Dinamarca es un país con una larga tradición de pactos políticos, sin mayorías absolutas desde 1909, lo que ha fomentado una cultura de negociación entre partidos. El artículo propone que España tome nota de este modelo danés para formar gobierno tras las elecciones, priorizando acuerdos sobre diferencias a través de concesiones y buscando intereses comunes por encima de los particulares. Expertos recomiendan centrarse en lo verdaderamente importante, ser fieles a principios pero flexibles, y negociar pensando a