La toxoplasmosis durante el embarazo puede transmitirse a través del consumo de alimentos o agua contaminados, manipulación de heces de gatos, o carne cruda e infectar al feto. El riesgo de infección congénita aumenta con la edad gestacional, siendo del 15% en el primer trimestre, 30% en el segundo y 60% en el tercero. El control de la enfermedad durante el embarazo incluye exámenes serológicos y tratamiento de la madre para prevenir la transmisión, así como el seguimiento del