El documento habla sobre el concepto de "salario emocional", que se refiere a los beneficios no monetarios que las empresas ofrecen a los empleados para motivarlos y retener el talento. Estos beneficios pueden incluir un ambiente laboral agradable, comidas saludables, tiempo libre adicional y reconocimiento público. El documento también discute cómo la Generación Millennial valora más estos beneficios emocionales que las generaciones anteriores debido a sus objetivos de tener una mejor calidad de vida y equilibrio trabajo-vida personal.
El salario emocional, un factor clave para la motivación laboral
1. carta de la directora
FOTOS:JAVIERTOMÁSBIOSCA/D.R.
... y esta semana
os recomiendo
Un salario extra
El adjetivo ‘emocional’ está viviendo su momento de gloria. Hasta en el léxico
laboral, siempre tan desapasionado y aburrido, se ha convertido en palabra clave que
añade ese componente de afectividad que nos lleva a aceptar con buen talante la
cruda realidad. Por ejemplo, a sustantivos de significado tan nítido como salario, lo
emocional aporta un atractivo extra, un complemento determinante para aceptar y
mantenerse en el puesto de trabajo, o para retener el talento y aumentar la
productividad, según del lado que se mire. El salario emocional ya empieza a pesar
mucho y puede traducirse en apreciaciones subjetivas, tan amplias y dispares como
disfrutar de un clima laboral amable, menú bio en el comedor, 20 minutos de siesta
tras el almuerzo, el día libre por tu cumpleaños o el reconocimiento público de tu jefe
por una labor bien hecha. Todas estas producen satisfacción, pero además debería
haber medidas concretas que facilitaran la armonía entre la vida personal y
profesional. Vamos, suplir con tiempo libre lo que no se paga con dinero: teletrabajo,
más días de vacaciones, horarios abiertos, flexibilidad para coger las vacaciones…,
beneficios que parecían hasta ahora propios de empresas ligadas a las nuevas
tecnologías y la creatividad, pioneras en planes de recursos humanos más sensibles
con sus empleados, pero en las tradicionales tampoco hay marcha atrás, el salario
emocional entra en la negociación. Ahora, si además del importe de la nómina, al
llegar a casa sientes que no has recibido otra cosa, te falta una parte esencial de tu
paga: intangible, ni contante ni sonante, pero de mucho valor. Nunca suple la
insatisfacción de los que se sienten injustamente retribuidos, pero en la mayoría de
los casos, según los expertos, actúa como un factor motivador para tirar del carro
con fuerza. Porque sacia, dicen, el «hambre espiritual».
Los llamados ‘millennials’, que ahora están en la treintena, saben negociar ese
salario emocional mejor que los de las generaciones anteriores, entre otras cosas,
porque muchos son mileuristas y necesitan incrementar su listado de haberes de otra
forma. Pero no solo. También porque no quieren vivir para trabajar. El que lo hace ya
no es admirado sino compadecido. Lo que muchos han visto en casa, padres
llegando agotados a las tantas, no les gusta. Suelen decirse muchas cosas negativas
de estos «eternos adolescentes», tachados de egocéntricos y mimados, pero Iñaki
Ortega rompe una lanza en su favor cuando les atribuye el poder de cambiar las
cosas. «Conceden gran importancia a valores inmateriales como la calidad de vida y
las relaciones sociales, y han perdido metas más tangibles como tener una casa en
propiedad o un gran coche», dice en su libro ‘Millennials. Inventa tu empleo’ (Ed. Unir).
Nuevos trabajos y nuevas maneras de trabajar, más emprendedores y menos
sufridores. Siempre hay mucho que aprender de los que vienen detrás.
La moda de este número respira aires vaqueros. Me encanta esta chaqueta de la
nueva colección de Max Mara. ¡Que empiece el buen tiempo!
Las gafas de ver también siguen las últimas tendencias de pasarela. Para estrenar
con mucha vista la temporada, estas de Dolce & Gabbana.
Mirar con otros ojos
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Marta Michel