El documento describe el narcoturismo, un tipo de turismo urbano en el que los visitantes pagan para conocer lugares relacionados con el narcotráfico como plantaciones de drogas y laboratorios clandestinos. Este turismo se realiza en pequeños grupos y con guías locales, exponiendo a los turistas a grandes peligros. Se diferencia del turismo convencional por su enfoque en actividades ilícitas y riesgosas en lugar de atracciones convencionales.