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TEMA 4. LOS GRUPOS Y LAS REUNIONES DE TRABAJO
4.1. Los grupos y los equipos de trabajo
4.1.1. Tipos de grupos
4.1.2. Etapas en el desarrollo de los grupos
4.1.3. Cohesión y eficacia de los equipos de trabajo
4.2. Roles en los grupos
4.3. Dirección y liderazgo
4.4. Técnicas de dinámica de grupos
4.5. Las reuniones de trabajo
4.5.1. Tipos de reuniones
4.5.2. Los participantes en una reunión
4.5.3. Organización de una reunión
4.1. LOS GRUPOS Y LOS EQUIPOS DE TRABAJO
Las personas somos seres sociales por naturaleza, es decir, vivimos y nos
relacionamos formando parte de diferentes grupos. El primer grupo al que
pertenecemos es la familia. Posteriormente surgen otros grupos que
responden a distintas necesidades: compañeros de clase, pandilla,
comunidad de vecinos, clubes deportivos…
Podemos definir un GRUPO como un conjunto de personas que
interactúan entre sí, se organizan o estructuran de una determinada
forma para alcanzar sus objetivos y tienen una percepción colectiva de
unidad. De este modo, no todo conjunto de personas puede considerarse
un grupo. Por ejemplo, una cola ante la caja de un banco no constituye un
grupo porque no cumple las características antes mencionadas
(interacción, estructura y percepción de unidad), pero un conjunto de
personas afectadas por la mala gestión de un banco que se unen para
protestar sí se trata de un grupo (interactúan unos con otros, se organizan
para conseguir sus objetivos y poseen percepción de unidad).
En el ámbito laboral se habla de grupos y equipos de trabajo; aunque
ambos términos se usan muchas veces como sinónimos, existen ciertas
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diferencias entre el concepto de “grupo” y el concepto de “equipo”. Un
EQUIPO es un grupo de personas que realizan un esfuerzo conjunto de
forma coordinada. Todos los equipos son grupos, pero no todos los
grupos son equipos. Podríamos decir que un equipo es un grupo
“mejorado” (ver cuadro). Por ejemplo, los profesores que dan clase en un
mismo ciclo forman un grupo de trabajo en las sesiones de evaluación, ya
que cada uno toma las decisiones de su propio módulo; sin embargo, ante
los problemas de aprendizaje de un alumno, se forma un equipo de
trabajo en el que están integrados los profesores, el orientador y el jefe de
estudios para acordar entre todos cómo abordar esa situación.
En un GRUPO DE TRABAJO: En un EQUIPO DE TRABAJO:
•Cada persona sigue su propio
método de trabajo.
•La responsabilidad es individual:
cada miembro responde de sus
actuaciones.
•El resultado es la suma de las
contribuciones individuales.
• Las personas comparten un
método de trabajo.
• La responsabilidad es colectiva:
cada miembro responde del
conjunto del trabajo realizado.
• El resultado es superior a la suma
de las aportaciones individuales
(sinergia).
4.1.1. Tipos de grupos
En el ámbito laboral hay dos grandes tipos de grupos según su nivel de
formalidad:
• Grupos formales. Se crean siguiendo una planificación racional con
el fin de alcanzar determinados objetivos de la organización.
Ejemplo: los departamentos o secciones de una empresa.
• Grupos informales. Surgen de forma espontánea para satisfacer las
necesidades personales y sociales de sus miembros. Ejemplo:
grupos de empleados que se reúnen en sus ratos libres.
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A su vez, los grupos formales se pueden clasificar en dos subtipos según su
dimensión temporal:
• Grupos temporales. Su duración es limitada; se crean para lograr un
objetivo específico y se disuelven al terminar su cometido. Ejemplo:
un equipo de trabajo que se crea para organizar unas jornadas de
formación.
• Grupos permanentes. Su duración es indefinida; se crean para
trabajar de forma estable sin prever su disolución. Ejemplo: un
grupo de trabajadores permanentes de una fábrica.
4.1.2. Etapas en el desarrollo de los grupos
Aunque cada grupo es diferente, la vida de un grupo suele seguir un
proceso cíclico que pasa por varias etapas:
• Etapa de formación. Cuando un grupo se forma, sus miembros
pasan por una primera etapa de incertidumbre en la que es preciso
favorecer el contacto mutuo y clarificar qué se espera de ellos.
• Etapa de conflicto. Una vez superada la fase inicial, se hacen
palpables las diferencias entre los miembros del grupo y surgen los
desacuerdos y rivalidades, que habrá que resolver para facilitar la
buena marcha del grupo.
• Etapa de normalización. A medida que el grupo empieza a
funcionar satisfactoriamente, van desapareciendo los sentimientos
de descontento y van aumentando los de integración; esta mayor
cohesión grupal permite que mejore la productividad.
• Etapa de producción. El grupo se desenvuelve de forma autónoma y
productiva; ésta es la fase de mayor rendimiento del grupo.
• Etapa de terminación. Una vez alcanzados los objetivos, el grupo se
disuelve (si se trata de un grupo temporal); sus miembros deben
prepararse entonces para tomar su propio camino o bien plantear
nuevos proyectos si quieren continuar como grupo.
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4.1.3. Cohesión grupal y eficacia de los equipos de trabajo
Los grupos, a través de las interacciones entre sus componentes, van
construyendo una cultura común y fortaleciendo los vínculos entre las
personas que los forman. Se denomina COHESIÓN GRUPAL al sentimiento
de unión de un grupo. La cohesión es muy positiva porque contribuye a
que el grupo sea eficaz, ya que facilita la cooperación entre sus
integrantes. Por el contrario, la falta de cohesión puede comprometer la
eficacia de un grupo.
Aunque trabajar en equipo de forma eficaz puede ser complicado y
requiere que todas las personas pongan mucho de su parte, las VENTAJAS
DEL TRABAJO EN EQUIPO frente al trabajo individual son evidentes:
• Mejora la calidad del trabajo, ya que se integran los conocimientos,
habilidades y experiencia de distintas personas.
• Se facilita la toma de decisiones y la resolución de problemas al
contar con diversos puntos de vista.
• Aumenta la creatividad debido a la mayor capacidad de generar
ideas entre varias personas.
• Se da un aprendizaje continuo gracias a la posibilidad de
intercambiar conocimientos y opiniones.
• Aumenta la tolerancia y flexibilidad de los individuos debido a la
necesidad de escuchar a otras personas y pactar con ellas.
• Incrementa la motivación, ya que se satisfacen las necesidades
personales y sociales de los individuos.
• Se reduce la inseguridad por contar con el respaldo de otros
profesionales y compartir con ellos la responsabilidad de los
resultados obtenidos.
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4.2. ROLES EN LOS GRUPOS
Cada individuo asume un determinado rol en el grupo. El ROL es el papel
que desempeña cada miembro dentro del grupo; este papel es muy
importante, ya que es lo que explica que cada persona integrada en un
grupo adopte unas determinadas conductas y ocupe una determinada
posición. El rol que desempeña una persona en un grupo puede ser
elegido libremente o no y depende tanto de las características de esa
persona como de lo que los demás esperan de ella.
Los roles pueden clasificarse en dos grandes categorías según su efecto
sobre el grupo:
• Roles positivos o facilitadores. Su influencia sobre el grupo es
beneficiosa; pueden ser tanto roles de tarea (orientados a
conseguir los objetivos del grupo) como roles socioemocionales
(orientados a favorecer las relaciones positivas entre los miembros
del grupo).
• Roles negativos u obstaculizadores. Dificultan el desarrollo del
grupo; se trata de roles individuales (orientados hacia la propia
satisfacción sin tener en cuenta los objetivos ni las necesidades del
grupo).
En el cuadro se exponen algunos de los roles positivos y negativos más
comunes en los grupos. Hay que tener en cuenta que una persona puede
asumir varios roles a la vez en un mismo grupo y asumir distintos roles en
distintos grupos, así como cambiar de rol a lo largo del tiempo.
Roles positivos Roles negativos
•El iniciador: toma la iniciativa,
propone ideas y procedimientos.
• El investigador: recoge y ofrece
información.
•El compendiador: reúne las ideas
expuestas y sintetiza.
•El dominador: trata de imponer
sus ideas y manipula.
•El opositor: se opone a todo por
sistema.
•El agresor: critica y censura a los
demás.
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•El alentador: anima, apoya y
comprende a los demás.
•El conciliador: alivia las tensiones,
busca puntos en común, bromea.
•El seguidor: acepta las propuestas
de los demás y colabora.
•El sumiso: se somete al grupo y se
convierte en objeto de burlas.
•El buscador de reconocimiento:
trata de llamar la atención.
•El indiferente: se desentiende y
no se implica.
4.3. DIRECCIÓN Y LIDERAZGO
Los términos “dirección” y “liderazgo” se emplean a veces
indistintamente; sin embargo, existen algunas diferencias entre ambos.
Mientras que la DIRECCIÓN puede definirse como el proceso de gestión
que llevan a cabo los responsables de una organización para alcanzar los
objetivos que se han propuesto, el LIDERAZGO se entiende como la
capacidad de influir sobre otras personas con un determinado fin. En
otras palabras, la dirección se refiere al poder que ejerce una persona por
el cargo que ocupa (por ejemplo, una persona que es nombrada director
general en una empresa); en cambio, el liderazgo hace alusión al poder
que ejerce una persona por las cualidades que posee o las conductas que
realiza (por ejemplo, una persona con carisma que consigue que otras
personas la sigan). Desde esta perspectiva, por lo tanto, sería deseable
que todos los directivos fuesen considerados líderes por sus subordinados.
Tradicionalmente se ha establecido una distinción entre tres ESTILOS DE
LIDERAZGO:
• Liderazgo autoritario. El líder impone su criterio sin consultar a sus
subordinados y exige obediencia. Las consecuencias de este estilo
de liderazgo son un clima negativo, baja satisfacción y un
rendimiento alto cuando el líder está presente pero bajo cuando
está ausente.
• Liderazgo democrático. El líder favorece la participación grupal y
trata de llegar a acuerdos con sus subordinados. Las consecuencias
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son un clima agradable, elevada satisfacción y un funcionamiento
productivo relativamente autónomo.
• Liderazgo permisivo (“laissez-faire”). El líder (que no es un
auténtico líder) cede todo el control al grupo y apenas interviene.
Las consecuencias son un clima caótico, baja satisfacción y baja
productividad.
4.4. TÉCNICAS DE DINÁMICA DE GRUPOS
La dinámica de grupos es una disciplina que trata de explicar por qué los
grupos se comportan de la forma en que lo hacen. Esta disciplina ha dado
lugar a una serie de procedimientos para intervenir con los grupos: las
TÉCNICAS DE DINÁMICA DE GRUPOS, que pueden definirse como un
conjunto de medios para estimular la acción y el funcionamiento grupal.
Hay que tener en cuenta que las técnicas de dinámica de grupos no son un
fin en sí mismas, sino un instrumento para conseguir un fin. Por ello, como
instrumentos que son, hay que saber utilizarlas en función de los objetivos
que se persiguen y las características del grupo y de la situación.
Algunas de las técnicas de dinámica de grupos más aplicadas en equipos
de trabajo son las siguientes:
• Técnicas de presentación. Se utilizan para romper el hielo y facilitar
un primer acercamiento entre los miembros del grupo. Ejemplos:
dinámica de autopresentación (los participantes se colocan en
círculo y cada uno dice su nombre y algunos datos más que lo
identifiquen, como edad, estudios, aficiones…), dinámica de
presentación por parejas (se divide el grupo en parejas para que
intercambien información personal durante dos o tres minutos y
después cada persona presenta a la persona con la que estuvo
hablando al resto del grupo)…
• Dramatización o “role-playing”. Consiste en representar una
situación real o posible en la que los miembros del grupo asumen
los papeles de distintos personajes. La aplicación de esta técnica es
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útil para analizar algún hecho o tratar de resolver un problema, ya
que favorece la comprensión y vivencia de la situación representada
y permite conocer las opiniones y sentimientos de los demás.
Ejemplo: role-playing de inversión de roles en el que los jefes
representan el papel de los trabajadores ante un determinado
conflicto, y viceversa.
• Técnicas de discusión, análisis y toma de decisiones. Se utilizan
para intercambiar ideas y opiniones sobre un asunto con el fin de
llegar a unas conclusiones. Aquí se incluyen técnicas como el debate
(discusión en grupo sobre un tema), el Phillips 66 (discusión en
subgrupos de seis personas sobre un tema durante seis minutos), el
cuchicheo (diálogo en parejas sobre un tema) y el estudio de casos
(exposición de un caso real para que los participantes lo analicen y
busquen soluciones).
• Técnicas informativas o formativas. Se trata de técnicas cuya
finalidad es proporcionar información o formación a un grupo de
personas o auditorio sobre un tema determinado, generalmente a
través de la participación de expertos. Entre otras, se incluyen la
conferencia (charla de una persona experta sobre un tema), el
simposio (reunión de una serie de especialistas para exponer un
tema desde distintas perspectivas), la mesa redonda (reunión de
una serie de especialistas con opiniones divergentes sobre un tema
para intercambiar sus opiniones) y la entrevista colectiva
(realización de preguntas a un especialista a través de varios
entrevistadores).
• Técnicas creativas. Persiguen estimular la participación del grupo
para obtener ideas originales o novedosas. La técnica creativa más
empleada es la tormenta de ideas o “brainstorming”, que consiste
en la generación de ideas en torno a un tema por parte de todas las
personas de un grupo con absoluta libertad y espontaneidad. El
principio que subyace a esta técnica es que “la cantidad es calidad”,
ya que en un primer momento se persigue que los miembros del
grupo aporten tantas ideas como sea posible (sin ejercer ninguna
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forma de crítica o autocrítica) y solo posteriormente se seleccionan
las mejores ideas.
4.5. LAS REUNIONES DE TRABAJO
Todos hemos participado alguna vez en reuniones de las más diversa
índole: de amigos, de clase, de la comunidad de vecinos…
Una REUNIÓN puede definirse como una actividad en la que un grupo de
personas tratan uno o más temas, en un tiempo y espacio determinados,
para conseguir unas metas. En el ámbito laboral las reuniones son el
medio habitual de trabajo de cualquier equipo.
Aunque los objetivos de una reunión pueden ser muy variados, toda
reunión requiere un objetivo específico. Convocar una reunión sin un
objetivo claramente definido supone una pérdida de tiempo y genera un
efecto muy negativo en los asistentes.
4.5.1. Tipos de reuniones
En función de los objetivos que se persiguen, las reuniones en el ámbito
laboral pueden ser de los siguientes tipos:
• Reuniones informativas. Su objetivo es trasmitir o recibir
información. La información puede ser descendente (de los
superiores hacia los subordinados), ascendente (de los
subordinados hacia los superiores) u horizontal (entre personas del
mismo nivel jerárquico).
• Reuniones formativas. Pretenden mejorar la capacitación de las
personas que forman el equipo.
• Reuniones de toma de decisiones. Tienen como objetivo analizar
distintas alternativas de actuación para elegir la más adecuada.
• Reuniones de resolución de conflictos. Persiguen buscar soluciones
a un conflicto dentro del equipo de trabajo.
• Reuniones creativas. Su finalidad es generar nuevas ideas.
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4.5.2. Los participantes en una reunión
Podemos distinguir dos tipos de participantes en una reunión:
• El moderador. Es la persona encargada de dirigir y coordinar la
reunión. Puede ser el jefe del equipo, el convocante o cualquier otra
persona delegada por el responsable. Sus principales funciones son
fijar el tema o temas que se van a tratar, establecer las normas,
moderar la discusión, fomentar la participación en un clima de
cordialidad, y sintetizar los puntos principales y los acuerdos o
compromisos alcanzados.
• El resto de los asistentes. Son las demás personas que han sido
convocadas a la reunión. Es fundamental contar con aquellas
personas que realmente pueden aportar algo con su presencia o
necesitan la información que se va a proporcionar. Las funciones de
los asistentes son implicarse activamente y de forma constructiva,
escuchar y respetar las opiniones de los demás, y cumplir las
normas establecidas por el moderador.
4.5.3. Organización de una reunión
Toda reunión debe ser organizada cuidadosamente. Esta organización
comprende tres fases de desarrollo que se corresponden con el “antes”, el
“durante” y el “después” de su celebración, respectivamente.
• Preparación de la reunión (antes):
o Antes de convocar una reunión, es necesario asegurarse de
que es realmente necesaria y determinar cuáles son sus
objetivos.
o Si la reunión está justificada, entonces es el momento de fijar
qué temas se van a abordar, quién debe asistir, dónde se va a
celebrar, cuándo se va a realizar y qué recursos materiales
hacen falta para llevarla a cabo.
o Una vez aclarados esos puntos, es preciso informar a los
participantes de la existencia de la reunión y sus
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características mediante una convocatoria, por escrito, que
debe ser remitida con la suficiente antelación e incluir los
siguientes datos: convocante, fecha y hora, lugar, orden del
día (temas que se van a tratar) y cualquier otra información
que se estime necesaria.
• Desarrollo de la reunión (durante):
o En un primer momento conviene facilitar la acogida de los
asistentes, dejando que se saluden e intercambien algunos
comentarios intrascendentes, tras lo cual el moderador da
comienzo a la reunión recordando los objetivos y el orden del
día y explicando la metodología de trabajo.
o A continuación se tratan los temas marcados en el orden del
día. Los participantes intervienen y el moderador dirige la
discusión.
o Finalmente el moderador hace una síntesis de los aspectos
tratados y los acuerdos y conclusiones alcanzados, lo cual
deberá ser recogido en un acta.
• Evaluación de la reunión (después):
o Tras la celebración de la reunión, el moderador y/o el equipo
deben analizar si la reunión ha servido para alcanzar los
objetivos propuestos y si el clima en el que se ha
desarrollado ha sido el adecuado.
o Asimismo, es necesario llevar a cabo un seguimiento sobre el
grado de cumplimiento de los acuerdos adoptados.