3. Galerio
César
Constancio
César
El año 305 d.C.
Diocleciano
y Maximiano
renuncian
Los Césares vuelven
Augustos
Constancio
Augusto
Galerio
Augusto
Entran nuevos
Césares
En 306 muere Cons-
tancio y surgen 3
candidatos a
“Augusto”:
1. Su hijo:
Constantino
2. Severo II
3. Majencio
Hijo de
Maximiano
4. 310
Empiezan guerras de poderes
Majencio
Constantino
Maximino
Licinio
312 Constantino
Vence a Majencio
En Roma
“Batalla del Puente Milvio”
“¡En esto Vencerás!”
Casi al mismo tiempo
Licinio derrota a
Maximiano y celebra
una reconciliación con
Constantino
5. El puente Milvio
► Constantino ante el vacío de poder (312) disputa
el trono a Majencio conduciendo sus legiones
desde Inglaterra a las puertas de Roma. Se
detienen en el puente Milvio. La noche antes de la
batalla tiene un sueño. Ve una cruz y escucha
“Con esta señal vencerás”. Constantino, hizo
inscribir en el lábaro el monograma de Cristo.
► Vence a Majencio que huye y se ahoga en el
Tíber.
6. • Constantino esperaba que su adversario
permaneciera en la capital y se dispusiera a
resistir un asedio, una estrategia que este
emperador había empleado ya en dos ocasiones
durante las invasiones de Flavio Valerio
Severo(307) y Galerio (308); asimismo, la ciudad
contaba con una considerable reserva de
alimentos, por lo que rendirla por hambre
supondría prolongar el sitio demasiado tiempo,
poniendo a Constantino en una difícil situación.
Sorprendentemente, Majencio optó por salir de
Roma y enfrentarse a Constantino en batalla.
Las fuentes contemporáneas atribuyen esta
decisión a laintervención divina (Eusebio de
Cesárea y Lactancio) o a la superstición
(Zósimo)
7. ► Majencio ordenó levantar su campamento en frente del puente Milvio
La defensa de esta zona era imprescindible si Majencio pretendía
mantener a su rival alejado de Roma, donde el Senado se apresuraría a
votar entregar la ciudad a su adversario. Ya que había destruido parte
de la estructura del puente mientras se preparaba para resistir un
asedio en la capital, el emperador se vio forzado a reparar el puente y
a construir otro a fin de trasladar sus tropas al otro lado del Tíber.
Al día siguiente los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla, de la que
salió victorioso el emperador Constantino I. Reconocido como un hábil
comandante, forzó a las tropas de su rival a retirarse hacia el Tíber,
tras lo que Majencio ordenó volver a la capital decidido a resistir allí.
No obstante, la única vía de escape era cruzando el puente, donde los
hombres de Constantino infligieron enormes pérdidas a sus enemigos.
Mientras esto ocurría, se derrumbó el puente provisional creado al lado
del Milvio, a través del cual muchos soldados estaban tratando de
escapar. Muchos de los hombres que habían permanecido en las orillas
del Tíber fueron capturados o asesinados. El propio Majencio falleció
tras ahogarse en el río en un desesperado intento por escapar. Cuando
se encontró su cuerpo, Constantino ordenó que le precediera en su
entrada triunfal a la capital como prueba de que él era el único
soberano de Occidente.
8.
9. Y en el 313 publicó un edicto de tolerancia para los
cristianos e impuso la paz religiosa. Así terminaron
las crueles persecuciones. Es lo que se ha llamado el
Edicto de Milán, que reconocía plena libertad de culto
a todos los ciudadanos del imperio de cualquier
religión que fueran. Debían devolverse a los
cristianos los edificios confiscados. Prohibió que se
obligara a los cristianos a celebrar ritos paganos;
fomentó la conversión al cristianismo; defendió a los
esclavos y prohibió su matanza; prohibió el adulterio;
declaró que el día domingo fuera festivo para todo
efecto. Se hablaba así de la Iglesia constantiniana y
del imperio cristiano. Constantino construyó iglesias,
obsequió al Papa Silverio el palacio de Letrán y
levantó en el Vaticano una basílica en honor del
príncipe de los apóstoles. Restituyó, además, los
bienes eclesiásticos confiscados por sus antecesores.
10. El Edicto de Milán
El primer fruto de esta reconciliación fue
"Habiendo advertido hace ya mucho tiempo que no debe ser cohibida
la libertad de religión, sino que ha de permitirse al arbitrio y
libertad de cada cual se ejercite en las cosas divinas conforme al
parecer de su alma, hemos sancionado que, tanto todos los demás,
cuanto los cristianos, conserven la fe y observancia de su secta y
religión... que a los cristianos y a todos los demás se conceda libre
facultad de seguir la religión que a bien tengan; a fin de que quien-
quiera que fuere el numen divino y celestial pueda ser propicio
a nosotros y a todos los que viven bajo nuestro imperio.
11. • Así, pues, hemos
promulgado con saludable y
rectísimo criterio esta
nuestra voluntad, para que a
ninguno se niegue en
absoluto la licencia de seguir
o elegir la observancia y
religión cristiana.
• Antes bien sea lícitoa cada
uno dedicar su alma a
aquella religión que
estimare convenirle".
12. La reconciliación padeció altas y bajas
hasta que finalmente en el año 324
Constantino se apoderó de todo
el Emperio Romano derrotando a
Licinio en la Ciudad de Bizancio.