Todo empieza por creer en ti. (en situaciones de discapacidad).

Todo empieza
por creer en ti
(En situaciones
de discapacidad)

José María Olayo octubre 2011 olayo.blogspot.com

DEPORTE Y DISCAPACIDAD

Una conversación acerca de...

… las creencias, y la primera debe ser que
tu sí eres capaz, que te sientes con ganas
y confianza, y que con tus capacidades
puedes alcanzar los retos que te propongas.



Estás tan pendiente de tus dolencias,
carencias y adversidades que apenas
si dedicas un minuto a mirar en
el interior del capacho de tus
capacidades, virtudes y fortalezas...



… y así es imposible que valores todo lo
que tienes ya dentro de ti, esperando a que lo
utilices y lo pongas al servicio de tus propios
intereses, de tus expectativas y tus sueños.



Para creer en ti lo primero que tienes que
hacer es un inventario de tus fortalezas, de
todas tus capacidades y habilidades, muchas
de las cuales jamás has llegado a utilizar,
tan pendiente como estás de lo mal que te va...



...es así como te darás cuenta de todo
lo que eres capaz de hacer y sentir,
de la cantidad de afectos y experiencias
que te estás perdiendo por la escasa
valoración que tienes de ti mismo...



Ay, si supieras que dentro de ti
se esconde un auténtico arsenal
de recursos y habilidades listos para
utilizar y que te ayudarían a descubrir
que la realidad es mucho más rica
y atractiva de lo que crees...



… podrías ser y estar de otra manera,
ampliar los perímetros del verbo compartir,
conseguir sueños y aterrizarlos en la nueva
realidad que empiezas a descubrir...



… saberte capaz y más atrevido, perder
el miedo a los temores injustificados,
abandonar la senda de la búsqueda de
culpabilidades propias y ajenas,
recomponer el paisaje de la utopía...



… allí donde es más probable soportar la
pesada mochila de las dudas, intercambiar
miradas y afectos, abrazar cada beso,
rozar la piel de las buenas costumbres...



Si no crees en ti, no tienes futuro ni
presente, y el pasado sólo se alimenta
de sombras que no perseguían nada,
para sentirte totalmente aislado
incluso en compañía...



… si no crees en ti no eres nadie para
alguien y es muy difícil hacer que las cosas
sean posibles, que otros se interesen por
ti más que por tus desgracias y penalidades...



… que puedas afrontar los problemas
antes de que ellos te alcancen, huir
de los fantasmas que has ido creando
con el paso el tiempo y que son más
grandes que tu propia imaginación.



Creer en ti es fundamental para
crecer y alargar tus metas, alcanzar
nuevos sueños y estirar aún más el
hilo de la pasión hacia los demás...



… saborear el aroma de un beso, habitar el
territorio de las caricias para descubrir lo
importante que es prescindir de la sensación
de saberte rodeado solo de tu propia piel...



… y hurgar en el vértigo de cada emoción
compartida, el riesgo de la curiosidad por
saber que hay detrás de cada detrás nuevo...



… la constante libertad de hacer guiños
al optimismo y llegar a convencerte de
que eres más con los demás y que los
demás son más más cuando están contigo.



Creer en ti es crecer en ti; elegir compromisos
cada vez más exigentes porque estás más
convencido de lograrlo y porque hay más
gente que está contigo compartiéndolo...



… es así como llegarás entender que la
vida es más ancha y mucho más apetecible;
que no todo es sufrimiento y que el dolor
tiene, también, sus perímetros y su tiempo...



… que necesitas visitar los rincones
de la rebeldía y sacudir en ellos la
pasión y la ternura, para traspasar
la frontera de tu propio talento,
abarcar más miradas y gestos...



… hacerte cómplice de las complicidades
ajenas, reconocer los rasgos de cada beso
y morirte en cada caricia, apretar cada
oportunidad y exprimir la ternura en
cada instante y con cada otro.



Creer en ti para poder cruzar la frontera
de la impotencia, encontrar atajos para
atreverte más y atreverte a más, recurrir
siempre a las mirada como mejor herramienta
para acrecentar el optimismo y el coraje ...



… echarle cara a la vida y a las costumbres,
tener tolerancia cero con el derrotismo y
reorientar el espejo de los miedos, ganar
influencia y fluir en los límites de la fantasía...



… coser las costuras de la ilusión con el
hilo que te prestan todos los que creen en
ti para aprovechar la sinergia de la seducción,
esa que te permite medir tus deseos y
valorar la cuenta corriente de tus logros.



Empezar por creer en ti es comenzar
a construir castillos en el aire, sin
dejar de poner los cimientos para
que se mantengan suspendidos
sobre los cimientos de tus creencias...



… poner las bases para incrementar la
confianza y la seguridad en ti mismo,
querer dejar de no vivir, ganar aprecio por
las cosas y personas que merecen la pena...



… ignorar los males venideros y los
pasados, aceptar las necesidades con
humildad y afrontarlas con decisión,
desordenar la rutina, mudar serenidad
por soledad, añorar el futuro que viene...



… abrirle la puerta a la esperanza,
saber que lo esencial en la vida no es
el éxito, sino esforzarse con conseguirlo.



Todo empieza por creer en ti mismo,
darte una oportunidad tras otra y
empezar siempre de nuevo si hace falta:
la vida es una secuencia de ensayo-error
y tienes que aprender tu mismo...



… nadie te va regalar nada, pero
alguien te va a dar lo que más necesitas:
afecto y apego; las personas todas nos
necesitamos y eso hace que la vida sea
un constante compromiso e intercambio...



… con los otros eres capaz de pasar de
víctima a luchador, abandonar las huidas
hacia atrás, descubrir que la verdadera
frontera la trae cada uno dentro y debe
abrirla para sí y para los demás...



...cambiar comprensión por compasión,
sonrisas por miedos,
seducción por sumisión,
pensar hacia delante y sonriendo ...



… saber perder para poder luego ganar,
entender que la peor derrota es el desaliento,
y el error más grande el abandono.



Tienes que creer en ti sin excusas ni
demoras: es el camino más directo
y seguro a la felicidad, ese territorio
que todos anhelamos y en el que
puedes mirarte en un espejo y
reconocerte como PERSONA.


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