, más concretamente, en el denominado cambio
tecnológico. Existe una relación directa entre progreso técnico y crecimiento
económico; en España y en otros países, una parte importante del aumento
de la productividad del trabajo viene por esta causa.
En el caso español se estima que aproximadamente dos terceras partes del
aumento de la productividad se explican por la mejora de la eficiencia de los
procesos productivos, mejora posibilitada por los cambios tecnológicos.
Tradicionalmente el cambio tecnológico se ha asociado con el sector
industrial, dado que ha sido éste quien ha hecho un uso más intensivo de las
innovaciones tecnológicas. De ahí la relación entre industria y tecnología.
Tecnología: conjunto de conocimientos, teóricos y empíricos, que se
contienen en los equipos, métodos, procedimientos, organización y, en
general, el “conocimiento” de las empresas e instituciones, que se utiliza en
las actividades de producción de bienes y servicios. Esta tecnología puede
ser:
1.- incorporada en los bienes de producción.
2.- desincorporado, como diseño de los productos, patentes, etc.
11. 3.- Industria y Tecnología.
Innovaciones: nuevos descubrimientos o en avances tecnológicos que afectan
a los procesos de producción o a los productos, como consecuencia de los
cambios y transformaciones que experimenta la tecnología a lo largo del
tiempo.Estos fenómenos se designan con el concepto de innovación
tecnológica pudiendo ser:
1.- radical (cuando aparece un producto o un proceso hasta entonces inédito).
2.- incremental (cuando consiste en un cambio que mejora un producto o un
proceso ya conocido).
La innovación requiere la realización de un esfuerzo de aprendizaje por parte de
las empresas. Dicho esfuerzo puede adoptar distintas formas, siendo las más
importantes las actividades de investigación y desarrollo (I+D), de diseño
industrial, de ingeniería de producción, etc.. Esto explica que la innovación tenga
un carácter acumulativo, lo que supone que las posibilidades futuras dependen,
en buena medida, de los logros pasados.
Sistema Nacional de Innovación (SNI): conjunto de instituciones que realizan
actividades de desarrollo tecnológico en país determinado. En general, ningún
SNI es capaz de generar la totalidad de las tecnologías que requiere el sistema
productivo del país, por lo que, dependiendo de su fortaleza tecnológica, todos
los países recurren, en mayor o menor medida, a la importación de tecnología.
12. 3.- Industria y Tecnología.
La importación de tecnología adopta tres modalidades:
a) Puede encontrarse incorporada en los bienes de equipo o en los inputs intermedios
que se adquieren del exterior.
b) Puede venir asociada a las inversiones que realizan las empresas extrajeras.
c) Puede tener también un carácter inmaterial y concretarse en formas desincorporadas
como las licencias de uso de patentes foráneas o la asistencia técnica externa.
En España, la importación de tecnología ha sido crucial para configurar la dotación
disponible de capital tecnológico, al ser un país que tradicionalmente ha dependido de las
importaciones de bienes de equipo; su proceso de industrialización se ha vinculado
estrechamente a dichas importaciones, al relacionarse estrechamente con la inversión. La
importancia relativa de las importaciones de bienes de equipo en 1980. suponían
aproximadamente un tercio del mercado interno; en 1985 habían ascendido al 50 por 100;
y a finales de los 90 alcanzaban las tres cuartas partes.
La importación de tecnología desincorporada, bajo la forma de licencias por el uso de
patentes o de asistencia técnica prestada por empresas extranjeras, según datos de la
balanza de pagos tecnológica muestran que, históricamente, los pagos al exterior han
sido muy superiores a los ingresos, lo que constituye un problema relevante para el
equilibrio externo de la economía española.
13. 4.- La política Industrial en el Marco de la UE.
LA POLITICA INDUSTRIAL DE LA UE
El Tratado de la CEE (1957), no confiere a la Comunidad competencia alguna sobre el
sector industrial; el desarrollo de la industria europea fue concebido como una lógica
consecuencia de la construcción del Mercado Común, mediante el desarrollo de las cuatro
libertades esenciales: mercancías, capital, trabajo y servicios.
Acta Única Europea: en el nuevo artículo 130.F prevé la creación de una política de
Investigación y Desarrollo (I+D) como medio de incrementar la competitividad de la industria
europea, y en el artículo 8.A establece el inicio del mercado único interior en fecha 1º de
enero de 1993.
Tratado de la Unión Europea: incluye en su artículo 3 el fortalecimiento de la competitividad
de la industria comunitaria y, para ello, su artículo 130 prevé que la Comunidad y sus Estados
asegurarán la existencia de las condiciones necesarias para que pueda llevarse a cabo esa
competitividad en un mercado abierto, encaminando su acción a:
*Acelerar la adaptación de la industria a los cambios estructurales.
*Fomentar un entorno favorable a las iniciativas y al desarrollo de las empresas,
especialmente las pequeñas y medianas empresas.
*Fomentar un entorno favorable a la cooperación entre empresas.
*Favorecer un mejor aprovechamiento del potencial industrial de las políticas de innovación,
investigación y desarrollo tecnológico.
la política industrial de la UE se concreta, por una parte, en el mantenimiento de un
mercado abierto y competitivo, y, por otra, en el apoyo público a todas aquellas medidas que
contribuyan a estimular y mejorar esa competitividad, bien sean de carácter jurídico, técnico o
financiero.
14. 4.- La política Industrial en el Marco de la UE.
LA POLITICA INDUSTRIAL ESPAÑOLA EN EL MARCO DE LA UE
La apertura al exterior de la industria española , con la adhesión de España a la CEE, habría
requerido una política industrial nacional activa, capaz de informar y orientar al empresariado, acerca
de los retos que el mercado único iba suponer. la política industrial que prevaleció en la segunda mitad
de los años 80 fue de marcada orientación liberal, preocupada más por el fomento de la
competencia en los mercados, por el control de los salarios, así como por atraer inversiones
extranjeras que por el fomento de la competencia en el sector servicios y por el desarrollo
tecnológico propio,
A partir de 1990 se ha producido un replanteamiento de la actuación pública. Se han
establecido programas de ayuda a pequeñas y medianas empresas, tratando de coordinar los
esfuerzos en esta materia de los gobiernos regionales y el gobierno central. La industria española en
el último decenio hace dudar sobre su capacidad de crecer de forma sostenida en los próximos años,
pudiéndose mencionar a este respecto:
a) La existencia de problemas de competitividad. Falta de competitividad que se
manifiesta en los abultados déficit comerciales de la mayoría de las ramas industriales; en la
pérdida de cuota de producción en el abastecimiento de la demanda interna; y en el
estancamiento, perceptible en los últimos cinco años, de la participación del VAB español en el
del conjunto de los países de la UE.
b) El bajo nivel de productividad de nuestra industria con relación a la media de la
UE, que cabe atribuir a la impotencia de las empresas para generar tecnología y otros activos
intangibles que, además de mejorar la eficiencia productiva, permitan a las empresas
españolas avanzar por la vía de la internacionalización.
15. 4.- La política Industrial en el Marco de la UE.
LA POLITICA INDUSTRIAL ESPAÑOLA EN EL MARCO DE LA UE
La industria española continúa estando sometida a transformaciones
profundas en su entorno competitivo, como consecuencia, básicamente,
de tres tipos de acontecimientos:
1.- En primer término, por la difusión de innovaciones técnicas
radicales, registradas principalmente en las áreas de la
información y de las telecomunicaciones.
2.- En segundo lugar, y sobre la base de lo anterior, por la profusión
de las estrategias de internacionalización de las actividades
productivas, mediante la segmentación y la localización en
distintos países de las diferentes fases del proceso productivo, a
fin de aprovechar las ventajas comparativas de cada ubicación.
3.- Finalmente, por la intensificación de los procesos de integración
económica entre países, procesos éstos que, a su vez, están
contribuyendo todavía más a acentuar las tendencias a la
globalización de las estrategias empresariales.
16. 5.- El Problema de la Dependencia Energética.
El sector energético, incluido tradicionalmente dentro de las actividades industriales,
presenta una serie de características determinadas: estrecha relación con el proceso de
industrialización, reconocido carácter estratégico, fuerte regulación pública, etc.
Uno de los problemas más importantes del sector industrial, por la repercusión que
puede tener sobre el resto de la actividad económica, es el problema de la
dependencia energética.
Distinción entre fuentes primarias y fuentes secundarias:
1.- fuentes primarias, básicamente, carbón, petróleo y gas (hidrocarburos), hidráulica y
nuclear. Las tres primeras se aplican a ciertos usos directos (domésticos,
industriales o de transporte) o bien se queman en centrales térmicas.
2.- fuente secundaria, la electricidad, que se obtiene en centrales térmicas de
hidrocarburos nuclear, o en otras como las hidroeléctricas, las eólicas, las solares,
etc.
Balance energético: documento donde aparecen, por fuentes energéticas, las cifras de
producción y de consumo, y, por saldo entre ellas, el grado de autoabastecimiento o su
contrario, esto es, el grado de dependencia energética. Es el modo más habitual de
presentar la estructura del sector y de examinar su evolución. Las cifras que aparecen
en los balances energéticos se obtienen aplicando unos factores de conversión entre
las distintas fuentes de energía, con el objeto de reducirlas a una unidad de medida
común, ya sean TEPs (Toneladas Equivalentes de Petróleo) o TECs (Toneladas
Equivalentes de Carbón).
17. 5.- El Problema de la Dependencia Energética.
Balance energético español: el grado de autoabastecimiento
español en materia energética del país era, en dicho año,
ligeramente superior al 25 por 100 de las necesidades de energía
primaria, porcentaje muy inferior al que presentan actualmente los
países de la UE (con una media cercana al 50 por 100) y de la
OCDE (sobre el 75 por 100).
El grado de dependencia energética española era, en dicho año,
del 74,4 por 100 de la energía primaria consumida, dependencia
que resulta especialmente alarmante en materia de
hidrocarburos: 99,5 por 100 en el caso del petróleo y del 99,1 por
100 en el del gas natural.
El problema se agudiza, además, como consecuencia de la
concentración de las fuentes de suministro en ambas clases de
productos. Así, cerca de las tres cuartas partes de los suministros
de crudos proceden de media docena de países, repartidos en
cuatro continentes, mientras que en el caso del gas natural casi
dos terceras partes proceden de un solo país, Argelia.